- Comité Ético Científico
- Institucional
- Investigación
- U. Finis Terrae
- Universidad
- Vicerrectoría Investigación
Dr. Paulo López: “La ética no se percibe como algo necesario (…) surge cuando enfrentamos decisiones reales en nuestra práctica laboral”
Doctor en Teología Moral con mención en bioética por la Pontificia Universidad Lateranense, en la ciudad del Vaticano, el académico se integró en 2021 al Instituto de Bioética de la Universidad Finis Terrae.
Por Equipo Vicerrectoría de Investigación, Creación Artística y Doctorado
¿Puedes hacer este trabajo sin boleta? ¿Firmar un documento para dividir ganancias? ¿Dar el visto bueno a algo cuestionable? Estas preguntas, que parecen lejanas en la sala de clases, se convierten en el núcleo de los dilemas profesionales cuando los estudiantes ingresan al mundo laboral, sostiene el Dr. Paulo López, investigador del Instituto de Bioética de la Facultad de Medicina de la Universidad Finis Terrae.
“Cuando uno es estudiante, está enfocado en las materias de su carrera: si eres ingeniero, en cálculo; si eres médico, en cirugía”, señala López. “El problema -agrega- es que la ética no se percibe como algo necesario durante esa etapa; surge cuando enfrentamos decisiones reales y sus implicancias éticas en nuestra práctica laboral”.
Por ello, el académico sostiene que incorporar la ética en los programas de pregrado es fundamental, pero enfatiza también que esta formación se debe extender a lo largo de la vida profesional.
Con un enfoque multidisciplinario, el Dr. López ha abordado temas como la dignidad en el fin de la vida, los desafíos éticos de la inteligencia artificial y la integración de la bioética mapuche dentro de sus líneas de investigación, combinando perspectivas desde la teología, la pedagogía y la bioética.
Ética e integridad en la ciencia
“Un científico no solo necesita habilidades para llevar a cabo investigaciones rigurosas, sino que debe evitar prácticas cuestionables como la manipulación de datos, el plagio o la omisión de conflictos de interés”, explica el académico de la Facultad de Medicina. Estos desafíos fueron el eje del Seminario Internacional organizado por el Instituto de Bioética y el Comité Ético Científico de la Universidad Finis Terrae que tuvo lugar la primera semana de diciembre.
Durante el seminario, diversos expertos enfatizaron que las deficiencias o “malas conductas” pueden ser superadas a través de “prácticas virtuosas” como la honestidad intelectual, la transparencia y la protección de los sujetos experimentales.
-¿Cuáles son los conflictos morales más relevantes que enfrenta la ciencia hoy?
“La humanidad siempre se ha enfrentado a dilemas éticos porque tenemos la capacidad de elegir y esas decisiones pueden hacernos virtuosos o todo lo contrario. En ese sentido, aunque la ciencia es vista como una de los pilares del conocimiento, quienes la practican siguen siendo personas. Y, como tales, enfrentan cuestionamientos y preguntas también”.
El Dr. López añade que el deseo de publicar más, obtener prestigio o ganar financiamiento puede llevar a prácticas controversiales. “La integridad científica es crucial para mantener la confianza no solo en la ciencia como disciplina, sino también como investigadores comprometidos con la verdad”, detalla.
-Pero en el caso de la manipulación genética, la comunidad científica advierte que nos enfrentamos a retos mayores.
“La manipulación genética es uno de los temas más complejos y éticamente delicados que enfrenta la ciencia. Nos lleva a creer que podemos actuar como dioses. Uno de los mayores problemas es cómo estos actos corrompen los valores morales que hemos construido como humanidad durante milenios. En particular, las investigaciones relacionadas con la línea germinal, aquellas que afectan a las generaciones futuras a través de modificaciones genéticas”.
Sin embargo, el Dr. López recuerda que la comunidad científica ha respondido de manera firme a estos desafíos, estableciendo límites y sancionando investigaciones que cruzan fronteras éticas.
Bioética Mapuche: una ética del equilibrio
El Instituto de Bioética también trabaja en la integración de la cosmovisión mapuche en los marcos bioéticos occidentales. Bajo el concepto de “küme mogen” o “buen vivir”, López lidera un equipo interdisciplinario que busca armonizar los conocimientos ancestrales con los Objetivos Sanitarios 2030 del Plan Nacional de Salud del MINSAL.
“La medicina mapuche no solo trata al cuerpo, sino a la comunidad, la naturaleza y el espíritu como un todo. Es un recordatorio de que la salud no es solo un tema físico, sino una relación integral con el entorno y la espiritualidad”, explica el académico, quien desarrollará a partir de marzo una investigación de campo en el Hospital Intercultural Makewe y en comunidades de la comuna de Padre Las Casas.
Financiado por el Fondo de Investigación y Desarrollo en Salud (FONIS), junto al apoyo de académicas de las universidades Central y de La Frontera, este proyecto permitirá al investigador reconectarse también con los lugares de su infancia en Carahue, localidad ribereña del río Imperial en La Araucanía; sector donde el académico creció rodeado de una relación cotidiana y cercana con las comunidades mapuche-lafquenche de la zona.
“Por eso considero importante, desde un plano académico y muy personal, rescatar la voz de la cultura mapuche. Si no sacamos a la luz esa voz, estamos perdiendo una visión importante y valiosa para nuestro país”, concluye el académico.