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Dra. Denisse Valladares estudiará los procesos moleculares que intervienen en el efecto del ejercicio físico sobre el envejecimiento

De manera específica, la académica e investigadora de la Escuela de Kinesiología de la U. Finis Terrae, estudiará el proceso de autofagia y estrés oxidativo en el músculo de adultos mayores.

Publicado: Octubre 15, 2019

“Estimulación de la autofagia por ejercicio debido a la disminución de la actividad de NOX2 induce una mejora la función muscular en jóvenes y adultos mayores”, es el nombre del proyecto Fondecyt de Iniciación N°11190949, que se adjudicó la académica, Dra. Denisse Valladares, de la Escuela de Kinesiología e investigadora del Laboratorio de Ciencias del Ejercicio y el Movimiento de la U. Finis Terrae.

La académica estudiará cómo el ejercicio puede mejorar la función muscular, la calidad de vida, los parámetros funcionales y las patologías asociadas que tienen que ver con el envejecimiento. “La hipótesis es que a través de un ejercicio de alta intensidad, aumenta la autofagia y disminuye el estrés oxidativo, mejorando la función muscular y la calidad de vida de los adultos mayores”, explica la Dra. Valladares.

La autofagia es un proceso presente en todas las células, que es necesario para su normal funcionamiento, y garantiza la homeostasis del organismo. Como el nombre lo indica, la autofagia destruye todo lo que está funcionando mal en la célula, promoviendo un re-sintesis de los componentes celulares y por lo tanto un recambio de las células.

Envejecimiento a nivel muscular

Cuenta Denisse Valladares que desde que empezó a investigar se interesó por la línea de la fisiología muscular, “en específico la distrofia muscular de Duchenne, que es una patología que afecta a niños y que no tiene cura”, dice la investigadora, agregando que “se ha visto que esta enfermedad degenerativa es muy similar al envejecimiento, por lo que me pareció interesante estudiar este proceso, teniendo en consideración que nuestra población está envejeciendo”.

El proyecto estudiará cuáles son los problemas que tienen los adultos mayores a nivel muscular y cómo el ejercicio puede mejorar la función, la calidad de vida, los parámetros funcionales y patologías asociadas que tienen que ver con el envejecimiento.

La investigadora explica que a nivel muscular, cuando se va envejeciendo, pasan dos cosas: el estrés oxidativo aumenta y el proceso de la autofagia está disminuido. Cuando se realiza un entrenamiento físico, se van bajando los niveles de estrés oxidativo a nivel muscular y sistémico, convirtiéndose el ejercicio en un potente antioxidante para la musculatura.

En el caso de la autofagia, se deconoce porqué este proceso va disminuyendo a medida que las personas envejecen. “Lo que nosotros queremos ver es si el ejercicio activa la autofagia en músculos envejecidos. Lo que nos dicen otras investigaciones y artículos, es que para activar la autofagia, y que exista un recambio de células, necesitamos una alta intensidad de ejercicio. Por eso, creemos que los adultos mayores que hacen ejercicios de baja intensidad no mejoran tanto su función muscular, porque necesitan una alta intensidad del ejercicio”, explica la Dra. Valladares.

“Cuando se realizan análisis de masa muscular y de calidad de vida a adultos mayores que han entrenado toda su vida, por ejemplo, ellos tienen un nivel de autofagia muy parecido a los jóvenes. Entonces, nosotros propusimos estudiar cómo el ejercicio cambia la función muscular através de la autofagia y el estrés oxidativo en adultos mayores sedentarios, y cómo eso lo podemos implementar a futuro en un protocolo de ejercicio preventivo”, postula la docente.

Protocolo de ejercicio para el adulto mayor

“Lo que nosotros queremos proponer, como idea final, es implementar un protocolo de ejercicio de alta intensidad que lleve a la mejora muscular y de calidad de vida del adulto mayor”, dice la académica. Por lo anterior, el proyecto reclutará como objeto de estudio a adultos mayores que estén relativamente sanos (sin patologías que impidan realizar ejercicio) y de preferencia que no tengan diabetes u otra patología, y que sean sedentarios (con permiso de su geriatra para realizar ejercicio).

Los adultos mayores entrenarán durante 12 semanas y se espera que logren llegar a una intensidad alta de ejercicio. “La idea es que lleguen hasta el 80% de su intensidad máxima. Al inicio del proyecto se les realizará un test para medir cuál es su máxima capacidad y desde ahí comenzamos paulatinamente a incrementar tiempo e intensidad para que logren hacer ejercicio tres veces por semana, una hora, a la intensidad máxima final entre 75% y 80% de su capacidad”, explica Denisse.

Como parte de la investigación, se les realizará una biopsia muscular y muestras de sangre al inicio y final del estudio. También se les medirá la composición corporal (masa y músculo), el perímetro de cintura y una batería de exámenes de perfil lipídico y bioquímico. Además, se les aplicará una encuesta de calidad de vida para saber cómo perciben que el ejercicio mejora su quehacer diario.

El proyecto “Estimulacion de la autofagia por ejercicio debido a la disminución de la actividad de NOX2 induce una mejora la función muscular en jóvenes y adultos mayores”, tendrá una duración de 3 años y se espera que al final “podamos tener una propuesta de ejercicios que sea preventiva y así lograr mitigar algunas patologías asociadas con la vejez”, dice la Dra. Denisse Valladares.