El viernes 30 y sábado 31 de agosto, la delegación de académicos de la Escuela de Psicología ─compuesta por Benjamín Suazo, Juan Pablo Rojas, Valentina Velarde, Magdalena de Tezanos Pinto, María José Bunster, Alejandra Fernández y Pablo Verdier─, participó en el Congreso “Apropiación realista de técnicas psicoterapéuticas”, organizado por la Asociación Argentina de Psicología Realista “Ecce Homo” y la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino.

En el encuentro, Pablo Verdier, médico-psiquiatra, y docente de pregrado y postgrado de la Escuela de Psicología presentó su ponencia: “Causas y condiciones de la psicoterapia”. Verdier planteó que “los factores comunes de la psicoterapia ─empatía, aceptación incondicional, congruencia, entre otros─ filosóficamente hay que entenderlos como condiciones para que la psicoterapia pueda llevarse a cabo. La técnica o los llamados “factores específicos” son la causa formal extrínseca del mejoramiento terapéutico, pero el paciente no es “pasivo” frente a ellas, sino que él tiene que entender lo que el terapeuta le está proponiendo, hacerlo propio y hacerlo intencionadamente. Si no, las conductas repetidas generarán “rutinas”, pero no verdadera sanación”.

Benjamín Suazo, académico y supervisor clínico, presentó la conferencia: “Temperamento, carácter y personalidad en la clínica: tres niveles, un solo modo de ser”. Reflexionó sobre cada uno de estos conceptos y dio lineamientos para aplicarlos en el diagnóstico e intervención clínica. La personalidad madura, expresa Suazo, “es una personalidad rica, flexible en sus expresiones según el contexto y la situación, organizada desde una identidad. La claridad de quién soy y la libertad interior hacen que las decisiones se vivan “desde dentro hacia afuera”, que posibilitan el establecimiento de vínculos profundos y la donación sincera de sí”.

Juan Pablo Rojas, investigador y académico de la Escuela dictó la conferencia plenaria: “Apropiación realista de la terapia EMDR”. Explicó los supuestos antropológicos, la teoría clínica y la técnica formulada por la estadounidense Francine Shapiro, analizando los aspectos que entran en conflicto con una mirada integral del ser humano, pero rescatando los grandes aportes de esta herramienta terapéutica, respaldada en evidencia para el tratamiento del trauma.

Otros expositores examinaron estrategias como la psicoterapia simbólica, las prácticas de perdón y gratitud, los cuestionarios de personalidad, la biblioterapia, y el abordaje de la ansiedad social, el perfeccionismo obsesivo, y las adicciones digitales. “La filosofía, como ciencia rectora, permite entender el por qué de las técnicas, las causas de su eficacia, y usarlas conforme a una antropología fundada en los principios del realismo filosófico”, explicó Santiago Vázquez, vicepresidente de la Asociación Argentina de Psicología Realista.

Mario Caponnetto, eminente cardiólogo y filósofo, en su conferencia magistral planteó: “No es el paciente el que debe ajustar a la técnica, sino la técnica la que tiene que ajustarse al paciente. Una intervención ordenada siempre será conforme a la realidad de las cosas, y conforme a la naturaleza humana”.

Durante el Congreso, se presentaron los libros “Psicopatología y Mal Moral”, de Benjamín Suazo, “Antes de Freud”, de Valentina Velarde, y “Elección de carrera, elección de vida”, de María Jose Bunster, publicados por Ediciones Universidad Finis Terrae, que se vendieron con éxito entre los asistentes. A su vez, María José Bunster, coordinadora de Vinculación con el Medio, presentó el libro “Nosotros, los discapacitados: una aproximación clínica, antropológica y ética a la discapacidad”, escrito por el Dr. Jordán Abud.

María José Bunster, coordinadora de Vinculación con el Medio de la Escuela de Psicología, manifestó que “fue una experiencia muy enriquecedora. La Psicología Integral de la Persona que se ha desarrollado en nuestra Escuela es consonante y congruente con la propuesta de la Psicología Realista. Comparten el anhelo de la búsqueda de la Verdad, el diálogo entre psicología y filosofía, y el respeto a la realidad, intimidad, inteligencia y vocación trascendente del paciente. Estas instancias presenciales posibilitan conocernos, dialogar y trazar proyectos y líneas de investigación conjuntas”.