Académicas y académicos debaten sobre feminismo en 4to Encuentro de Investigación
¿Le compete a una ley proponerse como objetivo prioritario el generar cambios culturales? ¿A través de qué medios? ¿Es esa la finalidad de las leyes?, fueron algunas de las preguntas planteadas.
Un interesante debate sobre feminismo y sus inspiraciones filosóficas se tomó el 4º Encuentro de Investigación de Derecho de la Universidad Finis Terrae, donde la académica de la Facultad, Javiera Corvalán, expuso sus reflexiones sobre el proyecto de nueva ley de violencia contra la mujer, actualmente en tramitación parlamentaria.
Durante la actividad, la ponencia fue comentada por la profesora invitada Gabriela Caviedes, licenciada en filosofía y pedagogía de la Universidad de Los Andes (y doctoranda en la misma Universidad), además de varios otros profesores del cuerpo académico de la facultad.
En enero de este año y tras un amplio debate, el pleno de la Cámara de Diputados finalmente aprobó y despachó al Senado el proyecto de ley que establece el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. Entre las finalidades de la moción que propone modificar la Ley Nº20.066 está la de mejorar las respuestas institucionales a las víctimas de violencia intrafamiliar y reconocer las diversas formas de violencia de género que existen, para generar un cambio cultural.
Faltan definiciones.
A juicio de la profesora Corvalán, la primera pregunta que cabe hacerse es precisamente si le compete a una nueva ley generar cambios culturales o no. A reglón seguido, la académica agrega que también es problemático que la nueva ley pretenda usar la palabra “género”, sin definir el concepto: “no lo define ni el proyecto de ley, ni ningún otro documento vinculante para Chile”.
“En el país no tenemos una definición exacta de género. Curiosamente sí hemos definido recientemente ‘identidad de género’, en una nueva ley que regula esa materia, pero no hemos definido ‘género’. Faltan precisiones en las palabras que se están usando”, advirtió la profesora de la Universidad Finis Terrae.
La experta consideró injusto que en la moción legal que busca modificar la legislación la mujer sea tratada a priori como una clase oprimida. Además sostuvo que se está abusando del concepto de “rol” de la mujer en una sociedad. “Se ha levantado la bandera del ‘rol’ de una manera que parece dañina, como si todo se tratase de roles y papeles que cumplimos, olvidando que la primera pregunta debe ser acerca del modo de ser”, planteó.
Falta precisar conceptos, según Javiera Corvalán, porque el que no distingue, termina confundiendo y “si el feminismo nació para defender a la mujer y la mujer no es nada o es pura autonomía o puro rol, nos quedamos sin aquello que está llamado a defender el feminismo”.
Feminismo y posmodernismo filosófico.
La licenciada en filosofía y pedagogía de la Universidad de Los Andes, Gabriela Caviedes, explicó la forma en que el feminismo se ha visto alimentado intelectualmente por autores como Friedrich Nietzsche, Michel Foucault y Jacques Derrida. “Esos autores recurren al concepto de violencia para hablar de cualquier noción que sea presentada como universal y absoluta, siendo en realidad, a juicio de ellos, algo arbitrario y contingente”, explicó.
La profesora invitada expuso que el feminismo inspirado en ese tipo de filosofía precisamente usa la idea de violencia para referirse a todo aquello que tenga pretensión de erigirse como universal, “y para ellos un ejemplo claro es justamente la cultura en la que estamos insertos, que sería violenta en sí misma”.
“Es muy fácil caer en la trampa de pensar que para eliminar la violencia de género es necesario cambiar de raíz la cultura; se puede caer en el error de pensar que hay que rechazar toda la cultura que se ha construido en torno a la sexualidad”, consideró Caviedes.
Debate académico.
El decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Finis Terrae, Ignacio Covarrubias, también estuvo presente durante el debate que se generó en el Cuarto Encuentro de Investigación de la Facultad.
A su juicio, el objetivo final de un proyecto de ley como el que busca erradicar la violencia contra la mujer implica discriminar para evitar la discriminación. “La función clásica del derecho es dar a cada quien lo suyo, aquí y ahora; mientras que según otras visiones el derecho tiene como fin mejorar una situación histórica, no el aquí y el ahora”, sostuvo.
Por su parte, la Directora de la Escuela, Sara Moreno, planteó una visión desde otra vereda. “Estoy en desacuerdo con que si no hay una esencia de la mujer, el feminismo se quede sin objeto; es como plantear que si el pueblo negro no tuviera una especificidad que justificara su opresión, entonces la lucha contra el apartheid no tendría objeto”, aseveró.
La profesora Moreno recalcó que cuando los grupos de interés dentro de una sociedad pueden participar del debate sobre cambios en el ordenamiento jurídico, siempre tienen una pretensión hegemonista-cultural, porque “no hay que ser ingenuo, toda normativa también tiene una pretensión hegemonista-cultural. Por ejemplo, prohibir el matrimonio homosexual es un ejemplo de cómo la cultura de algunos trata de imponerse sobre el resto”.
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