A 70 años de la creación de “Condorito”, descubre la historia del académico autor de sus chistes
El escritor Benito Escobar, académico y coordinador de Análisis de Egresados de la U. Finis Terrae, aquí relata sus tres años de experiencia como parte del equipo que dio vida a este emblemático cómic chileno.
Si bien hoy la escritura de Benito Escobar (49), coordinador de Análisis de Egresados de la U. Finis Terrae, está más orientada al género dramático, durante años fue cómica. No recuerda cómo, pero durante tres años formó parte del equipo de guionista de la revista Condorito. Para Benito el humor tiene que ver con la confusión, el doble sentido, el juego entre el texto y la imagen y la exageración. Por lo tanto, escribir chistes no era una tarea fácil, sino una constante exigencia.
Desde marzo de 2019 que trabaja como coordinador de Análisis de Egresados, pero su relación con la Universidad comenzó en el año 1998, cuando entró a hacer clases de dramaturgia.
Durante su vida se ha desarrollado en diferentes áreas, desde ser director de una asociación de debates, hasta ser editor periodístico. Para Benito su trabajo en Condorito fue fundamental para generar empatía, interés y contenido a la hora de interactuar. “Siempre he sido una persona que aprecia las palabras en todo su amplio espectro”, afirma Benito sobre la escritura.
-¿Cuál es tu conexión con condorito?
-No me acuerdo cómo, quizás por un contacto, pero necesitaban guionistas en Condorito. Siempre he tenido cercanía con el humor, entonces acepté. Durante tres años pertenecí al grupo de cuatro a cinco guionistas que tenía Condorito.
-¿Cuál era tu trabajo?
-Escribir chistes. Era un trabajo que significaba desarrollar la creatividad y estar sometido a la exigencia, porque tenía que enviar los chistes para ser revisados. Como te pagaban por chiste aprobado, enviaba alrededor de 25 chistes a la semana y te aprobaron seis o siete como máximo.
-¿Qué condicionamientos tenías a la hora de escribir chistes?
-Muchos, ya que Condorito se vendían en toda Latinoamérica por lo tanto, el humor tenía que ser universal. Además, tenían que ser chistes blancos, que no fueran subidos de tono, sin lecturas políticas, ni religiosas. Siempre existió un pie forzado.
– O sea, ¿la universalidad era la mayor dificultad?
-Sin duda, pero también buscar hacer reír, que fuera cómico.
-¿En qué momento te acercas al mundo de las letras?
-Siempre, desde que comienzo a leer material que me parecía interesante, es algo que siempre ha estado ahí, por eso decidí estudiar Literatura. Siempre he sido una persona que aprecia las palabras en todo su amplio espectro.
-¿Qué se siente haber hecho reír a tanta gente?
-Ojalá que la gente se haya reído mucho, más que risas yo creo los chistes sacaban sonrisas. Era parte del oficio y es gracioso, pero es parte del proceso. Por ejemplo, trabajé en la televisión, y también mucha gente veía mis historias. Ayuda al ego, pero eso sería no más.
-¿Cómo era el proceso para escribir los chistes?
-Sentarse y pensar. Siempre andaba con una libreta, por ejemplo estaba en la micro o en una fiesta, y de repente venían hallazgos lingüísticos. El humor tiene que ver con la confusión, el doble sentido, el juego entre el texto y la imagen y la exageración. Se me ocurría una idea, la anotaba y luego la desarrollaba un poco más.
-Condorito pertenece a Televisa, ¿qué te parece su cierre?
-Todo va mutando. No es que la gente deje de consumir historias, ficción o humor, si no que las desplaza a otras plataformas. Hoy es muy difícil tener rating y lecturas, porque el público ya no está ahí, ahora el mundo está viendo streaming, netflix, youtube u otras plataformas.
-Pero, ¿no sentiste nada especial?
-Para nada, fue gracioso, yo lo digo con orgullo, pero fue parte de una tradición y hay mucha gente que ha trabajado ahí, yo aporté mi granito de arena.
-¿Qué te aportó Condorito para tu desarrollo laboral?
-Para un profesional tener una experiencia laboral diversa es fundamental, por ejemplo Condorito genera empatía, interés y contenido. Todas las experiencias nutren el accionar profesional y lo que hoy pide el mundo es la flexibilidad. Creo que eso es lo que humaniza.
-¿Leías tus chistes?
-Alguna vez los leí.
-Tu escritura, ¿siempre ha estado ligada a lo cómico?
– No, mi escritura ahora va por otras zonas. En un principio uno de mis primeros textos en el teatro era cómico, pero luego deriva hacia una escritura más densa. Me encanta el humor, puedo disfrutar de él, asimismo con el drama. La vida tiene de todo y hay que asumirla como tal.
-¿Hubieses vuelto a Condorito?
-No lo creo, fue una etapa buena y ya. Escribir chistes para Condorito no daba mucho dinero y uno necesita más que solo escribir por amor al arte.
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