Universidad Finis Terrae crea la Oficina de Promoción de la Dignidad de la Persona
La unidad dependiente de Rectoría implementará políticas, protocolos y otras instancias sobre acoso sexual, la violencia y la discriminación arbitraria.
Como una forma de generar nuevas instancias que permitan reafirmar el compromiso y convicción de reconocer la dignidad intrínseca de toda persona humana como principio general que inspira su actividad, la Universidad Finis Terrae anunció la creación de la Oficina de Promoción de la Dignidad de la Persona.
Esta unidad, dependiente de la Rectoría, entró en funciones el 1 de junio y tiene por mandato el implementar políticas, planes, protocolos y reglamentos sobre el acoso sexual, la violencia y la discriminación arbitraria, con el propósito de conservar y proteger estos valiosos bienes que deben ser el fundamento de nuestras relaciones interpersonales.
Además, tendrá la misión de promover la existencia de ambientes seguros y libres de dichas conductas, así como también de asegurar un trato justo entre hombres y mujeres. Todo en el contexto del profundo respeto por cada persona y de la búsqueda de alentar una sana convivencia.
La Oficina de Promoción de la Dignidad de la Persona está bajo la dirección de Daniela Sarras Jadue. Abogada, licenciada en Ciencias Jurídicas por la Pontificia Universidad Católica de Chile y Magíster en Derecho Administrativo por la Universidad de Los Andes, realizó una beca de especialización en Derechos Económicos, Sociales y Culturales en el College Universitaire Henry Dunant y es diplomada en Derechos Humanos y Mujeres por la Universidad de Chile y en Gobiernos Corporativos por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Con anterioridad, Daniela Sarras se desempeñó como asesora del Gabinete Ministerial en el Servicio Nacional de la Mujer. Además, ha realizado clases de Derecho en la Universidad de Los Andes, Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad Andrés Bello y Universidad Finis Terrae.
El rector Cristian Nazer deseó “el mayor de los éxitos a Daniela y agradeceré a todos la colaboración para su gestión, ya que evidentemente esta labor requiere del desarrollo de una cultura de respeto que no se da simplemente por la existencia de una entidad institucional sino, evidentemente, por el compromiso activo de cada uno de los miembros de nuestra comunidad”.