Académicos fortalecen sus habilidades en el Diplomado de Docencia Universitaria de la U. Finis Terrae
Los primeros graduados de este programa de la Vicerrectoría Académica incorporaron y actualizaron herramientas y metodologías para desempeñar su importante rol.
Sentar bases para ofrecer un estándar de formación, junto a la posibilidad de actualizar conocimientos, metodologías y tecnologías que permitan enfrentar el desafío de hacer docencia en la actualidad es la búsqueda del Diplomado de Docencia Universitaria, que realizaron más de una quincena de académicos de la Universidad Finis Terrae.
Este programa, desarrollado por la Vicerrectoría Académica y que vivió su primera graduación, ofrece a académicos de planta y a honorarios de la Universidad una posibilidad de actualización y perfeccionamiento de manera permanente, poniendo en valor a la docencia, parte fundamental de la labor de nuestra casa de estudios en su camino a la complejización. Su duración es de un semestre, pero también presenta la flexibilidad de tomarse en el marco de un año, permitiendo lidiar con los ajustados tiempos de los académicos durante el año académico.
“Esto va de la mano con la búsqueda de que los nuevos profesores que se integren al contingente de planta cuenten con cierto nivel de formación en docencia universitaria, pudiendo convalidar estudios previos en esa área que haya realizado con anterioridad, aunque, en ese caso, deberán cursar de todas formas uno de los cursos, donde se aborda las características de ser profesor en la Universidad Finis Terrae”, indica José Tomás Montalva, director de Gestión y Desarrollo Académico, quien explica que en dicho curso ”se tratan temas de nuestra institución como su identidad y hacen clases autoridades encabezadas por el rector Cristian Nazer y donde se incluyen vicerrectores y otros directores de unidades centrales”.
Otros contenidos que incluye el Diplomado guardan relación con habilidades básicas para desempeñar docencia como la organización de enseñanza, la planificación del curso y las clases, la evaluación y retroalimentación de aprendizajes, el desarrollo de competencias y habilidades y la revisión de metodologías, esta última en la que se revisan tendencias que, en base a evidencias, han demostrado que tienen impacto en los estudiantes.
“Si bien se reconoce que existen talentos particulares, este Diplomado demuestra que nuestro interés es que el 100 por ciento de nuestra sala de clases aprenda, para lo cual los docentes deben utilizar más herramientas que, en el caso de una clase más ‘tradicional’, no tendría. Acá nos enfrentamos a una heterogeneidad grande donde existen diferencias y, ante eso, se requieren mayores técnicas y el desarrollo de habilidades que permitan enfrentar esas diferencias entre los estudiantes”, sostiene José Tomás Montalva.
María José Naranjo, académica de la Facultad de Ingeniería que se graduó del Diplomado, recordó sus inicios en la docencia a partir de su formación como ingeniera y las dificultades que le planteaba la preparación de las clases o las evaluaciones, entre otros aspectos. “Pasar por este Diplomado me permite sentir que tengo las herramientas para poder hacerlo mejor, pero, además, reforzó en mí las ganas de poder hacerlo mejor”, comenta.
“Yo ya no soy una profesora que enseña, sino una que quiere que todos sus estudiantes aprendan y, para eso, pruebo metodologías, distintas formas de evaluación y otros aspectos que aprendí en este programa”, profundiza la académica, quien también valora “lo que aprendí de mis compañeros, quienes fueron muy generosos. Me encantó”.
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