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Cristóbal Meriño, fundador de Realimentos Chile: “A 50 minutos de Santiago la gente lo estaba pasando mal y yo no me podía quedar con las manos cruzadas”
En 2019, el estudiante de Ingeniería Comercial creó esta fundación con el objetivo de generar una economía circular a través de la reutilización de alimentos y desperdicios orgánicos.
Mientras andaba en bicicleta por la localidad de Montenegro, en la comuna de Til Til, Cristóbal Meriño observó unos animales cerca de una casa. Les dio de comer las cáscaras de un plátano y lo que le quedaba de una manzana. En ese momento recordó lo que aprendió en el ramo de Modelos de Innovación y reflexionó: “¿Qué pasaría si saco todos los residuos de Santiago y los reparto en las localidades que necesiten estos alimentos?”.
Desde ese día, el estudiante de quinto año de Ingeniería Comercial de la Universidad Finis Terrae comenzó a idear el proyecto que, en 2019, se convirtió en la Fundación Realimentos. Esta iniciativa tiene por objetivo generar una economía circular a través de la reutilización de alimentos y desperdicios orgánicos.
Durante el año que lleva de funcionamiento, la fundación ha logrado crear nexos con las comunas de Las Condes y San José de Maipo, en la Región Metropolitana, y Licantén, en la Región del Maule. Además, estableció acuerdos con diferentes entidades como la Feria de “Lo Valledor”.
¿En qué consiste el trabajo que realiza esta fundación?
Consiste en el rescate de residuos orgánicos con el fin de poder alimentar animales que estén en necesidad, ayudando así a diferentes personas y a nuestro medio ambiente, generando un triple impacto: económico, social y medioambiental. Además, buscamos crear conciencia de que tenemos la oportunidad de ser mejores personas y dar eso a nuestro mundo. Actualmente somos una de las pocas entidades que generamos tantos impactos a través de una acción.
¿Cómo comenzó a desarrollar este proyecto?
El inicio del proyecto fue duro. Todos pensaban que estaba loco y me cuestionaban qué podría hacer con tanta “basura”. Pero para mí era la ayuda necesaria para generar un impacto, debido a que en lo simple está la complejidad. El apoyo inicial fue escaso, pero siempre tuve la convicción de que el futuro es la circularidad de las cosas.
¿Cuál fue la principal motivación para crear esta fundación?
Me motivó el poder generar empatía y conciencia. A 50 minutos de Santiago la gente lo estaba pasando mal y yo no me podía quedar con las manos cruzadas, viendo cómo se mueren los animales de las personas que además son su sustento económico. Esta es mi forma de poder cambiar un pedacito del mundo.
¿Qué dificultades enfrentó?
Enfrenté muchas dificultades. El partir de cero sin ningún recurso más de lo que yo tenía en ese momento, que eran solo mis ganas de poder cambiar la vida de las personas. Viví muchas frustraciones debido a la poca valorización que se da a los proyectos si no tienes un respaldo. Pese a eso, sacamos este proyecto, que hoy es fundación, adelante junto a mis cercanos y con personas que tienen la convicción de tener un mundo mejor.
¿De qué forma su formación académica le permitió desarrollar este proyecto?
A nivel académico debo decir que hubo un ramo que me marcó: Modelos de Innovación, que imparte la profesora Fernanda Vicente. Me hizo cuestionar el mundo entero y me dejó pensando sin límites. La creatividad es ilimitada y este fue un apoyo fundamental. La profesora siempre estuvo al tanto de lo que hacía y estaba orgullosa. Siempre le estaré agradecido.
Durante el periodo de cuarentena ¿Cómo ha funcionado esta fundación?
Los primeros dos meses de la pandemia como Realimentos Chile comenzamos a ver alternativas para seguir operando. Llegamos al acuerdo de seguir realizando nuestras acciones, pero de forma remota para tomar resguardos, funcionando en base a donaciones y así llegamos con la ayuda a las zonas que teníamos previstas. Trabajamos en la ayuda y planificación de entrega en las comunas con las que tenemos nexos. Luego reactivamos el trabajo y comenzamos a formar nuevos convenios, dado que la gente lo necesitaba, con Lo Valledor y San José de Maipo. Ya llevamos tres semanas entregando alimentos a la zona de San José de Maipo.
¿Qué sientes al aportar mediante tu proyecto?
Me genera mucha emoción y amor por lo que haces. Aportamos un granito de arena al mundo que hoy nos necesita. Ver la cara de esas personas y la alegría que sienten es impagable. Además ayudamos en el aspecto económico, ya que a través de Realimentos Chile hay personas que logran tener nuevos trabajos de los sectores donde realizamos recolecciones. Socialmente ayudamos a personas que lo necesitan y también a sus animales. Ambientalmente sacamos toneladas de desperdicios que son contaminación en nuestro mundo, por lo que generamos un aporte total.
¿Qué es lo más difícil de trabajar en estas circunstancias?
Tener que estar tan lejos de las personas, no poder estar en las ferias recolectando y ver que se siguen perdiendo toneladas de residuos orgánicos, que son útiles para alimentar animales que lo necesitan. Estar en contacto con la gente, dar un abrazo a esas personas que lo necesitan tanto más ahora que lo están pasando mal.
¿Qué significa para ti Ser Mejor?
Para mí ser mejor es ser capaz de generar una conciencia colectiva de que cada persona y cada elemento de este planeta tienen importancia. Es ser empático y ponerse en el lugar del otro. Creo que eso marca la diferencia en el mundo.