Queridos miembros de la comunidad universitaria 

Este domingo conmemoramos una de las fiestas más queridas, que traspasa fronteras de tiempo y espacio, y que siempre revitaliza experiencias profundas que han dejado huella: me refiero al Día de la Madre.

Sin duda, la celebración será distinta. Muchas madres e hijos no podrán abrazarse y el “distanciamiento social” se hará más pesado. Probablemente será uno de esos días en que haremos más consciente aquello de lo cual el coronavirus nos ha privado y que son los momentos de encuentro -cotidianos y especiales- que dan pleno sentido a la vida.

Paradójicamente, la maternidad sabe de espera. Nadie mejor que una mujer, que ha albergado en su vientre la vida, sabe de largos meses de esperanza e incertidumbre. Lo he vivido en mi familia de origen y también en esta comunidad universitaria. He sido testigo del amor entrañable que muchas de ustedes han tenido por sus hijas e hijos antes de que nacieran y la transformación que la maternidad ha producido en cada una. También, varias veces, en silencio, he acompañado en oración el dolor y la incertidumbre que sólo una madre puede sentir ante el sufrimiento de su hijo.

A cada una de nuestras alumnas, académicas y funcionarias que son madres les hago llegar mi saludo más cariñoso y las animo a revitalizar, en estos días difíciles e inciertos, esa fuerza interior que las caracteriza. Y a todos les pido que tengamos un recuerdo agradecido para quienes nos han traído a la vida; también a cada una de sus madres vaya mi recuerdo y mi oración, a las que aún nos acompañan y a aquellas que ya están gozando de la alegría del cielo y desde allí siguen cuidando de sus hijos.

Pido a María, mujer creyente que desafía todas las convenciones sociales y acepta ser madre del Salvador, mujer solícita que pide a su Hijo llenar los odres de vino y le enseña la empatía con el prójimo, mujer fuerte que resiste de pie junto a la Cruz el dolor más desgarrador, que sea Ella quien alimente en todo momento vuestra esperanza.

Un saludo cariñoso,

Cristian Nazer 
Rector