El tratamiento de dolencias en músculos, articulaciones y huesos enfrentan desafíos como el dolor crónico, pacientes refractarios a los ejercicios e incluso adultos mayores con demencia senil. 

La Jornada de Actualización en Kinesiología Musculoesquelética, que cada año realiza la Escuela de Kinesiología de la Universidad Finis Terrae, mostró cómo las tecnologías de inteligencia artificial y realidad virtual pueden colaborar en la recuperación de los pacientes. 

El profesor de la Finis Terrae, Matías Ossa, expuso sobre el uso de la IA en las terapias a través del movimiento más allá del Chat GPT, que ha sido útil para el análisis de datos, clasificación y tratamiento personalizado.

La primera cita del paciente con el kinesiólogo es clave para conocer la patología que lo afecta, su entorno y su personalidad. “Cuando uno hace un registro cuidadoso de las evaluaciones se pueden detectar patrones del paciente al realizar los ejercicios o si será persistente con el programa recomendado para la casa. Para eso, la suite PT Everywhere ha sido muy útil en este tema”, explicó el académico.

Otra área en la que la IA está siendo una herramienta colaboradora en los tratamientos, añade, es en aplicaciones que, por ejemplo, supervisan al paciente que realiza en su casa los ejercicios recomendados por su kinesiólogo. Para esta área destaca la app ExerHealth, cuyo pago depende de la institución que la usa, pero que es gratis para el usuario.

Dentro del tema de la IA, el profesor Ossa hace énfasis en las consideraciones éticas, ya que esta tecnología “aprende y se alimenta de datos. Por lo tanto, hay que tener cuidado con los datos que uno ingresa al sistema, porque podría interferir con la privacidad del paciente”. 

Tercera edad no es caminar lento

Mario Núñez, académico de la Escuela de Kinesiología Finis Terrae, presentó en la jornada “el rol de la actividad física en los cambios relacionados con la edad en el control neuromuscular de la marcha”. Este tema es la primera parte de su tesis doctoral en Ciencias del Ejercicio, la cual aborda la incidencia del nivel de actividad física en el control Neuromecánico de la marcha del adulto mayor.

Núñez explicó que como parte de su investigación doctoral -programa que se realiza en cotutela con la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica)- se encontró que los adultos mayores con menores niveles de actividad física presentaban una acentuación de las características biomecánicas típicas del envejecimiento descritas en la literatura.

Por ejemplo, los adultos mayores menos activos muestran una marcha con mayor frecuencia de pasos, un mayor costo mecánico y un retraso más pronunciado en la activación de los grupos musculares del tren inferior. En contraste, los adultos mayores más activos exhiben una respuesta neuromecánica similar a la de los jóvenes, independientemente de su nivel de actividad física.

“El ejercicio físico logra igualar la marcha de un adulto mayor con uno joven”, destacó Núñez. Por ello, el profesor subrayó sobre la urgencia de una política pública que fomente la actividad física, sobre todo en los adultos mayores, para evitar el deterioro. 

Uso de realidad virtual

La kinesióloga de rehabilitación inmersiva de la Universidad Mayor, Emilia Cori, expuso sobre el uso de realidad virtual en los tratamientos de Kinesiología. Las personas con dolor crónico y las personas mayores con demencia pueden verse beneficiados con esta tecnología, porque al colocarles los lentes de realidad virtual, “los pacientes tienen un estímulo tan atractivo, una distracción atencional, que hace su foco de atención del dolor”, indicó la especialista. 

El dolor crónico, señaló Cori, tiene componentes afectivos relacionados con el miedo, la ira, la frustración y la ansiedad. La realidad virtual, en este sentido, dijo, se puede aplicar en pacientes con algunos tipos de demencia, porque los distrae otro estímulo.