El 6 de diciembre es la fecha en que cientos de estudiantes comenzarán el proceso de rendición de la Prueba de Transición Universitaria (PTU), instancia que puede generar un grado de ansiedad y nerviosismo en quienes se ven enfrentados a dicho proceso.

Crear rutinas, establecer hábitos de sueño, realizar pausas activas y enfocarse en las fortalezas, son algunas de las sugerencias que entrega Sergio Monsalvez, docente de la carrera de Pedagogía en Educación Básica U. Finis Terrae, magíster en Educación con mención en evaluación psicopedagógica.

De acuerdo a Monsalvez, crear rutinas antes de enfrentar la PTU es lo más relevante. “Las rutinas son importantes para que el cuerpo esté adaptado a ciertas situaciones. Ordenar los hábitos de sueño y levantarse temprano ayudará a estar descansado, a organizar los tiempos y mantener los estados de calma en los jóvenes”, dice, agregando que lo ideal es dormir entre 8 a 9 horas y levantarse temprano.

Lo recomendable, dice el experto, es organizar la rutina de sueño teniendo en consideración el tiempo en que se demora en levantarse, tomar desayuno y trasladarse al lugar en que rendirán la prueba, “aplicando a lo menos una semana los horarios, para así acostumbrarse a levantarse en el horario requerido para el día de la prueba”, dice el experto.

Otro punto a tener en consideración respecto a la rutina de sueño, sugiere el académico, es que se debe intentar tener la habitación oscura e idealmente no utilizar el celular, ni ver televisión antes de dormir.

En lo que respecta al estudio y horarios, tratar de realizarlos en los tiempos similares en los que rendirán las prueba. “Esto ayuda a mantener focalizada la atención durante espacios de tiempo similares a los que se tienen para rendir la prueba. Realizar ensayos de la PTU considerando el tiempo que se tiene para la aplicación, lo que permitirá autorregular la ansiedad y estimar cuánto tiempo se puede destinar a responder cada pregunta”, aclara.

Otra de las sugerencias es tomar pausas activas mientras se está estudiando. “Ponerse de pie, caminar y realizar ejercicios de respiración, ayudará a que la sangre fluya más fácilmente y se oxigenen mejor”, afirma Monsalvez, además de mantener rutinas de ejercicios y respiración como yoga o mindfulness, que ayudarán a bajar los niveles de ansiedad, evitando descansar en el sillón viendo televisión o el celular.

“Que busquen ejercicios que les sean cómodos de realizar y que también los puedan hacer antes de comenzar la prueba o durante la prueba, los que ayudarán a concentrarte con mayor facilidad”, sostiene el experto.

Enfocarse en las fortalezas también es clave de acuerdo a Monsalvez. La semana previa a la prueba, dice, hay que centrarse en las habilidades que ya se dominan, reforzando aquellos contenidos y temáticas que cuestan poco, que están a punto de dominar o que solo necesitan refrescar. “No intentar aprender cosas nuevas en el último momento. Esto último puede generar más estrés y se rendirá menos en la prueba. Al rendir la prueba enfocarse en las preguntas que mejor dominan primero y luego retoma aquellas que implican un mayor esfuerzo y tiempo”, sugiere.

Finalmente, el académico aconseja no estudiar el día antes, ni el día que rindan la prueba. “Esto solo podría generar mayor estrés”, dice Monsalves, explicando que lo mejor es que en los días previos los jóvenes se diviertan y distraigan con sus hobbies. “Esto te permitirá ir más tranquilo a rendir la prueba”, afirma.