Estudiante de la Universidad Finis Terrae expuso artículo en Congreso de Derecho Civil en Concepción
Felipe Castro viajó hasta la capital de la Región del Bio Bio a presentar un paper que defiende la naturaleza jurídica de los deberes matrimoniales.
Aunque evita usar corbata, Felipe Castro se toma las cosas en serio. Cursa el quinto año de derecho en la Universidad Finis Terrae y será el primer abogado de su familia. En su trayectoria como estudiante figura haberse ganado dos veces el Premio al Mérito Académico -que se otorga a los estudiantes con las mejores calificaciones- y ya trabaja organizando seminarios y como asesor legislativo en el Centro Democracia y Comunidad, CDC.
No le faltan actividades: es ayudante de derecho civil, de derecho económico y ayudante de investigación, y por si fuera poco acaba de viajar a Concepción a defender un paper que escribió. Pero Felipe no se considera un mateo, porque “mateo es alguien dedicado a estudiar, yo estudio sólo las cosas que me gustan. Soy responsable, pero no de encerrarme en la biblioteca, sólo lo hago para estudiar derecho civil, porque soy muy ñoño en derecho civil, eso sí que me fascina”.
“Sin decirle a nadie, trabajé en un artículo, lo envié y quedé seleccionado”, comentó orgulloso el estudiante, después de haber vivido la experiencia de exponer en el Tercer Congreso Nacional Estudiantil de Derecho Civil en la Universidad Católica de la Santísima Concepción, un encuentro organizado por el grupo intermedio Iura Novit y apoyado por la Facultad de Derecho del plantel.
Fueron 12 los estudiantes que hicieron defensa pública de sus artículos sobre temas de derecho privado, representando a diversas instituciones: la Universidad de Chile, la Universidad Finis Terrae, la Universidad de Concepción, la Universidad San Sebastián, la Universidad del Desarrollo y la anfitriona UCSC.
“Me tocó exponer mi artículo y fue muy bien recibido, la sala estaba llena y la gente muy interesada, porque hubo preguntas interesantes del público. Me sirvió mucho estar ahí para dar a conocer mi trabajo en otros espacios fuera de mi ciudad y poder, además, compartir con otros estudiantes”, comentó Felipe Castro.
En el artículo que presentó en el congreso en Concepción, el futuro abogado defiende la naturaleza jurídica de los deberes matrimoniales y, por consiguiente, la eventual procedencia de indemnización de perjuicios por responsabilidad civil. En vista que los tribunales suelen rechazar la responsabilidad civil por incumplimiento de deberes matrimoniales, “mi artículo es una respuesta a eso, porque los dos argumentos que se usan para rechazar una indemnización son: que los deberes matrimoniales no son jurídicos y que el derecho de familia tiene reglas especiales. Y yo estoy en desacuerdo con eso”, explicó el estudiante.
Felipe pone como ejemplo a un matrimonio con 30 años de casados, donde un cónyuge le es infiel al otro: “ahí la sanción que otorga el legislador de forma expresa es que puede demandar el divorcio por culpa. Pero esa infidelidad -después de tantos años y si hay hijos en común, por ejemplo- puede ocasionar daño al cónyuge que la sufre. Entonces ¿podría repararse ese daño bajo el estatuto de la responsabilidad civil? Yo sostengo que sí, en sede extracontractual, porque el matrimonio no es un contrato, sino una institución”.
El artículo llamado “De los deberes matrimoniales, su naturaleza jurídica y responsabilidad civil por incumplimiento”, trabaja un tema que se desprende de la tesis de grado en la que actualmente está concentrado el estudiante, quien se confiesa un enamorado de los temas relacionados con el derecho de familia. “Se suele estereotipar a los estudiantes que trabajamos derecho de familia, porque sería un tema propio de las mujeres. Pero hay que romper esos estereotipos, porque de lo contrario nos quedamos en una cosmovisión machista del derecho”, advierte.
Aunque Felipe Castro reconoce que el derecho no fue su primera opción al ingresar a la universidad, porque quería estudiar literatura, “me dejé llevar por esa idea de que había que estudiar una carrera más rentable y con el tiempo me terminé encantando con el derecho civil y con el derecho de familia”.
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