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Equipo de litigación la Facultad de Derecho obtuvo el tercer lugar del I Torneo Nacional de Litigación Penal Sr. Caupolicán Rubilar Soto
En la primera participación de un equipo de nuestra Facultad en este torneo, organizado por la Asociación Chilena de Litigación, el equipo de nuestra Facultad obtuvo el tercer lugar al vencer a uno de los equipos de la Pontificia U. Católica de Valparaíso.
Con la simulación de un juicio oral en materia penal, en el cual el equipo de litigación de la Facultad de Derecho de la U. Finis Terrae debió realizar la defensa de un chofer de buses imputado por homicidio, el grupo compuesto por los alumnos de cuarto año, Eduardo Tassara Retamal, Donato Rocco Gómez, Pía Ibarra Vega, Melanie Álvarez Altamirano, y el estudiante de quinto año, Joaquín Guerrero Reyes, obtuvo el tercer lugar del I Torneo Nacional de Litigación Penal Sr. Caupolicán Rubilar Soto.
“Es una satisfacción gigante haber sacado adelante este proyecto y que se haya concretado con un tercer lugar a nivel nacional”, señaló el alumno Eduardo Tassara, luego de la premiación realizada en la sede de Viña del Mar de la Universidad de Las Américas. “Ganar el tercer lugar se sintió como haber ganado el primero, la verdad es que esto era todo nuevo para nosotros, y ver que todo el esfuerzo que pusimos valió la pena, la verdad que no tiene precio”, agregó la alumna Pía Ibarra.
A lo largo del torneo, en el que participaron una docena de equipos de nueve universidades, el grupo de litigación de nuestra Facultad venció a los equipos de la Universidad Autónoma de Chile y U. de Santiago de Chile, cayendo en la semifinal frente al equipo de la Universidad de Valparaíso —equipo que luego obtuvo el primer lugar del torneo— y venciendo en el litigio por el tercer lugar del certamen a la Pontificia U. Católica de Valparaíso.
“La principal fortaleza de nuestro equipo es que sus integrantes sabían escucharse entre sí, y a los argumentos contrarios, y estudiaban mucho los casos para determinar la mejor estrategia de apertura. Era un equipo muy equilibrado en sus distintas virtudes y muy flexible, con la capacidad de elaborar estrategias durante el mismo juicio”, señaló el ayudante del profesor José Luis Borgoño y egresado de nuestra Facultad, Diego Herrera, quien se encuentra preparando su tesis de grado.
Como parte de la cátedra del profesor Borgoño, Diego imparte un taller práctico de litigación a nivel de cortes superiores, el cual diseñó a través del análisis de una cincuentena de audiencias de recursos de protección y de amparo, así como entrevistas a ministros de cortes y abogados litigantes, buscando detectar los principales errores que cometen los abogados en sus alegatos, tales como “repetir oralmente lo que ya está en los escritos, estudiar poco sus causas, usar argumentos jurídicos poco lógicos, tanto de criterios legales y de proporcionalidad, además de tender a la argumentación emocional más que jurídica”, explica Diego.
Fue precisamente en ese taller creado por Diego donde se formó el equipo de litigación que obtuvo el tercer lugar en su primer torneo a nivel nacional. Un grupo que fue patrocinado fue patrocinado por el Director del Departamento de Derecho Procesal de nuestra Facultad, Eugenio Labarca, y contó con el apoyo del profesor de nuestra Facultad, Rodrigo Ríos, y su ayudante Daniel Jorge, además del abogado litigante en materia penal Rodrigo Lazo, quienes asesoraron a los estudiantes sobre cómo plantear un alegato de apertura y como realizar un examen y contraexamen de testigos, tanto desde la perspectiva del fiscal como del defensor.
Diego señala que su motivación para crear un taller de litigación fue darse cuenta que, al egresar de la Facultad, no le habían enseñado cómo alegar frente a una corte. Una situación que, aclara, es transversal a todas las facultades de Derecho del país. Esa opinión es refrendada por Andrés Rubilar, alumno de quinto año de la Universidad de Chile y presidente de la Asociación Chilena de Litigación, entidad organizadora del torneo que reúne a 16 sociedades de litigación a lo largo del país, quien relata que el surgimiento del certamen tuvo motivaciones similares.
“Si bien existen muchas veces cátedras de litigación oral en las universidades, no son obligatorias y los alumnos tienen pocas chances de poder desarrollar su oralidad. Y cuando existen clínicas jurídicas, se ve más bien tramitación que alegato en juicio”, explica Rubilar. “Es por ello que los alumnos cuando egresan de las carreras de Derecho tienen, en general, muy pocas habilidades comunicativas, muy pocas habilidades de argumentación jurídica y muy mala oralidad. Este torneo le entrega a los alumnos muchas oportunidades de desarrollar habilidades y competencias para el mundo profesional”, concluye.
Es precisamente ese aprendizaje algo que los estudiantes de nuestra Facultad, Eduardo Tassara, Donato Rocco, Pía Ibarra, Melanie Álvarez y Joaquín Guerrero destacaron transversalmente de su participación en el torneo.
Así lo resume Joaquín al señalar que “la simulación de juicios me brindaron aprendizajes fundamentales tanto en el ámbito humano como académico. En el ámbito humano, trabajé en equipo, escuchando diferentes perspectivas y comunicando mis ideas de manera efectiva, siendo estas habilidades esenciales en cualquier ámbito profesional. Desde el punto de vista académico, adquirí un conocimiento más profundo sobre los procesos jurídicos y la importancia de la preparación meticulosa. Mirando hacia el futuro, estoy más motivado que nunca para seguir aprendiendo”.