Conociendo a nuestros equipos: Escuela de Arquitectura, diversa, cercana y abierta a los desafíos
Caracterizada por estar abierta a la incorporación de nuevas ideas, además de la cercanía y fluidez entre sus integrantes, esta unidad fue destacada en 2017 como el equipo con mejor clima laboral.
El resultado que arrojó la Evaluación de Clima del año pasado parecía sorpresivo, pero Magdalena Sierra, directora de la Escuela de Arquitectura de la Universidad, conoce en detalle aquellos aspectos que los llevaron a obtener la distinción del equipo con mejor clima laboral.
“Hay una cercanía de trabajo de años, de amistad, somos muchos ex alumnos. En el comité curricular, por ejemplo, de los cinco miembros, tres son ex alumnos: el decano, el secretario académico y el director de la carrera de Diseño”, explica Magdalena.
Aproximadamente el 80% de los profesores son ex alumnos de esta escuela que tiene 30 años y que desde su primer plan de estudios ha formado a arquitectos que se han quedado trabajando allí. “Es muy fácil encontrar en ellos la continuidad del proyecto”, agrega.
Con los años, esta escuela se ha ido convirtiendo en un grupo interdisciplinario. “Todos tienen otra área de desarrollo. Dentro del comité curricular hay gestores culturales, músicos, artistas y fotógrafos”, añade.
Producto de esta composición tan diversa, el equipo se caracteriza por ser un espacio donde ocurren valiosas discusiones para la formación de futuros arquitectos, “además de conformar un grupo que tiene muchas miradas y poco conformismo”, destaca su directora. “Hay una interdisciplinariedad de cada uno que sobre la mesa es una multidisciplinariedad”, cuenta.
El liderazgo también ha sido fundamental para desarrollar un buen clima. Como directora, quienes la conocen describen a Magdalena Sierra como alguien que se ha caracterizado por su capacidad para empoderar a las personas, para que propongan resultados y maneras de hacer, teniendo claro un objetivo final. La alta exigencia ha sido parte de su modelo de liderazgo la cual, más que impuesta, deriva del activo papel que tiene cada uno en este equipo muy colaborativo. Una fluida comunicación y la cercanía entre sus miembros ha sido clave para que, en momentos de ocio que comparten como grupo, nazcan valiosos proyectos e ideas.
Como planes futuros, la Escuela de Arquitectura tiene el desafío de integrar a personas provenientes de otras disciplinas, lo cual es también un impulso a para salir de una zona segura: “Nos interesa traer gente diversa a los pensamientos nuestros, justamente para no anquilosarnos en una zona de confort”, asegura.
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