Queridos miembros de nuestra comunidad universitaria:

Saludo con mucho afecto a cada uno de ustedes en el inicio de este año académico que, sin duda nuevamente se perfila como excepcional, pero con perspectivas más esperanzadoras que el año precedente. Todavía el COVID está entre nosotros y debemos poner todos los medios a nuestro alcance para cuidarnos y garantizar ambientes seguros para nosotros y nuestras familias. Sin embargo, los masivos procesos de vacunación nos alientan a creer que -a diferencia del 2020- el segundo semestre sí podremos retornar a la presencialidad y con ello enfatizar nuestro sello distintivo de acompañamiento y cercanía en el proceso formativo.

Este 2021 tendremos el gran desafío de decantar lo experimentado en los últimos meses, como Institución y como personas; de manera que el dolor, la frustración y la incertidumbre se transformen en impulso de maduración. Como lo dije el año pasado, ninguno podrá ser el mismo después de haber vivido una pandemia global y está en cada uno de nosotros que aquello sea un crecimiento y no un retroceso. Estoy seguro que un periodo histórico tan importante debe generar, y ya lo está haciendo, muchos frutos.

Nuestra Institución, durante este 2021, llevará adelante un periodo de reflexión y mejora curricular. Esto significa que todas las carreras y asignaturas serán perfeccionadas y calibradas para que su impacto en el proceso formativo de nuestros alumnos sea mejor y mayor. Es un ejercicio de reflexión participativa en que hemos convocado a académicos, estudiantes y egresados de manera de asegurar que cada modificación obedezca a un bien mayor. La mejora continua es la mayor confirmación del compromiso que tiene la Finis Terrae con el desarrollo del país y de su gente.

Sabemos también que nuestra Universidad debe avanzar a paso firme y ágil en el desarrollo de la investigación. Durante los últimos años hemos diseñado un sistema que nos permite aprovechar nuestras ventajas académicas y proyectarlas en post de alcanzar la madurez y la complejidad que nos exige el sistema educativo chileno. En este aspecto, los años que vienen serán exigentes para las unidades centrales y también para cada Facultad y Escuela, pues es un desafío mayor lograr que la investigación y la reflexión académica permeen y alimenten cada rincón de nuestra Institución.

La incorporación intensiva de la tecnología a que nos obligó la pandemia está impulsando el desarrollo de una nueva faceta institucional. Durante este año, iniciará sus actividades Finis Terrae online, lo que nos permitirá extender nuestros servicios educativos y formativos a nuevas comunidades e impulsará a toda la comunidad universitaria a profundizar en el uso de los recursos educativos virtuales que ya tenemos instalados. Hay un proceso de modernización que llegó para quedarse y de nosotros depende cuánto bien pueda llegar a hacer.

La reforma curricular, el desarrollo de la investigación y nuestros proyectos virtuales son tres anchas avenidas que, al menos en un tramo, recorreremos este año. Sin embargo, el desafío perenne que nos convoca como institución es la construcción de comunidad. “Comunidad que busca la verdad, aprende y enseña” (Ideario UFT). Es en el caminar juntos donde encontramos fortaleza para superar las dificultades, entusiasmo al descubrir nuevos horizontes, esperanza al sabernos parte de una realidad que nos trasciende.

También este año nos corresponderá participar del diálogo respecto al Chile que queremos construir y el pacto social que hará viable nuestro sueño. Se trata de una oportunidad única para asentar la comunidad diversa, integrada y fraterna con que siempre hemos soñado. Las diferencias no son un camino que nos separa sino el reflejo de la complementariedad que Dios ha querido para el mundo.

Pido a Dios que los bendiga en este año y a la Virgen María que cuide a nuestra comunidad.

Fraternalmente,

Cristian Nazer

Rector