El Dr. Matías Ponce, egresado de la carrera de Odontología y especialista en Endodoncia de la Universidad Finis Terrae, encabeza un transformador proyecto de salud dental que lleva atención a comunidades aisladas en el Salar de Atacama. La iniciativa, impulsada por SQM en colaboración con la Clínica Odontológica Ponce, ha impactado positivamente a miles de personas en los últimos cuatro años.

Egresado en 2013 y con especialización completada en 2017 bajo la tutela del Dr. Vidal Pomés, el Dr. Ponce relata el origen del proyecto: “La iniciativa surgió de SQM como un proyecto de salud, con el objetivo inicial de atender a las comunidades cercanas a las faenas mineras en el Salar de Atacama, una zona con escaso acceso a atención odontológica, desde San Pedro hacia el sur”.

El desafío inicial que enfrentó con este sueño fue de carácter logístico: diseñar clínicas móviles autónomas y eficientes. “Participamos en el diseño de los camiones clínica, modificándolos completamente con elevadores para sillas de ruedas, filtros y generadores eléctricos para garantizar la autonomía en zonas sin suministro constante de energía”, explica el Dr. Ponce. Tras cuatro años de trabajo, el proyecto cuenta con tres clínicas móviles operativas, desde la concepción inicial hasta la implementación actual.

La colaboración entre SQM y la Clínica Odontológica Ponce ha sido fundamental. “Fue un acercamiento mutuo. Nosotros teníamos la idea y ellos los recursos para ejecutarla. Con la participación de ingenieros, logramos crear el primer camión, el camión Alfa, y hoy ya contamos con tres”, comenta el Dr. Ponce.

El equipo de las Clínicas Dentales Móviles de SQM está compuesto por siete dentistas, seis asistentes, personal de reemplazo, y un equipo administrativo y logístico. Los profesionales trabajan en turnos rotativos de 7×7, trasladándose a las zonas donde se ubican las clínicas móviles y desplazándose entre las comunidades según la calendarización anual.

“Ofrecemos un servicio constante y gratuito. La minera provee los recursos, pero lo más importante es que el paciente no paga. Nos hacemos cargo de tratamientos de endodoncia, prótesis, rehabilitación y ortodoncia interceptiva”, destaca el Dr. Ponce, quien además dirige el proyecto.

Odontología social donde más se necesita

El impacto del proyecto es significativo. Cada camión atiende entre 45 y 50 pacientes por turno semanal, llegando a unas 150 atenciones semanales con seguimiento de planes de tratamiento. Se estima que en estos cuatro años se han realizado alrededor de 22 mil atenciones.

El proyecto no solo beneficia a las comunidades locales, incluyendo pueblos originarios y trabajadores de las faenas, sino que también tiene un impacto a nivel universitario, recibiendo internos de la Universidad de Antofagasta.

Las clínicas móviles ofrecen una amplia gama de servicios, desde diagnósticos con tecnología de rayos digitales, limpiezas, operatorias, exodoncias y tratamientos de conducto, hasta tratamientos más complejos de rehabilitación con coronas, puentes y ortodoncia interceptiva. Cuentan con un laboratorio para la confección de prótesis removibles, coronas e incrustaciones, y un flujo digital con escáner que permite la confección de restauraciones en el mismo lugar, optimizando los tiempos de atención.

El Dr. Ponce destaca la importancia del proyecto en un contexto donde el acceso a la salud dental es limitado: “En Toconao hay una posta con un dentista en ronda, pero el centro más cercano está en Calama, a una hora de San Pedro. Hacia el sur, las localidades rurales cuentan con estaciones médicas con rondas mensuales de atención. Nos hemos integrado con ellos para ampliar la cobertura y evitar que los pacientes tengan que viajar un día entero para ser atendidos en San Pedro o Calama”. Otro logro importante ha sido la disminución de las listas de espera de especialidades en el Hospital de El Loa, especialmente en endodoncia y rehabilitación.

El Dr. Ponce enfatiza la influencia de su formación en la Universidad Finis Terrae: “En pregrado me enseñaron a mirar a las personas como son, sin diferencias ni juicios. La personificación en la salud, ese sello de la Finis Terrae, me ha ayudado mucho a acercarme a las personas y no solo al paciente”. 

Agradece especialmente a sus mentores, el Dr. Wenceslao Valenzuela en pregrado, y al Dr. Vidal Pomés en el postgrado de Endodoncia, quienes le brindaron las herramientas y la inspiración para llevar adelante este proyecto. “Gracias a lo que el Dr. Pomés me enseñó, muchos pacientes se han beneficiado en el Salar… soy el único endodoncista en 300 km a la redonda cuando estoy en el campamento minero. Es una labor bonita, que me llena”, concluye.