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Estudiantes de primer año de Enfermería participaron en simulacro de catástrofe

La actividad tiene como objetivo que los estudiantes reconozcan sus propias respuestas instintivas ante una situación de emergencia

Publicado: Octubre 26, 2023

 

Una mujer embarazada, un hombre con heridas de cortes provocadas por vidrios en manos y pies y una joven con una fractura expuesta fueron algunas de las “víctimas” que tuvieron que “rescatar” los y las estudiantes de primer año de la carrera de Enfermería de la U. Finis Terrae en esta nueva versión del simulacro de catástrofe que organiza la Escuela de Enfermería.

Las víctimas, estudiantes de segundo y tercer año de la misma carrera, tenían la tarea de simular un derrumbe en una obra de construcción, incluyendo elementos como escombros, sonidos de sirenas, gritos y otros factores distractores. El propósito principal de esta simulación es proporcionar a los estudiantes una experiencia que se asemeje lo más posible a una situación real.

María José Sáez, estudiante de segundo año de la carrera de Enfermería, desempeñó el papel de una trabajadora de la construcción que lamentablemente había perdido a un amigo debido a un derrumbe. “Básicamente, tuve que llamar constantemente la atención de los participantes de primero para que me ayudaran con mi amigo”, explicó. “Ahora, con los conocimientos que hemos adquirido, en estos dos años, creo que podríamos responder de manera más efectiva en caso de un evento similar. Sin lugar a dudas, vivir una actividad de este tipo ha sido una experiencia sumamente enriquecedora”, concluyó la estudiante.

Por su parte, Ignacio Robles, Coordinador de actividades clínicas de la Escuela de Enfermería y docente colaborador en la actividad explicó que por la pandemia se tuvo que dejar de realizar esta instancia formativa, “pero el año pasado por ejemplo, recreamos una explosión de gas. Primero se les entrega información general en sala, el prebriefing, entonces comienzan a sonar las alarmas de emergencia y deben salir rápidamente al escenario de simulación a prestar ayuda a las personas afectadas”, comentó 

El prebriefing es una sesión de información u orientación que se lleva a cabo antes de comenzar una actividad de simulación. Durante esta sesión, se proporcionan instrucciones y detalles preparatorios a los participantes. El objetivo de esta reunión previa es establecer las bases para el escenario que van a enfrentar y brindar apoyo a los participantes para que puedan alcanzar los objetivos de la actividad de simulación.

Valentina Nocetti, Coordinadora académica del Área Adulto de la Escuela de Enfermería y responsable de la actividad, explicó que el simulacro marca un hito en la formación profesional de enfermería. “Este proceso guía a nuestros estudiantes desde el reconocimiento de sus reacciones instintivas, les introduce de manera incipiente al manejo de recursos emocionales y, en cursos superiores, les proporcionamos nuevas herramientas adicionales, como el manejo de crisis. El objetivo final es capacitar a los estudiantes de manera integral para que, cuando sean profesionales, puedan priorizar el bienestar del paciente por encima de su propia angustia o estrés.”

En el escenario del simulacro, los participantes deben poner en práctica los conocimientos teóricos adquiridos en clases sobre el triage, que consiste en la clasificación de las víctimas según su gravedad. Esta habilidad se torna fundamental en situaciones de desastre, ya que permite optimizar los resultados y aumentar las posibilidades de salvar al mayor número de personas posible.

Una vez terminada la escena de simulación, se realiza el debriefing que consiste en llevar a los estudiantes a realizar una introspección, una autoevaluación de cómo reaccionan ante situaciones de estrés. Esto les permite adquirir una mayor comprensión de sí mismos y reconocer áreas en las que pueden necesitar hacer ajustes o fortalecer sus habilidades. Además, explicó Nocetti, el entorno seguro en el que se lleva a cabo la actividad facilita la retroalimentación por parte de compañeros y profesores. Este punto es de gran importancia, ya que estas experiencias pueden generar intensas emociones y tienen un fuerte impacto, dado que es natural establecer conexiones con experiencias personales.

“El desarrollo de habilidades para gestionar las emociones es un proceso que se inicia desde el primer año de formación, y el autoconocimiento desempeña un papel fundamental en este proceso. Posteriormente, en cursos más avanzados, se imparten técnicas de gestión de crisis y otras habilidades, como la comunicación de malas noticias en el contexto de un paciente recientemente fallecido y la consiguiente atención y apoyo a los familiares o seres queridos”, concluyó Nocetti.