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Susan Franklin: “En tus manos está la vida de una persona y esa es una tremenda responsabilidad”

La kinesióloga de la Unidad de Cuidados Intensivos del Instituto Nacional del Tórax trabaja con pacientes COVID. Dice que mantener la calma es muy importante: “Esto pasará (…) será un recuerdo que nos hizo ser más fuertes y humanos para el futuro”.

Publicado: Agosto 25, 2020

“Siento que estoy ‘donde las papas queman’, siendo proactiva, entregando ideas, dando mi opinión ante situaciones, pero siempre con humildad y abierta a aprender cosas nuevas a las que me veo enfrentada. Siempre estando atenta a lo que pasa a mi alrededor y tratando de mejorar”.

Así es como Susan Franklin, kinesióloga egresada de la U. Finis Terrae, resume su quehacer durante la pandemia de COVID-19 como kinesióloga en la Unidad de Cuidados Intensivos en el Instituto Nacional del Tórax.

En medio de sus turnos de 24 horas y sus días libres, que dedica a estudiar para un diplomado de Ventilación Mecánica, trata de darse espacios de autocuidado y reflexión.

“Trato de darme espacios de conexión conmigo misma, para pensar en mí y reflexionar qué cosas puedo hacer para sentirme mejor y llevarlas a cabo. Por ejemplo, me tomo un día de sólo de autocuidado y los demás días los dejo para estudiar y trabajar”, explica.

 

¿Qué es lo más difícil de trabajar en esta circunstancia de pandemia? 

Lo difícil de trabajar es el miedo a contagiar a las personas con las que vivo. Cada día que llego a mi casa hay una posibilidad de contagio, ya que paso más de 24 horas atendiendo pacientes con coronavirus. Existe mucho estrés social ante esta nueva situación que estamos viviendo. Lo difícil es entender que en tus manos está la vida de una persona y lidiar con esa tremenda responsabilidad y la templanza para poder trabajar bien.

 

¿Cuál diría que es su principal aporte a esta situación?

Aporto muchísimo porque tengo un rol activo dentro de mi lugar de trabajo. Estar ahí, frente a pacientes que se están muriendo, requiere de mucha comunicación dentro del equipo de trabajo, con enfermeras y médicos. Siento que estoy ‘donde las papas queman‘, siendo proactiva, entregando ideas, dando mi opinión ante determinadas situaciones, pero siempre con humildad y abierta a aprender cosas nuevas a las que me veo enfrentada. Siempre estoy atenta a lo que pasa a mi alrededor y tratando de mejorar.

 

¿Cómo se siente frente a todo lo que está pasando?

Es muy complicado adaptarse a un medio que no es elegido como una pandemia, nadie estaba preparado ni física ni psicológicamente para esto. Por eso es más difícil esa “adaptación”’ obligada, frente a la que no hubo tiempo de dimensionar. Aún así siento que ya voy adaptándome mucho mejor, mantener la calma es muy importante en estos tiempos. Pienso que todo esto pasará en algún momento y que sólo será un recuerdo que nos hizo ser más fuertes y humanos para el futuro.

 

¿Qué herramientas recibidas durante su formación aplica hoy?

Principalmente el conocimiento sobre Kinesiología. Además, los lugares donde pude hacer mis internados me formaron muchísimo para lo que estoy viviendo hoy, como el Hospital Sótero del Río y la Posta Central. También en cuarto año tuvimos un ramo que incluía psicología y comunicación efectiva referidas principalmente a pacientes y, sin duda, ha sido totalmente aplicado en mis intervenciones kinésicas. Deberían existir aún más ramos o electivos de psicología enfocados en el ámbito de la salud.

 

¿Qué consejo entregaría a las personas que están trabajando desde sus casas? 

Primero, si puede que siga quedándose en casa y que no se olviden de sus momentos de autocuidado. Hacer algo que los distraiga y conectarse con lo que le sucede a uno, preguntarse: qué puedo hacer yo para cambiar cómo me siento. Que tomen esta experiencia como una oportunidad para aprender a lidiar con momentos difíciles y canalizar las emociones para que no interfieran tanto. Por eso encuentro tremendamente necesario poder tomarse los momentos personales, dejando de lado la televisión y toda la información sobre el Coronavirus. Tener puntos de apoyo, realizar videollamadas con amigos, llamar a la familia, tomar esto como un desafío que nos pueden entregar cosas muy provechosas para el futuro.