Daniela Ávalos: “No podemos dejar pacientes sin su tratamiento: es un compromiso”
Egresada de Kinesiología de la U. Finis Terrae, Daniela es coordinadora nacional de Kinesiología de la Corporación ELA Chile. Aquí explica cómo compatibiliza la atención de pacientes presenciales con otras labores que realiza de manera virtual.
“Los pacientes nos necesitan hoy más que nunca, porque hospitales y clínicas han decidido pausar todo lo ‘no crítico’”, subraya la kinesióloga Daniela Ávalos, coordinadora nacional de Kinesiología de la Corporación ELA, una institución privada sin fines de lucro que atiende pacientes con Esclerosis Lateral Amiotrófica, una enfermedad neurodegenerativa, progresiva y actualmente sin cura.
La mayoría de sus pacientes, explica que esta egresada de Kinesiología de la U. Finis Terrae, requiere de atención presencial, por lo que debe continuar atendiendolos en su domicilio. “Tienen deterioros que no esperan ni saben de cuarentenas. Hay casos en que si no voy simplemente podrían fallecer, otros evolucionarían a graves complicaciones, dolores y rigidez”, describe.
La profesional, que también realiza docencia en esta casa de estudios, admita que ha sido difícil manejar la hiperconectividad, que ha intentando generar horarios de desconexión total pantallas y dedicarse a resguardar su vida de hogar.
¿Cómo se encuentra desarrollando su trabajo: desde casa o de manera presencial?
–Es un mix. A mis pacientes los estoy viendo casi en su totalidad a domicilio, la mayoría con ELA y deterioros que no esperan ni saben de cuarentenas. Hay casos en que si no voy simplemente podrían fallecer, otros evolucionarían a graves complicaciones, dolores y rigidez. Los pacientes nos necesitan hoy más que nunca, ya que hospitales y clínicas han decidido pausar todo lo “no crítico” y estos pacientes por definición están “estables” dentro de su condición, pero deja de preocuparte un tiempo y se vuelve crítico. Me ha tocado recorrer Santiago varias veces en estas semanas por urgencias y atenciones normales. Pacientes adultos mayores que simplemente no tendrían cómo hacer su terapia sin uno, post operados de columna, que han sufrido bastante con su dolor y que se arriesgaron a operarse, no podemos dejarlos sin su tratamiento: es un compromiso.
También tenemos casos a distancia, por ejemplo en regiones, a quienes seguimos atendiendo a través de videoatenciones, lo cual ha tenido un excelente resultado. Respecto a las clases y reuniones con los otros profesores son desde casa, eso nos ha llevado a la creación de nuevo material para poder adaptarse al formato E-learning y clases por videoconferencias.
¿Cómo se organiza para afrontar esta contingencia?
-En principio afrontarlo no ha sido tan difícil. Pero estos últimos días me he dado cuenta que afecta un poco lo emocional, me ha costado desconectarme, la cabeza da vueltas y vueltas pensando y creando, la hiperconectividad es difícil de manejar. He intentado crear horarios en los que no toco ningún aparato, celular o computador, simplemente me dedico a regar plantas, estar con mi perrita, mi pareja y quizás hacer algo muy atrasado en la casa, un cuadro que nunca colgamos, una pata de una cama que quizás hay que cambiar, ese estilo de cosas.
¿Qué es lo más difícil de trabajar a distancia?
-En Kinesiología hay cosas que uno aprendió a mostrar tocando el cuerpo, muchas veces de alumna en las pruebas una se paraba y hacía el gesto de un movimiento que imaginaba para revisar si era correcto, es similar con la terapia, pero hay que adaptarse, trabajar la capacidad verbal y de instrucciones precisas para favorecer la comprensión.
¿Qué consejo entregaría para las personas que deben trabajar desde sus casas?
-Lo más importante es fijar límites de horarios, para no perder la vida familiar y de descanso, nuestro hogar es un espacio que por definición debe ser seguro y tranquilo en lo posible, definir un espacio específico para el trabajo a distancia es crucial para no volverse “loco” en el intento.
¿Qué consejos kinesiológicos podría darle a las personas que se encuentran en sus casas?
-Es importante que el lugar de trabajo sea cómodo, no solo porque a mayor comodidad, mayor será el nivel de concentración, sino que por las repercusiones a nivel postural que esto puede traer. Es necesario acomodar la altura del computador y una silla con el correcto apoyo en la zona lumbar. También es importante priorizar trabajar en el computador y no desde el celular para evitar tendinopatías.
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