Panel de Expertos analizó los desafíos que enfrentará el proceso constituyente
El ex ministro del Tribunal Constitucional, Enrique Navarro; la presidenta de Asociación chilena de Derecho Constitucional, Ana María García, y el director del Instituto de Estudios de la Sociedad, Claudio Alvarado abordaron la pertinencia de una reforma.
La consideración de la historia constitucional republicana de Chile, el debate en torno a la “hoja en banco” y el “acuerdo de los 2/3” fueron los temas clave que abordaron los cuatro abogados constitucionalistas que, esta mañana, participaron en el Panel de Expertos, organizado por la U. Finis Terrae, para aportar en la discusión en torno al proceso de elaboración de una nueva Constitución para Chile.
Los constitucionalistas Ana María García, presidenta de la Asociación Chilena de Derecho Constitucional; Enrique Navarro, ex ministro del Tribunal Constitucional y académico de la U. Finis Terrae; Claudio Alvarado del Instituto de Estudios de la Sociedad, e Ignacio Covarrubias, decano de la Facultad de Derecho de la U. Finis Terrae, abordaron el valor histórico de este proceso desarrollado en democracia y los aspectos más complejos en los que se debe llegar a acuerdo.
“La hoja en blanco es una expresión atractiva, porque supone que vamos a partir de cero, sin un texto anterior preconcebido; es más bien simbólica. Pero Chile tiene una larga tradición republicana respecto a la Constitución y eso no se debería desconocer”, dijo Ana María García.
A su juicio, quienes participen en esta convención mixta o constituyente tendrían que considerar ciertos principios constitucionales que han inspirado la tradición política constitucional chilena desde hace más de doscientos años.
“Hay que considerar principios tales como la soberanía popular, la separación de poderes y la organización misma gubernamental, puesto que estamos insertos dentro de un proceso democrático y hay ciertos principios que van a ir llenando esa hoja en blanco, además de tomar en cuenta los tratados de Derechos Humanos suscritos por Chile”, afirmó la presidenta de la Asociación Chilena de Derecho Constitucional.
Una premisa que comparte Enrique Navarro, ex ministro del Tribunal Constitucional y académico U. Finis Terrae: “Una Constitución pensada como hoja en blanco significaría que parte de la nada (…) Pero toda Constitución tiene antecedentes, tradiciones e instituciones que la han gobernado por los últimos 200 años, eso sin duda se debe considerar como un elemento tanto en materia de derechos fundamentales como en la organización del poder”, explicó el abogado.
Respecto a los 2/3, tema en el cual se generó consenso entre los expositores, Navarro precisó que la Constitución establece los principios generales, el funcionamiento esencial del estado de derecho, los derechos fundamentales y sus garantías. “Pero la implementación de las mismas en materias de vivienda, salud, educación y previsión se hace a través de leyes y de la potestad del gobierno de turno. Y eso va a requerir en materia presupuestaria importantes glosas que todos los años tienen que ejecutarse. Esa va a ser una gran tarea para este gobierno y los futuros”.
Un nuevo pacto social
La dimensión política de este proceso es fundamental, destacó Claudio Alvarado: “este proceso de cambio constitucional que se inicia si bien tiene riesgo también es una oportunidad para hacernos cargo de un debate que lleva mucho tiempo en el tapete”.
El abogado explicó que “si bien esta reforma no nos va a solucionar todos los problemas y el nuevo pacto social no se identifica con lo constitucional, esta es una arista de ese nuevo pacto que creo que es importante enfrentar con altura de miras y buena fe, porque es el único modo de que se encauce de forma adecuada”.
Ana María recordó que las tres Constituciones más extensas que ha tenido Chile –las cartas de 1833, 1925 y 1980– han surgido como consecuencia de “quiebres institucionales y de una ruptura institucional profunda, con participación de los militares y crisis que han convulsionado al país”.
En ese sentido, subrayó que “esta sería la primera vez y una verdadera oportunidad histórica en que la participación ciudadana, que por mucho tiempo ha sido relegada, va a poder contribuir a un nuevo pacto social que, en definitiva, podrá fortalecer nuestra democracia”.
El abogado y decano de la Facultad de Derecho de la U. Finis Terrae, Ignacio Covarrubias, en tanto, alertó respecto a los riesgos que podría enfrentar este proceso. “El peligro y la paradoja de quienes critican a la Constitución (actual) por ser inflexible, generalmente con el ánimo refundacional, terminan estableciendo constituciones más inflexibles y más pétreas, como el caso de las constituciones venezolana, ecuatoriana y boliviana”, dijo el decano.
El constitucionalista aseguró que, de ser ciertos dichos riesgos, “la Constitución no será la válvula que permita encausar el malestar, sino que lo agudizará, porque a la frustración de la política se agudizará la constitucional”.
Esto, añadió, debido a que “todos hemos puesto nuestra esperanza en lo que puede pasar ahora, pero lo que la Constitución puede hacer no es mucho y la problemática social se da porque al parecer la clase política no ha hecho su trabajo (…) No es la Constitución la que deba resolver esos problemas, entonces hay que tener cuidado con las expectativas que se están haciendo las personas respecto a esta reforma”.
Finalmente, Enrique Navarro destacó que toda Constitución es perfectible. “Algunos consideran que existe una sensación de crisis y que eso tiene que plasmarse en un nuevo texto. Vamos a ver qué pasa en definitiva con esta nueva institucionalidad para ver si eso es así. Lo importante es que, cualquiera que sea el texto, perdure en el tiempo, que es lo que normalmente se establece en la historia constitucional promedio. Entonces es muy importante que se llegue a un acuerdo que facilite la paz social y la recomposición de nuestro estado de derecho”, sentenció.