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Alumnas de Artes Visuales recibieron premio en Concurso de Arte Joven

Se trata de María Ignacia Jose Mora, Pascuala Lira y Macarena Alvarado.

Publicado: Enero 11, 2017

Tres estudiantes del la Escuela de Artes Visuales de la Universidad Finis Terrae fueron galardonadas en el concurso de arte Joven.

María Ignacia Jose Mora obtuvo el segundo lugar con su obra “Puedo Jugar 1946”, basado en modelado y vaciado en cera de abeja, caja de arena y azúcar granulada. Su reseña señala “Un juego que comienza con la inserción de una especie en un territorio ajeno. Todo un ecosistema dañado y desequilibrado gracias a la avaricia y superficialidad de la peletería. Castores hechos abrigos y vencedores de un juego que inició en Tierra del Fuego en 1946, actualmente son considerados plaga en la Patagonia Chilena. Todos pueden jugar, pero solo algunos serán los ganadores”.

Pascuala Lira fue galardonada con el tercer lugar del concurso, donde a través de su obra “Susurros Chinos”, realizada en acrílico sobre madera, describe su trabajo como “Susurros chinos o más conocido como El teléfono o El teléfono roto, es un juego infantil que busca dejar en evidencia la deformación de un mensaje al traspasarse de una persona a otra. De igual manera, esta obra propone un sentido de distorsión entre el motivo ornamental del primer módulo, al del segundo y sucesivamente hasta el último. La obra se conforma por seis tablones de madera de Coihue pintadas con acrílico. Esta no se encuentra tratada, sino que se presenta de manera rustica, tal cual queda al cortar el troco. Cada pieza es de 50 cm de ancho por 3mts. de alto aprox. Estas se disponen una junto a la otra intercalándose por un espacio libre en la pared. Y se apoyan de forma vertical en el suelo, contando con un total de 3 x 3 metros aprox. Para este trabajo se toma como referencia los motivos ornamentales fitomórficos de los murales andinos del barroco novohispano. En estos murales vemos una apropiación indígena de los lenguajes pictóricos occidentales traídos por los españoles con el propósito de evangelizar. El motivo de las pinturas se mezcla con la estética y simbología ingenua, recargada y sus ganas de hacer vistosa y elegante las iglesias y construcciones de barro y paja. Árboles, flores y frutos, ornamentan marcos, paisajes e intersticios de las pinturas murales andinas. Junto con rústicos trampantojos de retablos, cortinajes y techos artesonados, la representación vegetal contribuye a construir un espacio ilusorio. De esta manera lo que se busca en esta obra es apropiarse de este referente, como en un inicio lo hicieron los pintores indígenas en la colonia y dejar que el ornamento tome un camino propio con otras influencias, con el modo como se adapta al formato y se modifica a través de la repetición. Más que un elemento distractor o de mero embellecimiento, el ornamento se ha escapado de su margen e irrumpe constantemente: Plantas, flores, hojas; un patrón cuadriculado; relieves fitomórficos; pinturas que remedan marcos o encuadres; ornamentos vegetales; patrones de espigas… formas orgánicas que se siguen, se mezclan, se conducen como en un diálogo de sordos… o como en el juego de los Susurros Chinos.”

Finalmente, Macarena Alvarado obtuvo una Mención Honrosa por su trabajo “Ascensión en plumas, piedras y rococó”, hecho de planchas de yeso, cartón, pintura spray, acrílico, impermeabilizante, gubias y bisturí. “Las Vulcanitas son planchas compuestas por un núcleo de yeso y revestidas en ambas caras por cartón. Empleadas usualmente en la construcción contemporánea de tabiques y revestimientos, son sacadas de su contexto originario para crear una instalación compuesta de 3 cuadros y un volumen. La trilogía de cuadros retrata en el centro a un cóndor andino en vuelo sobre un fondo dorado, contenido por un marco de vulcanita tallada estilo rococó. A ambos costados, se despliegan otros 2 cuadros de aspecto pétreo, cuyas formas se basan en la reinterpretación y abstracción geométrica de las alas abiertas del cóndor, trabajadas a distintas escalas. Plumas livianas se vuelven pesadas y macizas haciendo referencia a objetos rituales para acompañar al cóndor en el despegue de la tierra y su transitar por el cielo. Sobre la proyección de estas ideas se sujeta la ornamentación rococó, tan utilizada en altares, así como otros símbolos ligados a líneas místicas y tribales como tótems y apachetas (montículos de piedras construidos por los viajeros como ofrendas para apartar desgracias y pedir salud y tranquilidad en el camino de su ruta). Desde el suelo y hasta el costado inferior de la trilogía de cuadros, se construye un volumen escalonado compuesto de listones de vulcanita que bajo su composición vertical no hacen sino otra cosa que reiterar el afán de ascender y conectar con otros mundos. ASCENSIÓN EN PLUMAS, PIEDRAS Y ROCOCÓ busca potenciar y descubrir las cualidades y posibilidades materiales dadas por la vulcanita, bajo una laboriosa manufactura que revela texturas, sombras, bajos relieves, volúmenes y tonos distintos, amparados en el interés de aprehender otros tiempos, dimensiones y misterios sin cuerpo ni forma”, señala la descripción de esta obra.

Más información en:  http://www.premioartejoven.cl/

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