Cumpliendo sus objetivos y con positivas evaluaciones concluyeron los Proyectos Comunitarios, iniciativas que internos de la Escuela de Medicina de la Universidad Finis Terrae, desarrollaron en localidades rurales de diversas zonas de nuestro país.

Esta serie de iniciativas buscan aportar a la formación de los estudiantes y se llevan a cabo en siete comunas con características rurales, donde la Escuela de Medicina tiene convenios asistenciales-docentes: La Cruz, Hijuelas y Cabildo, en la Región de Valparaíso; Paine y Buin, en la Región Metropolitana; Doñihue, en la región de O’Higgins; además de Isla Santa María, en la región de Bío Bío.

El doctor Cristian Valenzuela, coordinador por parte de la Escuela de Medicina, indicó que los proyectos tienen como principales objetivos “incentivar a nuestros internos a diseñar y ejecutar trabajos que intercedan en directo beneficio de cada comunidad, incluyendo mediciones de impacto real y tangible. A su vez, también buscan fortalecer los lazos y el vínculo con los habitantes de cada comuna, generando una relación de mutuo beneficio y de apoyo humano y científico”.

Más de 50 internos han trabajado por 8 semanas en cada comuna, en una instancia que está inserta en el contexto de sus internados rurales curriculares. Todo marcado por la pandemia del COVID-19, que obligó a replantear el formato en que se llevarían a cabo.

“Lo primero fue decidir que los proyectos continuarían, pero de manera online y remota, lo que significó un gran desafío logístico y comunicacional entre los equipos de la Universidad y los equipos de salud locales de cada comuna, para poder planificar y llevar adelante las intervenciones” explicó Cristian Valenzuela, quien agregó que “se optó por centrar las temáticas en el desarrollo del tema COVID en sus distintas ramas, desde la educación, cuidados y prevención de la enfermedad hasta evaluar el impacto en la salud mental de los pacientes y la sociedad, a raíz de las cuarentenas y aislamiento social”.

Las experiencias de los internos

Trabajar a distancia supuso un desafío extra. Por ejemplo Symon Silva, interno de sexto año, fue parte de ‘Cuida tu salud mental’, proyecto desarrollado en la comuna de La Cruz de manera remota que “constaba de acompañamiento telefónico semanal durante cuatro semanas a adultos mayores, donde desarrollamos seguimiento e incluso en algunos casos, control de salud mental de pacientes, previo consentimiento”.

“La idea era intentar acompañarlos, resolver todas las dudas que pudieran tener sobre la pandemia, hacer educación sobre medidas de higiene de sueño o de manejo de ansiedad. Y en caso de detectar algún signo de alarma, lo derivábamos al equipo de salud mental de la municipalidad” indicó Silva, quien sostiene que “fue enriquecedor para la formación y también los pacientes lo recibieron muy bien, ya que en general los adultos mayores viven solos, se sienten poco escuchados y acompañados. Ellos nos hacían sentir que esperaban nuestra llamada”.

Un resultado parecido presentó ‘Lugar de encuentro en tiempos de pandemia’, proyecto llevado adelante por la interna de sexto año Loreto Pacheco en la comuna de Cabildo. “Aplicamos una encuesta vía telefónica a los pacientes del programa de salud mental municipal, con el objetivo de poder evaluar el impacto de la pandemia y posible descompensación de sus patologías de los pacientes” señala.

Pacheco resalta que “pudimos pesquisar a muchos pacientes descompensados, los cuales fueron derivados y evaluados inmediatamente por profesionales”, lo que fue valorado por los responsables del programa de salud mental de Cabildo, quienes le adelantaron que “a futuro utilizarán esta herramienta como programa de salud mental. Fue muy gratificante realizar este proyecto, tuvimos un gran apoyo de la Escuela de Medicina y de las personas en Cabildo”.

‘Juntos por la salud’ fue el programa que Camila Saavedra, interna de sexto año, impulsó en la comunidad de la Isla Santa María. Ahí la idea era seguir trabajando en el proyecto cardiovascular que se venía tomando con anterioridad, pero “con la dificultad de hacerlo a distancia, en una comunidad que no estaba muy abierta a participar y donde hay un porcentaje importante de habitantes que no sabe leer y escribir”.

“Teníamos que encontrar algo que pudiéramos hacer a la distancia y donde llegáramos a todos, por lo que se nos ocurrió hacer videos educativos cortos y entretenidos sobre las enfermedades cardiovasculares más prevalentes en la isla. Los repartimos por WhatsApp, Facebook e Instagram y tuvieron muy buena acogida” indicó Saavedra, quien reconoció que “fue un trabajo difícil de hacer a la distancia y buscando comunicar a tanta gente, pero siento que superamos nuestras expectativas”.

Estas experiencias fueron muy bien evaluadas, lo que para el doctor Cristian Valenzuela se debe en gran medida “al excelente, dedicado y esforzado trabajo de los internos por cada uno de sus proyectos, manteniéndose en constante comunicación con los equipos sanitarios locales, con los directivos y con los mismos vecinos y pacientes”.