Estudiantes visitaron comunidades de Curicó en Misiones de Invierno

Durante la semana del 14 de julio, estudiantes de distintas carreras de la Universidad Finis Terrae visitaron las comunidades de Cordillerilla y Las Piedras, ambas ubicadas en el sector de Los Niches, en la comuna de Curicó.

Publicado el 7 de agosto, 2025 · 5 min lectura

Un total de 47 estudiantes, provenientes de 12 carreras diferentes, eligieron dedicar una semana de sus vacaciones de invierno para participar de las misiones, con el propósito de acompañar, compartir la fe y ponerse al servicio de los demás. A través de distintas acciones pastorales, recreativas y formativas, los misioneros buscaron no solo aportar y acompañar a los habitantes de la zona, sino también crecer personalmente, conocer nuevas realidades y compartir con otros voluntarios.

Una de las actividades esenciales fue la visita puerta a puerta, en la que los vecinos pudieron recibir a los estudiantes en sus hogares para compartir momentos con ellos. Fue aquí donde los voluntarios encontraron un espacio para poder acompañar a los vecinos a través de la conversación y la escucha activa, lo que se transformó en la creación de lazos entre los estudiantes y las personas de las zonas visitadas.

Además de las visitas puerta a puerta, los misioneros tuvieron la oportunidad de visitar a los adultos mayores de la Fundación Las Rosas y a los alumnos de la Escuela Diego Portales de Cordillerilla. La decisión de extender las misiones a distintos espacios, busca que los estudiantes aprendan a vivir en clave misionera, poniendo sus talentos y conocimientos profesionales al servicio de los demás. Gracias a estas acciones, más de 300 personas, entre niños, adultos mayores, familias y colaboradores de las instituciones visitadas, fueron acompañadas y beneficiadas.

Angélica Herrera, directora de Pastoral de la Universidad Finis Terrae, explica: “estas acciones no solo fortalecen la evangelización, sino que también responden a necesidades concretas del entorno y forman estudiantes con una visión integral del servicio. Descubren que la misión trasciende la conversación puerta a puerta y se extiende al futuro ejercicio profesional y a cada gesto de amor, cuidado y transformación social”.

Las misiones ofrecen un espacio clave para la formación integral de los estudiantes, quienes durante esta experiencia desarrollan habilidades blandas y aprenden a salir de sí mismos para entregarse a otros. Estas instancias permiten a los misioneros una oportunidad para desarrollarse como profesionales íntegros, ya que en esta semana crecen en el autoconocimiento a través de la entrega y el servicio. Así lo destaca José Mateos, vicerrector de Formación Integral de la Universidad Finis Terrae: “en las misiones tienes que entregarte a las personas y buscar dentro de ti lo que vas a entregar. No es qué cosas les vas a dar o qué actividades vas a hacer, sino, sobre todo, el encuentro de persona a persona, que permite descubrir la riqueza propia y la de los demás”.

En su visita a la Fundación Las Rosas, los misioneros realizaron diversas actividades para tener un encuentro personal con los adultos mayores, a través de conversaciones, juegos y cantos. De esta manera lograron sacar a los residentes de su rutina diaria y regalarles un tiempo de calidad y compañía.

“Desde la Fundación estamos muy agradecidos por su presencia, con esa alegría, ese ánimo y entusiasmo que han llevado a nuestros residentes, al personal, directivos y a todos los que trabajamos en la fundación”, comenta la Hermana Marta, una de las trabajadoras de la fundación que recibió el apoyo de los misioneros durante la semana.

Algo similar se vivió en la Escuela Diego Portales de Cordillerilla, donde los voluntarios realizaron una serie de actividades educativas, recreativas y de acompañamiento con los alumnos, para poder formarlos y compartir con ellos a través del deporte, el arte y las risas. Realizaron talleres en los cursos de básica y tuvieron algunas intervenciones en los recreos en las que los niños pudieron dibujar, jugar, pintarse las caras, reconocer emociones, entre otras cosas.

Los misioneros compartieron diariamente con la comunidad en las misas celebradas en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, ubicada en Cordillerilla, y en una misa de cierre en la capilla Santísima Trinidad, en Las Piedras. Al final de la semana, compartieron encuentros de cierre en ambas comunidades, donde pudieron agradecer y reflexionar sobre la experiencia vivida.

Tanto los misioneros como los vecinos valoraron profundamente el tiempo compartido. “Feliz de tener a los misioneros compartiendo con toda la comunidad y llevando la palabra de Dios a todas las casas. Lo agradezco un montón, porque en estos tiempos se necesita muchísimo”, comenta Brígida, encargada de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes.

Por su parte, Heliana, una vecina del sector, expresó:  “estamos un poquito emocionados por todos los niños que vinieron a Cordillerilla. Son muy valientes, y estoy orgullosa de estos jóvenes que nos dejan una huella”.

Para los estudiantes, esta fue también una experiencia llenadora. “Las comunidades que visitamos nos recibieron con una calidez que conmovía. A pesar del frío, siempre había una puerta abierta, un tecito, y sobre todo, un corazón dispuesto a compartir. El vínculo que se genera es real y lleno de amor”, comenta Valentina Galarce, quien fue la jefa de zona de las misiones. 

Daniel Conejeros, jefe de zona, agregó: “las misiones tienen un impacto enorme para las comunidades, pero también para los misioneros. Es hermoso ver como el amor de Dios se expresa a través de un gesto, una conversación, o simplemente una mirada o un saludo”.

Más allá de las actividades realizadas, lo esencial de esta experiencia fue el encuentro humano y la fe compartida, que fortalecen la fraternidad, el sentido de comunidad y la formación de cada uno de los voluntarios.