Egresados de Escuela de Psicología aportan a la salud mental de la comunidad en el CESFAM de Colina
Manuel Toro y José Ignacio Carvajal trabajan en el centro de salud familiar de la comuna de la zona norte de la Región Metropolitana, realizando atenciones de psicología clínica a niños, adolescentes y adultos.
Manuel Toro se tituló como psicólogo de la Universidad Finis Terrae el año 2020, y este es su segundo año trabajando a tiempo completo en el sector público. Se ha desempeñado en varios programas, y el principal desafío que identifica es tener que atender a muchos pacientes por día, incluso sólo por media hora, para poder hacer frente a la gran demanda de las personas por recibir atención en salud mental, con una clara escasez de recursos humanos en el sistema público.
Actualmente trabaja con niños y adolescentes de 0 a 24 años, que pertenecen a casos judicializados del Programa “Mejor Niñez”. Manuel expresa que “la gratificación mayor es ver la recuperación de tus pacientes. Dar finalmente un alta terapéutica y ver a tu paciente bien es por lo que más me gusta trabajar. Son personas de escasos recursos a los que se les puede dar un espacio de calidad; es gratificante ayudar a que se sientan cómodos y seguros”.
Destaca que su formación en la Universidad lo ayudó a desarrollar la habilidad de trabajar en equipos multidisciplinarios. “Tenemos derivaciones desde todos los ámbitos; trabajamos con médicos, nutricionistas, kinesiólogos, trabajadores sociales, entre otros. Es valioso ser escuchado y sentir que eres un aporte entre tus pares de todas las disciplinas” sostiene. En cuanto a los conocimientos específicos de psicología, “hoy reconozco más el aporte de la Psicología Integral de la Persona al momento de hacer un diagnóstico, pero, además, esta no fue la única corriente que se nos mostró, por lo que tenemos un abanico de conocimientos para poder aplicar en cada caso”.
Por su parte, José Ignacio Carvajal (promoción 2023) llegó a trabajar en el CESFAM de Colina por la necesidad del centro de contar con más profesionales que pudieran responder a la “altísima demanda” en salud mental y su experiencia ha sido positiva. “Opera de una manera muy comunitaria, con un buen ambiente laboral, un clima de respeto, un abordaje multidisciplinario y con una actitud de acogida hacia el paciente. En este sentido creo que me ayudó mucho la educación de la Finis a reconocer el valor de la persona en sí misma, y tener eso como criterio central a lo largo de todo el tratamiento”, indica.
La última etapa antes del egreso consiste en la práctica profesional. En la Escuela de Psicología, la práctica clínica es obligatoria, y se realiza en el Centro de Psicología Integral de la Persona, perteneciente a la Universidad, donde se prestan servicios de atención en salud mental de forma gratuita, abierta a la comunidad, en modalidad de sala espejo. Al respecto, José Ignacio manifiesta: “La práctica clínica fue muy completa en cuanto a la planificación de las sesiones y el acompañamiento que hacía la tutora. Haber hecho la práctica de forma muy consciente me favoreció mucho a la hora de empezar a trabajar “de verdad” en el CESFAM, tanto para entender mejor los casos, como para tratar con los diferentes especialistas en un lenguaje común. Estoy muy agradecido de las prácticas porque creo que me dio una muy buena base para empezar a desarrollarme como profesional”.
Por último, menciona que la Psicología Integral de la Persona -línea de formación teórica que desarrolla la Escuela de Psicología-, “ayuda mucho a los pacientes, para que puedan ordenarse y orientarse frente a lo que les está sucediendo, comenzar a ponerle nombre, a entenderse en cuanto a las distintas dimensiones que tienen como seres humanos y a ayudar a gestionar las emociones en las cuales, muchas veces y aún en la población adulta, no se tiene mucho conocimiento y educación al respecto, sobre todo en hombres, que son los que menos consultan salud mental”.