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Dr. Timoteo Marchini: “La exposición crónica a los contaminantes del aire se encuentra asociada a un mayor riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio o un accidente cerebrovascular”
El seminario “Polución del aire: desde aspectos territoriales a la inflamación tisular” evidenció los graves efectos del material particulado (PM2.5) en la salud, al que está expuesta el 90% de la población chilena.
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El 99% de la población mundial vive en áreas donde los niveles de contaminación superan los estándares recomendados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Chile, esta cifra alcanza el 90%, en donde millones de personas están expuestas a material particulado fino (PM2.5), un contaminante generado por la combustión de combustibles fósiles y métodos de calefacción, que contribuye a cerca de 4.000 muertes prematuras anuales.
El seminario “Polución del aire: desde aspectos territoriales a la inflamación tisular” fue organizado por la Escuela de Kinesiología de la Universidad Finis Terrae, se llevó a cabo en el marco de un proyecto de colaboración internacional entre la casa de estudios y la University of Freiburg, financiado por la VRICAD.
Allí los expositores destacaron los efectos perjudiciales del PM2.5 en el sistema cardiovascular, respiratorio y metabólico. “La exposición a la contaminación tiene efectos negativos, ya sea en el corto o en el largo plazo”, señaló Valentina Jeria, estudiante del Doctorado en Ciencias del Ejercicio, cuya investigación analiza cómo el ejercicio físico interactúa con el entorno urbano y su impacto en el organismo a nivel sistémico.
Inflamación tisular: la respuesta interna
El material particulado fino es mayormente retenido en el pulmón y capturado por células conocidas como macrófagos alveolares. Ante esto, el Dr. Timoteo Marchini, del University Medical Center Freiburg, en Alemania, explicó cómo el cuerpo reacciona ante el PM2.5: “Estas partículas son identificadas como un cuerpo extraño por los macrófagos alveolares. Sin embargo, estas células son incapaces de digerirlas adecuadamente, lo que provoca una reacción desmedida que lleva a una respuesta inflamatoria exacerbada y sostenida en el tiempo”.
El especialista añadió que esta inflamación no se limita al sistema respiratorio, sino que afecta otros órganos como el corazón, los vasos sanguíneos y el tejido adiposo, a través de la liberación de mediadores inflamatorios que viajan por la sangre. Según Marchini, “la exposición crónica a los contaminantes del aire se encuentra asociada a un mayor riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio o un accidente cerebrovascular”.
Esta contaminación muchas veces no permanece en el lugar de emisión, sino que pueden desplazarse grandes distancias, afectando áreas y poblaciones que están ubicadas a kilómetros del origen.
Sobre este fenómeno, Sofía Ahumada, especialista en medioambiente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Chile, señaló que “comprender cómo se mueven los contaminantes permite desarrollar políticas y estrategias de control más efectivas, a identificar las áreas vulnerables y proteger mejor la salud de la población. Esta evaluación es fundamental para anticipar episodios críticos de contaminación y para diseñar planes de mitigación que aborden las características particulares de cada región”.
El escenario actual
En América Latina, Ciudad de México, Santiago de Chile, Lima y Sao Pablo registran los peores índices de calidad de aire en la región, por lo que la exposición a los contaminantes del aire se posiciona entre los cinco principales factores de riesgo para la salud en hombres y mujeres.
“La contaminación del aire contribuye más a la mortalidad global que todos los demás factores ambientales combinados y se estima que reduce la esperanza de vida en aproximadamente 2,9 años, superando el efecto del tabaquismo, que es de 2,2 años”, señaló el Dr. Marchini.
Actualmente, el Ministerio del Medio Ambiente es el encargado de desarrollar las políticas públicas destinadas a proteger la salud de la población frente a la contaminación, a través de los Planes de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PDA). Con 17 planes activos actualmente, estos tienen como objetivo gestionar de manera ambiental las zonas declaradas latentes o saturadas por contaminantes atmosféricos.
“Desde hace varias décadas, el control de la calidad del aire ha sido uno de los mayores retos ambientales y de salud pública en Chile. La geografía diversa, el clima y las variadas actividades económicas a lo largo del territorio dificultan la implementación de medidas nacionales unificadas contra la contaminación atmosférica”, señaló la representante de FAO, Sofía Ahumada.
Ante esto, la experta sugiere abordar de manera específica las fuentes de contaminación, lo que permitirá que cada PDA logre un mayor impacto en la reducción de emisiones, protegiendo la salud de la población expuesta a altos niveles de polución.
El aporte de la investigación
La contaminación del aire sigue siendo una de las principales amenazas para la salud pública en Chile y en el mundo, afectando a millones de personas y contribuyendo a un alto número de muertes prematuras cada año. En este contexto, el Dr. Hermann Zbinden, director del Doctorado en Ciencias del Ejercicio de la Universidad Finis Terrae, destacó la importancia de avanzar en esta línea de investigación, señalando que “entender cómo la actividad física interactúa con factores ambientales en la ciudad ayudará a desarrollar mejores intervenciones de ejercicio físico en personas sanas y pacientes con enfermedades metabólicas”.