Escuela de Psicología retoma actividades presenciales con positivos resultados
La carrera se enfocó en clases presenciales en modalidad híbrida para los primeros años y la práctica clínica infanto-juvenil en estudiantes de quinto año.
Gracias a las mejoras en las cifras de contagio del COVID-19 y a los avances en el plan Paso a Paso para enfrentar la pandemia, el Ministerio de Salud y el Ministerio de Educación propusieron lineamientos que permitieron comenzar con el retorno gradual a la presencialidad en el segundo semestre de 2021, cumpliendo con todas las medidas de autocuidado y con los protocolos sanitarios.
Esta propuesta fue recibida y trabajada por la Universidad Finis Terrae, desarrollando protocolos sanitarios y campañas de información para retomar poco a poco la presencialidad. En ese contexto, la Escuela de Psicología comenzó el segundo semestre académico con clases en modalidad híbrida para los estudiantes de primer y segundo año, lo que se suma a los de quinto año que están realizando sus prácticas clínicas infanto-juveniles.
Parte del equipo académico que retornó a las clases presenciales en modalidad híbrida comentó sus experiencias y percepciones. Valentina Velarde, docente de Historia de la Psicología (Primer año), expresó que la experiencia ha sido muy positiva ya que, a pesar del componente de ansiedad inicial, ha existido “una muy buena actitud de parte de todos. Además, la Universidad tenía bien planificadas y preparadas las capacitaciones, las salas cuentan con los implementos adecuados, y los encargados de soporte técnico tienen una voluntad de oro”.
Respecto a la relación con los alumnos, Valentina Velarde indicó que “ha sido súper entretenido volver a encontrarnos. Los profesores ‘somos’ de la sala de clases y la verdad es que, a pesar de las resistencias iniciales que podía tener, los alumnos llegaron y me puse muy contenta. Es bonito porque los que vienen se dan cuenta que es importante estar para aprender más y manifiestan que les sale más fácil concentrarse, tomar apuntes y participar. Además tienen un espacio de camaradería en los recreos, para tomarse un café, formar grupos de amigos”, agregando que ha existido buena disposición de los alumnos que están en sus casas conectados por Zoom, siendo tolerantes, avisando si no se comparte bien la pantalla y siendo pacientes durante los recreos: “Todos los actores involucrados ha colaborado super positivamente para que esto resulte”, apuntó.
Trinidad Avaria, profesora de Verdad y Naturaleza (Primer año) reconoció que tuvo “sentimientos encontrados: por un lado, la emoción de volver a ver a los alumnos y, por el otro, tener que lidiar con el miedo de cómo iban a funcionar las tecnologías, reestructurar los tiempos de la clase e incluso reorganizar la logística familiar a la que ya me había adaptado en estos semestres online”.
“Hacer nuevamente la clase en la Universidad ha sido una experiencia positiva y agradable. He valorado el espacio universitario, que es heterogéneo, de diálogo con personas distintas, risas, preguntas, conversaciones de pasillo. “La ‘tridimensionalidad’, el ir a los edificios, subir el ascensor y toparse con alumnos lo vuelve más gratificante y humano. Yo siempre cuando llego agradezco a los que están presencialmente, porque sé que es un esfuerzo y que podrían no estar ahí, donde por ejemplo hay una alumna que viene desde Rancagua” puntualizó.
Para la tutora de práctica clínica infanta-juvenil, Josefina Kast, expresó que la experiencia de volver a la presencialidad “ha sido 100% positiva. Es otra la motivación de los alumnos de tener a los pacientes ahí, ya que han podido aprender sobre habilidades no verbales en la terapia, además que volver a encontrarse con sus compañeros les proporciona espacios de colaboración y conversación que se habían perdido en la modalidad online. Ha sido muy valioso poder apropiarse de los espacios físicos del Centro de Práctica, que son excelentes y están muy bien preparados para prestar un servicio de calidad a los pacientes”.
Estudiantes valoran el retorno
Los delegados académicos de primer año, que fueron elegidos durante la primera semana de clases para representar a sus compañeros de sección frente a la Escuela de Psicología, también quisieron dar su testimonio de lo que ha significado ir presencialmente a la Universidad, experiencia que no habían tenido hasta el momento.
Catalina Fuentes manifiesta que ”el primer semestre fue difícil, ya que la exigencia académica y la cantidad de materia que se pasa en cada clase es muy superior al liceo. Personalmente, lo que más costó fue concentrarme, ya que tuve que pasar mucho tiempo en mi habitación y casi no salía a tomar aire. Es por eso que para este nuevo semestre decidí ir a clases de manera presencial, ya que de esa forma siento que podré ser mucho más ordenada con mis horarios y es más fácil prestar atención en un contexto de sala de clases”.
“La parte que más he disfrutado de poder asistir a clases presenciales es conocer a mis compañeros, pues durante el primer semestre las únicas interacciones que tuve con ellos fueron para hacer trabajos en grupo, mientras que ahora puedo verlos y hablarles no sólo a través de una pantalla. El ambiente dentro de la sección es bastante bueno, todos se ayudan y tratan de ser buenos compañeros, son muy responsables y respetuosos”, sostuvo.
A su vez, Alexis Leal agrega que “el primer semestre fue complicado tanto para nosotros como para los profesores, al tener que adaptarnos al nuevo formato de enseñanza y aprendizaje online. Si bien las clases online eran un tanto ‘cómodas’ debido a que me encontraba en un espacio relativamente personal, se me hizo complicado el poder entender por completo las clases, tanto porque uno se distrae fácilmente, como por algunos problemas de conectividad lógicos y la dificultad de resolver las dudas con el material de apoyo proporcionado por los profesores”.
Por ello, Alexis Leal explicó que “al asistir de manera presencial, todos esos conflictos existentes desaparecieron. El tener contacto directo con los profesores y compañeros ha mejorado de manera considerable mi rendimiento, además que las relaciones que se generan dentro de las salas de clases permiten que las clases en sí sean más didácticas y fáciles de digerir. Se ve que nuestros profesores realmente disfrutan haciendo las clases, y en cuanto a las metodologías, los monólogos extensos y conversaciones unilaterales pasaron a ser debates, clases armadas de preguntas y respuestas”, destacando por último las medidas que ha tomado la Universidad para el retorno, donde “el formulario de ingreso, la toma de temperatura y aplicación de alcohol gel al ingreso y en múltiples puntos al interior de campus dan un sentimiento de confianza y de seguridad, reflejando el intento de proteger a los estudiantes, funcionarios y profesores”.
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