Noticias Finis Terrae

Amalá Saint-Pierre plasma sobre las tablas la memoria de su abuela Roser Bru

Escrita y protagonizada por la coordinadora general del Teatro Finis Terrae, en “BRU o el exilio de la memoria” se cruzan recuerdos y documentos que evidencian la vida y obra de la artista chileno-catalana y Premio Nacional de Artes Plásticas.

Publicado: Septiembre 1, 2019

“Ella es mi mentora, tanto en lo humano y lo artístico. Roser Bru es una mujer que irradia humanidad”, dice Amalá Saint-Pierre, sobre su abuela.

Durante más de tres años, la actriz, académica y coordinadora general del Teatro Finis Terrae, investigó documentos y recuerdos de la artista chileno-catalana de 96 años. Así, junto al colectivo Mákina Dos, desarrolló la obra “BRU o el exilio de la memoria”, que se estrenó la semana pasada y que estará en cartelera hasta el 29 de septiembre, en el Centro Cultural Gabriela Mistral GAM.

La obra, escrita e interpretada por Amalá Saint-Pierre, junto a Francisco Paco López y otros artistas invitados es dirigida por Héctor Noguera, también Premio Nacional de Artes. Este proyecto fue financiado por el Fondart 2017 y 2019.

Explorando el formato de teatro documental, la obra retrata de una mirada íntima y personal de los aspectos que han marcado la vida de Roser Bru, figura fundamental del arte nacional y una de las artistas plásticas más destacadas de Latinoamérica, ganadora del Premio Nacional de Artes Plásticas 2015 en Chile y de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2018 en España.

Contada en primera persona por su nieta, Amalá, la obra reflexiona sobre temas como el exilio, el rol de la memoria, el sentido de pertenencia, el compromiso artístico-político y el deber de memoria colectiva.

-¿Por qué decides contar la historia de Roser Bru, tu abuela?
-Porque es mi abuela y porque es una artista que no solamente yo admiro mucho, sino porque la sociedad chilena también lo hace. Ella es un gran ejemplo a seguir como mujer, como artista, como intelectual, como resiliente. Es por eso que a través de muchas aristas, he decidido transmitirle al público en general la historia de vida de la gran Roser Bru.

-¿Cómo nace la idea de investigar esta historia?
-Hace diez años que estoy investigando las temáticas de la memoria y recuperación de la memoria icónica, en torno a mi familia del lado materno, los cuales son catalanes refugiados de la guerra civil española, que llegaron a Chile en 1939, escapando del Franquismo. La obra propiamente tal, la estoy trabajando desde 2015, han sido muchos años de maduración del proyecto, de investigación y de postulación a diversos Fondart. Yo quería que fuera una obra sencilla, pero al mismo tiempo profunda.

-¿Cómo fue el proceso de investigación?
-Yo tengo un colectivo de arte, Mákina 2, compuesto por Francisco Paco López y yo. Como decía, desde 2015 que venimos madurando este proyecto de mi abuela. Para Francisco fue súper orgánico comenzar esta investigación, él siempre ha admirado mucho la obra de Roser Bru, por eso para él fue muy natural sumarse a este proyecto, aunque no sea descendiente de ella.

-¿Qué tan importante es tu abuela en tu vida?
-Es tan importante al punto que estoy haciendo una obra de teatro sobre ella, y antes hicimos un libro sobre ella y también hice un documental en torno a su vida y la de otros catalanes que llegaron del exilio. Ella es mi mentora, tanto en lo humano y lo artístico. Roser Bru es una mujer que irradia humanidad.

-¿Cómo es la relación con tu abuela?
-Muy humana, tierna y divertida. Ahora ella ya es muy mayor por lo tanto, ya no es igual. Yo llegue desde Francia a Chile a los ochos años, y eso significó que yo de alguna manera no conocía mucho a mi familia en Chile, no es que no la conociera, pero como no me crié con mi familia yo no tenía una imagen de abuela. Por lo que tuve que aprender a tener una abuela a los ocho años, que es la edad de la infancia, en la cual las relaciones de afecto son muy importantes.

-¿Qué significa para ella que su nieta cuente su historia?
-Ella está muy emocionada y agradecida de que se le rinda un homenaje en vida. Está contenta de haber podido participar del proceso en sus inicios, entregando archivos y recuerdos. Hoy, su memoria y salud están delicadas, pero en sus comienzos siempre estuvo muy consciente de este proyecto.

-¿Qué significa para ti contar la historia de tu abuela?
-Significó conectarme con la idea y el sentimiento de “identidad”, eso es a nivel personal. Pero uno no hace una obra de teatro para uno, ya que la idea del teatro es compartirlo. En realidad esto es una historia de resiliencia, una historia muy bonita, fuerte y emotiva que le transmito al público chileno. Mi objetivo es que aquellos que no la conocían puedan hacerlo a través de una perspectiva íntima y para aquellos que sí la conocían, volver a descubrirla, pero a través de la mirada de su nieta.

-¿Qué expectativas tienes de la obra?
-Que nos vaya bien y que la gente se dé cuenta de la importancia de mantener las memorias vivas y de reconocer a sus artistas en vida.

-¿Qué sientes después de tanto tiempo estrenar esta obra?
-Siento más nervios que nunca, llevo tantos años trabajando en esto que ya me había acostumbrado a un ritmo de eterna búsqueda e investigación, y ahora que ya estrenamos, creo que me produce muchos nervios y ansiedad.

-¿Es este el proyecto más importante de tu vida?
-Indudablemente si.