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Revisa la reflexión de Semana Santa del Rector

La autoridad académica invito a “abrir el corazón a la gracia del Señor, la Cruz ya no es signo de muerte sino de esperanza”.

Publicado: Marzo 29, 2021

Queridos miembros de nuestra Comunidad Universitaria Nos encontramos viviendo la Semana Santa, uno de los períodos más importantes para los cristianos y por ello de gran significación para nuestra Universidad como institución católica. En este tiempo no sólo rememoramos -hacemos memoria- sino, sobre todo, estamos llamados a revivir aquel gesto de amor inconmensurable que nos legó Jesús en la Cruz.

El Papa Francisco al iniciar la Semana Santa insistió en que las torturas y crucifixión de Cristo fueron aceptadas por Él, fue su manera de acompañar nuestro caminar humano que muchas veces llevamos adelante con fragilidad y dolor.

Nos dice el Santo Padre: “Lo hizo por nosotros, para tocar lo más íntimo de nuestra realidad humana, para experimentar toda nuestra existencia, todo nuestro mal. Para acercarse a nosotros y no dejarnos solos en el dolor y la muerte. Para recuperarnos, para salvarnos. Jesús subió a la cruz para descender a nuestro sufrimiento. Probó nuestros peores estados de ánimo: el fracaso, el rechazo de todos, la traición de quien le quiere e, incluso, el abandono de Dios. Experimentó en su propia carne nuestras contradicciones más dolorosas, y así las redimió, las transformó. Su amor se acerca a nuestra fragilidad”.

Como humanidad hemos sabido de fragilidades durante estos últimos meses. Muchas veces hemos perdido nuestra capacidad de acción, se han confundido nuestros horizontes y hemos temido por nuestra vida y la de nuestros seres queridos. Esta fragilidad es la puerta por la cual el Crucificado entra a nuestros hogares y aulas y nos invita a comprender que lo único que marca diferencia en la vida de las personas es su capacidad de amar.

La Universidad Finis Terrae, desde sus orígenes, se ha visualizado a sí misma como comunidad, no por una estrategia de eficiencia y eficacia, sino como una oportunidad de conversión para todos. Aprovechemos este tiempo -como nos pide el Papa Francisco- para sorprendernos con los gestos de Jesús: el Jueves Santo con Su Voluntad de quedarse con nosotros a través del pan y el vino compartidos; el Viernes Santo con su docilidad ante la voluntad del Padre y sus entrañas de misericordia para todos nosotros; y el Sábado Santo con ese silencio que cae sobre la Tierra y nos hace conscientes de nuestra propia carencia si Dios no está con nosotros.

Esta Semana Santa, Jesús se acerca con especial ternura a nuestros dolores y miedos y nos ofrece cargar con ellos simplemente por amor. Los invito a abrir el corazón a la gracia del Señor, la Cruz ya no es signo de muerte sino de esperanza.

Con afecto,

Cristian Nazer
Rector