Queridos estudiantes

Los saludo con especial cariño en una fecha muy significativa para toda nuestra comunidad universitaria. Los estudiantes son centro de nuestro quehacer y son signo de esperanza, de un futuro prometedor. Es lo que celebramos en este Día del Alumno.

Hace algunos años visitó nuestro país el Papa Francisco y en su homilía, en la Universidad Católica, recordó la figura del padre Alberto Hurtado, quien forjó su vocación espiritual y social durante su formación universitaria. Nos dijo el Santo Padre: “Su vida se vuelve un claro testimonio de cómo la inteligencia, la excelencia académica y la profesionalidad en el quehacer, armonizadas con la fe, la justicia y la caridad, lejos de disminuirse, alcanzan una fuerza que es profecía capaz de abrir horizontes e iluminar el sendero”.

Estas palabras, que relevan el testimonio profético del padre Hurtado, nos recuerdan, por una parte, la importancia que tiene la formación integral que estamos llamados a brindar como universidad católica, y por otra, la apertura de ustedes a descubrir y desplegar sus talentos, para hacer fecunda la propia vida en bien de toda la sociedad.

Mi invitación a cada uno, queridos alumnos, es a aprovechar esta etapa de sus vidas para descubrir la profundidad de la vocación a que están llamados y para saborear lo que significa poner los propios talentos al servicio del bien común.

En especial los llamo, en este tiempo complejo para el país, a ser portadores de diálogo y de encuentro, a dar lo mejor de ustedes para que la convivencia en vuestras aulas, aún cuando hoy sean virtuales, sea un aporte concreto a la paz social. Si construimos comunidad tengamos la certeza que nos aguarda un mejor futuro.

Es cierto que hoy nos vemos apenas por una pantalla, pero hemos sido testigos como la creatividad e ingenio vuestro no resiste limitaciones, ni fronteras. Confío además que muy pronto volveremos a encontrarnos en un campus universitario que se siente vacío sin vuestra presencia.

A San Alberto Hurtado, estudiante universitario chileno, confío sus vidas, anhelos y proyectos, para que las alimente en sabiduría y las haga germinar en abundancia. ¡Muchas felicidades!

Cristian Nazer
Rector