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Ignacio Chuecas inauguró el Año Académico de la carrera de Licenciatura en Historia: “Ser mejor es darle a la alteridad el valor que se merece”

Colonialismo, poder, propiedad y Araucanía fueron algunos tópicos expuestos por el Doctor en Historia y profesor de la UC de Valparaíso.

Publicado: Abril 5, 2019

La Escuela de Historia de la Universidad Finis Terrae inició su Año Académico con la exposición de Ignacio Chuecas, historiador, Doctor en Historia y profesor de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, quien dictó la conferencia “Colonialismo, poder y propiedad: el caso de la Frontera chilena”.

¿Qué puede unir a un terrateniente de la Colonia con el presidente de una empresa gasífera de nuestros días? En la exposición del profesor Chuecas, experto en este período, quedó de manifiesto lo que, para su perspectiva de historiador, resulta evidente: el espíritu de la Colonia no ha abandonado a Chile, pues al comparar las lógicas del poder de ambas épocas las similitudes son sorprendentes y constantes.

Según el historiador, la construcción del poder se sustenta a través de tres baluartes que resultan comunes a las dos épocas: las redes, el prestigio y el capital que se obtiene, tanto entonces como ahora, de las tierras, los trabajadores, los cobros y las jerarquías.

En su exposición en la U. Finis Terrae, el profesor Chuecas hizo referencia a que los medios de comunicación nos presentan hechos que, si bien para el público común pueden parecer insólitos y novedosos, para un historiador, presentan un sospechoso “aire de familia”.

Y es que tanto para las élites coloniales como para las modernas el poder es un factor que configura la realidad y los derechos que actúan sobre ella. Lo que explicaría por qué el dueño de un terreno colindante con áreas de uso público considera tener la propiedad para establecer quién lo puede visitar y quién no.

En una apurada conversación, el doctor Chuecas precisó algunos conceptos expuestos en su charla.

– ¿Qué opina usted de la eventual pérdida de interés en la historia de las nuevas generaciones?
– Es una pregunta compleja, porque tiene que ver tanto con el tipo de educación como con los valores que se han impuesto en la sociedad. Y creo que tiene que ver con una sociedad que está extremadamente “economizada”, en que la economía y sus principios priman por sobre cualquier otro aspecto.

– ¿Y qué pasa con lo humano en el mundo moderno? ¿Es la enajenación del hombre en las redes sociales una de sus consecuencias?
– Sí y no. Yo comparto la noción de que las redes sociales son también una oportunidad porque ellas nos están dando nuevos escenarios para hacer historia más contingente. En ellas hay historias personales, historias familiares, incluso comunitarias, que están en las redes sociales lo que es un resultado inesperado de algo que, en un comienzo, tenía un cariz más económico que humano.

– No podemos despedirlo sin hacerle la pregunta acerca del eslógan de nuestra universidad ¿Qué es para usted #SerMejor?

– Creo que, en el contexto de lo que estoy investigando, es ser más humano, es aceptarnos y querernos como seres humanos. Y eso es lo que nos enseña la Historia: abrazar las luces y las sombras de lo que significa ser humano. Y también ser autocríticos. Entrar en nuestra historia y reflexionar si hay cosas que podríamos haber hecho mejor o por las que, sencillamente, tendríamos que pedir perdón.

– El reconocernos y reconocer al otro.
– Bueno, la alteridad, el reconocer al otro es difícil. Y, ser mejores es darle al otro, a la alteridad, el valor que se merece. Generalmente, en las ideologías estatales es difícil reconocer al otro porque lo que se quiere es validarse a sí mismo; hay una estrategia contínua de auto validación y por lo tanto no hay espacio para la originalidad o la existencia del otro.

Por Paola Carrillo, periodista en práctica