Con la asistencia de trabajadores sociales y funcionarios de los departamentos del adulto mayor, de desarrollo social y de diversidad e inclusión de la Ilustre Municipalidad de Providencia, se desarrolló en el auditorio de dicho municipio una conferencia a cargo de la directora de la Escuela de Derecho de la Universidad Finis Terrae, doctora Ángela Arenas Massa, la que tuvo por objetivo capacitar a los presentes en relación a los procedimientos judiciales para declarar a una persona interdicta por demencia.

En su exposición, la profesora Arenas explicó los alcances de la demencia como concepto sociosanitario, los efectos jurídicos de una declaración de interdicción y los cuidados que hay que tomar en el proceso para respetar tanto la dignidad del familiar que se busca declarar como interdicto como la autodeterminación de las personas mayores, incluidas aquellas que puedan estar viviendo las etapas tempranas y medias de la demencia. Asimismo explicó las posibles alternativas al proceso de interdicción y la adaptación que el marco legal debiese tener ante el acelerado proceso de envejecimiento que vive el país.

“En Chile hoy tenemos una vejez joven que va entre los 60 y 75 años primordialmente, pero en 2050 las personas sobre los 80 años nos convertiremos en el mayor grupo poblacional del país. Por lo que en realidad estamos trabajando en políticas públicas que estarán en un futuro próximo enfocadas en nosotros mismos”, recordó la docente, explicando que “dentro de los estigmas relacionados a la demencia, encontramos que se tiende a ver como una situación inevitable, como si fuera una enfermedad propia del envejecimiento normal, lo cual no es cierto, de hecho la demencia se puede desarrollar incluso antes de los 40 años”.

Asimismo la directora Arenas explicó que “en Chile tenemos un sistema de declaración de interdicción por demencia bastante rígido porque entiende la capacidad jurídica de las personas de manera bastante estricta. Para nuestro Código Civil o uno es plenamente capaz mentalmente o no lo es, es de blancos y negros y no posee escalas de grises”, señaló, recordando que “tanto las convenciones internacionales sobre la protección de derechos humanos de las personas mayores, como las de las personas con discapacidad, apuntan a que deberíamos tener sistemas mixtos en los cuales existan matices que permitan adecuarnos a las situaciones particulares de esta enfermedad, donde las capacidades se van perdiendo de manera paulatina”.

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