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Dra. Angélica Silva: entre la complejidad del cáncer endocrino y el avance del cáncer de piel
Cirujana cabeza y cuello y, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Finis Terrae, la Dra. Silva trabaja dos líneas de investigación en los estudios oncológicos: el carcinoma de paratiroides y el cáncer de piel.
Por Equipo Vicerrectoría de Investigación, Creación Artística y Doctorado
El carcinoma de paratiroides es un tipo de cáncer poco frecuente que afecta a las glándulas paratiroides, responsables de producir la hormona paratiroidea para regular el balance del magnesio, el calcio y el fósforo en la sangre y en los huesos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incidencia de esta enfermedad es extremadamente baja, con apenas un caso por cada dos millones de personas en el mundo. En Chile, un estudio del Hospital Clínico de la Universidad de Chile identificó apenas 18 casos en las últimas dos décadas en nuestro país.
“El cáncer de paratiroides es raro, pero indolente y progresivo. Se manifiesta como un hiperparatiroidismo primario, una endocrinopatía maligna de difícil diagnóstico. Es importante mantener un alto nivel de sospecha en pacientes con hiperparatiroidismo, niveles elevados de calcio y parathormona, junto a la presencia de un tumor paratiroideo“, explica la Dra. Angélica Silva Figueroa, cirujana de cabeza y cuello de la Facultad de Medicina de la Universidad Finis Terrae, dedicada en los últimos años a investigar esta rara patología.
Sin embargo, la académica advierte otro desafío crucial: el carcinoma de paratiroides no responde a quimioterapia ni radioterapia, lo que deja a la cirugía como única opción terapéutica. A pesar de ello, más de la mitad de los casos presenta recurrencias en los primeros años tras la intervención.
“Por ello, mi investigación se centró en caracterizar este cáncer desde una perspectiva clínica, epigenética, genómica y molecular, con el objetivo de mejorar su diagnóstico y explorar nuevas estrategias terapéuticas”, explica la especialista, quien se incorporó a la universidad en 2018.
Vocación y especialización oncológica
El interés de la Dra. Angélica Silva por la cirugía endocrina-oncológica surgió durante su especialidad de cirugía cabeza y cuello en la P. Universidad Católica de Chile, cuando atendió a dos pacientes con carcinoma de paratiroides. “Al investigar más sobre esta enfermedad, descubrí que las opciones terapéuticas eran escasas y había muchas dudas clínicas. Por esto, decidí profundizar en el tema y realizar una pasantía con la mayor experta en paratiroides en Estados Unidos”, recuerda, en referencia a su actual mentora, Dra. Nancy Perrier.
Esta inquietud la llevó posteriormente a postular a un postdoctorado en el prestigioso MD Anderson Cancer Center, en Houston, Texas, uno de los centros más importantes del mundo en investigación y tratamiento del cáncer en adultos. “Siempre fue una inquietud profundizar mis conocimientos en la cirugía oncológica y sabía que debía estudiar allí, y saber o descubrir si había algo aplicable en Chile”, comenta la profesional, quien actualmente se desempeña como cirujana en el Hospital Barros Luco y en la Clínica Redsalud en Santiago.
Su trayectoria académica se distingue por contribuciones de alto impacto. En 2023, participó en Fischer’s Mastery of Surgery, como autora en la sección de cirugía endocrina de este referente de formación internacional en cirugía. Ha publicado más de 30 artículos en revistas científicas de prestigio, como Endocrine Pathology, Hormone and Cancer, Annals of Surgical Oncology y Journal of Endocrine Surgery; y en 2024 superó las 700 citas, posicionándose como una de las investigadoras con más referencias académicas de la Universidad Finis Terrae.
Cáncer de piel: el más común y en ascenso
Si bien la Dra. Angélica Silva ha dedicado gran parte de su carrera al estudio y tratamiento de tumores endocrinos, en los últimos años ha ampliado su investigación al cáncer de piel, el más frecuente y de creciente incidencia. Su enfoque se centra en los carcinomas cutáneo-escamosos de alto riesgo, el subtipo más agresivo, caracterizado por presentaciones clínicas complejas que requieren un abordaje multimodal con cirugía, radioterapia e inmunoterapia.
Respecto a este tipo de enfermedad, la OMS proyecta que para 2050 los casos de esta patología aumentarán un 77%, alcanzando los 35 millones de diagnósticos a nivel global. Además, advierte que su incidencia seguirá creciendo en las próximas décadas debido a la exposición prolongada a la radiación UV y los efectos del cambio climático.
“El cáncer de piel es una paradoja. Es altamente prevenible, pero sigue siendo un problema grave debido a la exposición prolongada al sol y sin protección. En Chile, la radiación UV es muy alta, especialmente en el norte, y las medidas de protección no siempre son recordadas o aplicadas por la población de manera periódica, pese a las campañas que existen”, señala la académica.
En 2022, se registraron más de 530 muertes por esta enfermedad, la cifra más alta en dos décadas, según datos del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud. Del total, el 53% correspondió a hombres y el 47% a mujeres.
¿Qué recomienda para prevenir este problema de salud?
“Lo primero es evitar la exposición solar directa en horas de alta radiación, entre las 10:00 y las 16:00 horas. Es fundamental usar protector solar con un Factor de Protección Solar (SPF) de al menos 50, renovarlo cada dos horas y complementarlo con ropa adecuada, gorros y lentes con filtro UV. También es importante la autoexploración y los controles dermatológicos regulares, especialmente en personas con antecedentes familiares o personales de cáncer de piel, trasplantados, y ante factores genéticos o laborales predisponentes”.
¿Cuáles son los factores de riesgo más relevantes?
“Existen factores genéticos y ambientales. Entre los ambientales, la exposición prolongada al sol es la principal causa. Otro factor es la inmunosupresión: pacientes trasplantados de órgano sólido o con tratamientos inmunosupresores tienen un riesgo mayor de desarrollar cáncer de piel. Así como también ciertos síndromes genéticos asociados con el cáncer de piel, como Xeroderma Pigmentoso, síndrome Werner, entre otros”
Además, advierte que existe un retraso en la disponibilidad de inmunoterapias para el tratamiento del cáncer de piel de alto riesgo que han sido aprobados internacionalmente para su uso desde el 2018, como es la inmunoterapia basada en anti-PD-1/PD-L1.
“Estas terapias han transformado el manejo de la enfermedad en países desarrollados, pero en Latinoamérica aún estamos rezagados en su implementación. Falta mucho por hacer aún”, concluye la Dra. Silva Figueroa, quién junto a su labor en investigación y quirúrgica, dedica parte de su tiempo a la formación de nuevos cirujanos y médicos a través de una visión integral en la Facultad de Medicina de la Universidad Finis Terrae.