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Carlos Peña en seminario de U. Finis Terrae: “Lo peor que podría ocurrir es que las Ues. con ideario se sientan acosadas y enmudezcan”

El rector de la U. Diego Portales, Carlos Peña, participó en un encuentro junto a destacados expositores, como Joaquín García Huidobro, académico de Filosofía U. de los Andes, para dialogar sobre en qué sentido es posible que una universidad se suscriba institucionalmente a un ideario.

Publicado: Diciembre 7, 2023

 

 

 

El académico y rector de la Universidad Diego Portales (UDP), Carlos Peña, junto a Joaquín García Huidobro, académico del Instituto de Filosofía de la Universidad de los Andes, y Alejandro Vigo, consejero directivo del Centro de Estudios Públicos (CEP), fueron los encargados de dialogar sobre la legítima discusión de la existencia de universidades que se definen a partir de un ideario, y la función social que cumplen al participar del debate público. 

El encuentro, que se realizó bajo la organización de la Dirección de Filosofía y Formación General de la Universidad Finis Terrae, se originó con el objetivo de poner en discusión la naturaleza de la universidad y qué tan necesario es para estas instituciones contar con un ideario explícito. 

“Reflexionar sobre el ideario de una universidad es preguntarnos por nuestra propia existencia como U. Finis Terrae, y a nivel social preguntarnos por el sentido de nuestro aporte específico a la sociedad a través de la reflexión y el diálogo universitario”, argumentó al inicio del seminario Gonzalo Letelier, director de Filosofía y Formación General y decano de la Facultad de Humanidades y Comunicaciones de la U. Finis Terrae. 

Durante la cita, Alejandro Vigo, consejero directivo del CEP, expresó sus ideas a través de un texto leído por el académico Gonzalo Letelier, donde apuntaba a aclarar que si bien se entiende popularmente que sólo ciertas instituciones tienen ideario, esto no es así, dado que todas las universidades responden a sellos característicos con ideas comunes. Frente a esto, el texto de Vigo señalaba la necesidad de aceptar y reconocer los idearios. 

“No hay que avergonzarse jamás al reconocer que se tiene un ideario, y de modo más general una cierta comprensión de la propia identidad… El ideario tiene una función orientativa fundamental e irrenunciable, justamente en la medida que articula el modo de autocomprensión y en esa misma medida permite cumplir la función de saber qué es lo que estamos haciendo cuando lo hacemos”. 

“Los intentos desesperados por esconderse detrás de disfraces no convencen a nadie, además de avergonzar a quiénes lo llevan a cabo”, agregó el texto de Vigo, que hacía alusión a que las Universidades no desdibujen sus ideas en torno al resto. 

A partir de la reflexión de Vigo, el rector y académico de la UDP, Carlos Peña, puntualizó que “lo peor que podría ocurrir es que las universidades con ideario se sientan acosadas y enmudezcan”. 

En la misma línea, Joaquín García Huidobro, académico del Instituto de Filosofía de la Universidad de los Andes, se mostró a favor que las universidades sean explícitas con su ideario, argumentando algunos inconvenientes presentes en algunas instituciones con ideario inconfesado. 

Además, García Huidobro repasó la necesidad de que las instituciones se distingan con sus idearios y los tomen como “condición necesaria para el desarrollo de una universidad”, que va más allá de enfocarse en aspectos puntuales como por ejemplo el currículum académico

Financiamiento

En medio de su alocución, Carlos Peña planteó su discurso en torno a cuatro puntos claves: la forma de dilucidar qué es una universidad con ideario, mostrar las dificultades por las que atraviesa una institución de esa índole al verse enfrentada con una universidad moderna, el espacio que debe tener una universidad al estar inmersa en una sociedad democrática, y si es que estas instituciones tienen o no derecho a ser financiada con recursos generales. 

En este último punto, Peña se inclinó favorablemente a que las rentas generales lleguen a todo tipo de instituciones. 

“La autonomía de una sociedad abierta reconoce a las personas, y supone el derecho que cada individuo puede encontrar al discernir qué tipo de vida quiere vivir, y siendo así me parece que la sociedad tenga distintas formas de vida nos beneficia a todos”, expuso Peña.

“Favorece incluso a las personas más escépticas en la búsqueda de una buena vida y permite discernir mejor su propia vida. En cambio una sociedad uniforme, donde las instituciones con ideario están relegados a pequeños grupos se transforman en una rareza y eso sería una pérdida de cultura neta”, sostuvo Peña.