Parte del sello de la Universidad Finis Terrae es formar profesionales creativos, capaces de generar soluciones y proyectos que respondan a los tiempos y lugares donde vivimos. Es por esto que todos los alumnos deben cursar la asignatura de Creatividad, en el que crean proyectos enfocados en la sociedad, algo así como una aplicación, una fundación o una idea que genere cambios.

Cada año la cátedra les plantea un nueva reto: crear un emprendimiento. Pero este semestre en particular, el objetivo fue hacer algo para la universidad, algo que sirva a sus estudiantes y miembros de la Universidad Finis Terrae.

En la parte final del año, se seleccionaron a los mejores equipos para competir por un premio. Cada equipo debía presentar un pitch, un discurso de no más de tres minutos, un formato que se usa cada vez más en aceleradoras y empresas (generalmente presentan un problemas y la solución sería el proyecto creado). Este año, los jóvenes de distintas carreras y años, propusieron servicios de enfermería, de estudios, gastronómicos y algunos servicios para aprovechar los alrededores.

Tuvieron todo el semestre para crear los modelos canvas, comparar necesidades, cómo generar ingresos, distintas labores de cada uno y más. Uno de los mayores retos, fue poder trabajar con este equipo, muchas veces con horarios distintos, carreras diferentes y trabajar como un verdadero equipo, integrando y aprendiendo de cada uno.

El primer lugar este año se lo llevó el equipo de “Finisimo”, un equipo multidisciplinario compuesto por Carmen Aracena, Fabián Astudillo, Mateo Avendaño, Benjamín Cortés, Valentina Cortés, Nicolás Silva, Patricia Richards de las carreras de Ingeniería Comercial, Educación de Párvulos y Periodismo. Con poleras con el logo de fantasía que crearon para su empresa y con un vocero de lo más histriónico, el equipo presentó su idea frente a los profesores del ramo “Creatividad” y compañeros de otras secciones.

Ante la necesidad de la comunidad universitaria de tener más alternativas para almorzar, el equipo ganador ideó un proyecto consistía en una aplicación que promovía la compra y venta de alimentos dentro de la universidad. Las opciones son variadas: nutritivos, vegetarianos, postres, sándwiches y más. La idea era que no solo estudiantes pudieran verse favorecidos por esta aplicación, sino también funcionarios y académicos. Según sus creadores, esta aplicación es fácilmente expandible a cualquier plantel o empresa que tenga un espacio restringido para tener mayor oferta.

Los miembros del equipo ganador, valoraron mucho la oportunidad y el ramo, ya que no solo se forman profesionales con conocimientos, si no que también enseñándoles a trabajar en equipos diversos resolver problemas de manera creativa y fomentar esas cualidades que hoy son cada vez más requeridas en empresas.