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Proyecto Fondecyt entregó esclarecedores resultados sobre incidencia de participación de los padres en rendimiento escolar
La académica de la Escuela de Ciencias de la Familia, Verónica Gubbins, realizó una investigación del rendimiento escolar en estudiantes de enseñanza básica pertenecientes a establecimientos educacionales de alta vulnerabilidad socioeconómica.
Con el nombre “Representaciones construidas por profesores y apoderados acerca de las relaciones entre familias e instituciones educativas: tensiones y desafíos para la formación inicial”, la Escuela de Ciencias de la Familia realizó un coloquio en el cual se dio a conocer los resultados de las investigaciones Fondecyt de la académica PhD. Verónica Gubbins y del director de Investigaciones de la Universidad del Bio-Bio, PhD. Héctor Cárcamo. Ambos expositores son integrantes de la Red Internacional de Investigadores en Familias, Escuelas, Educación y Sociedad (FEES).El coloquio tuvo como objetivo reflexionar en torno a las representaciones que los padres, apoderados y el profesorado, construyen sobre las relaciones entre familias e instituciones educativas y sus implicancias para la formación inicial de docentes y cientistas familiares. Además de profundizar el análisis e interpretaciones posibles, desde un enfoque metodológico cualitativo, de las percepciones que los padres, madres y apoderados tienen de lo que los docentes le comunican a sus estudiantes y sus familias y su vinculación con la participación de padres, madres y apoderados en la escuela.
En la jornada, la coordinadora del área de Desarrollo Académico “Familia y Educación” de la Escuela de Ciencias de la Familia, Verónica Gubbins, socializó los resultados de su proyecto Fondecyt 11150098. En la investigación, la académica abordó los efectos que tiene la participación de padres, madres y apoderados en el rendimiento escolar de sus niños. Para ello, la académica tomó como muestra a estudiantes de 3° básico de colegios de alta vulnerabilidad socioeconómica.
“Los resultados obtenidos sugieren que las prácticas de participación de los apoderados en la escuela no muestran efectos significados en el rendimiento escolar en lenguaje y matemáticas en estos estudiantes. Más bien, son las creencias que los apoderados tienen de la capacidad de los estudiantes para seguir avanzando en lo educacional. Es mucho más relevante la percepción que ellos tengan de que son capaces de apoyarlos en esta trayectoria, lo que mejor colabora al rendimiento escolar de los estudiantes de escuelas clasificadas con alta vulnerabilidad social”, afirmó Verónica.
Dentro de los hallazgos novedosos de esta investigación, está el hecho que el rendimiento escolar en matemáticas de los estudiantes depende más de la oferta educativa que hace la escuela que del apoyo de los apoderados desde el hogar. Estos resultados invitan a las escuelas, y a los tomadores de decisiones en materia de políticas educativas y sistemas de medición de la efectividad escolar, a tomar en consideración que la mayor presencia parental en actividades institucionales de la escuela (v.g. reuniones de apoderados o entrevistas con los docentes) no aseguran mejor rendimiento escolar de los estudiantes en lenguaje ni en matemáticas.
De acuerdo a la académica, “las actividades que requieren participación de los apoderados resultan efectivas en la medida que los directivos y docentes de las escuelas: transmitan a las familias que sus hijos son capaces de lograr mucho más en términos educacionales; elaboren y entreguen a estas familias material simple y claro acerca de lo que la escuela espera que los niños aprendan en lenguaje y matemáticas en ese semestre o año académico; convencer a los apoderados que se perciben a sí mismos sin recursos o incapaces de apoyar a sus hijos en estas materias que sí lo pueden hacer, en la medida confíen en las capacidades de sus hijos”.
PhD. Verónica Gubbins contextualiza
Los resultados nacionales de la última medición realizada por el Sistema de Medición Nacional de la Calidad de la Educación (SIMCE, 2014) a estudiantes chilenos de enseñanza básica muestran que la brecha a favor de los estudiantes de nivel socio-económico alto en comparación con los que provienen de contextos socioeconómicos más desaventajados persiste.
Desde comienzos del 2000, la investigación educacional ha mostrado que existen factores asociados a la participación de padres, madres y apoderados (PMA) que moderan el efecto del origen económico y cultural de las familias sobre lo que aprende y logra cada estudiante en la escuela. Sin embargo, no parece ser un factor que se esté abordando de manera clara por las actuales políticas de mejoramiento de calidad y equidad educativa en Chile.
Se tiende a convocar la participación de los apoderados como regulador externo de la eficacia del sistema desde el mecanismo de libre elección de escuela para los hijos/as. La evidencia muestra que a 30 años del modelo lo que se tiene es persistencia de la desigualdad de los resultados escolares. La corriente principal de investigación de la efectividad escolar en Chile muestra evidencia que la participación de apoderados no sigue lineamientos comunes entre un establecimiento y otro. La orientación y prácticas de participación se asocian más a la postura de los directivos y docentes que a conocimiento empíricamente fundado.
Desde un enfoque ecológico y de reproducción social, el estudio de la desigualdad educativa exige aproximarse a las especificidades socializadoras de familias de nivel socioeconómico diferente. La evidencia nacional no es concluyente. La presente investigación buscó responder la pregunta: ¿Cuál es el efecto de factores asociados a la participación de padres, madres y apoderados en el rendimiento escolar de estudiantes de enseñanza básica en establecimientos educacionales de alta vulnerabilidad social situados de la Región Metropolitana?
De acuerdo a Verónica “dentro de los factores asociados está el tipo de relación que los docentes construyen con las familias de sus estudiantes y cómo ello contribuye a: aumentar la confianza de los apoderados hacia las capacidades de sus hijos e hijas y aumentar el sentimiento de autoeficacia de los apoderados para convencer a sus hijos e hijas que son capaces de mucho más”.