Para llegar hasta acá, Alberto Inzulza ha recorrido un largo camino que ha estado ligado constantemente con un servicio odontológico desde la salud pública. Se tituló como Cirujano dentista en la Universidad Finis Terrae y durante su formación en la casa de estudios chilena, tuvo la oportunidad de realizar pasantías en la misma Universidad de Harvard y en la Universidad de Okayama en Japón.
El 20 de agosto estará sentado en una de las salas de clases de la Universidad de Harvard como un alumno más del Máster “Salud pública a tiempo en salud global”.
¿De qué se trata el Máster en la Universidad de Harvard?
– Este curso busca formar a profesionales que entiendan la salud con un profundo sentido de la inclusión, justicia y equidad, y que seamos capaces de convertirnos en salubristas con una visión innovadora para crear políticas públicas efectivas en cada uno de nuestros países, como por ejemplo en el caso de Chile puede ser dar respuestas a las listas de espera y coberturas en el sistema de salud. También es importante que podamos dar respuestas sanitarias a las necesidades actuales, e ir más allá de la realidad de cada territorio y creemos cooperación internacional como pasó durante la pandemia.
¿Qué se siente ser el primer odontólogo chileno en ser alumno en un curso de “Salud global” de esta destacada institución?
– Nunca antes un dentista chileno ha estudiado salud global en Harvard. Esto me llena de orgullo porque creo que se abre una visión sobre los odontólogos. Es importante entender que los cirujanos dentistas podemos dar respuestas a problemas de salud de forma integral, y que somos capaces de hablar de políticas públicas.
¿Cómo nace la inquietud de estudiar en Harvard y cómo es el proceso de postulación?
– Cuando tenía 17 años viajé por primera vez a Estados Unidos. Una familia amiga me invitó a pasar una temporada y ahí me llevaron a conocer la Universidad de Harvard y fue un enamoramiento a primera vista. Ahí todo comenzó. Después hice unas pasantías en Harvard cuando estaba estudiando en la U. Finis Terrae, y ahora estoy cumpliendo mi sueño que empezó a los 17 años, y me dí cuenta que lo que veía en las películas puede ser verdad. Ahora decidí postular al Máster porque ¿qué es lo peor que puede pasar? que me digan que no, entonces todo el proceso de postulación ha sido un aprendizaje en sí, porque he ido recopilando y recordando mi proyectos pasados, presentes y futuros y envié la información solicitada a la universidad y resultó.
La formación inicial se transformó en el gran pilar
Durante tus estudios de pregrado en la Universidad Finis Terrae tuviste la oportunidad de realizar dos pasantías en la Universidad de Harvard en 2017 y 2018, ¿crees que tu paso por la institución fue considerado como un plus para ser seleccionado en el Máster?
– Sí, o sea creo que es uno de los elementos que me permitieron ser parte de este curso porque estudié “Salud y Economía” lo que me abrió el mundo para saber que quería ampliar la profesión. Otro de los grandes factores, que creo han jugado a favor, es la formación que me entregó la Universidad Finis Terrae con una fuerte valoración por la salud pública. Pasa mucho que se cree que por ser universidades privadas no tienen este tema dentro de sus pilares, pero eso es un error. Durante mi formación en el pregrado me enseñaron que uno se forma como odontólogo más allá que para trabajar en el sistema público o privado, sino que para dar una respuesta a las problemáticas que tiene Chile en esta área, y todo con un profundo sentido social.
Comentas que la formación en el pregrado en la Universidad Finis Terrae te sirvió mucho para tus logros actuales ¿Qué es lo que más destacas?
– Se forman profesionales muy buenos en lo profesional y técnico, pero creo que lo más importante, o como yo lo veo, es que son capaces de vincular lo social y económico con el contexto que los rodea, y entienden que la profesión de cada uno de los egresados es parte del desarrollo de todos. Lo que más me quedó de mis años de estudiante es que me permitieron tener una visión desde el sentido de la justicia, equidad e inclusión y que se aplica a todas las carreras. Específicamente en Odontología vivimos la profesión como una herramienta de desarrollo y bienestar para el país, y eso es una gran diferencia con otras universidades, y por supuesto que se desmitifica el mito que como universidad privada nos formamos para trabajar y generar nuestra consulta privada (…) Tenemos un sello de formación práctica “donde nos tiren sabemos caer parados”, y eso tiene que ver con la formación de nuestras habilidades transversales y saber que la odontología se hace desde la humanidad, no es solo ciencia, sino que tiene que ver con habilidades sociales, relación de confianza con el paciente y buscar la plenitud y alegría en las personas. En el fondo que la gente sea capaz de sonreír y expresar su máximo potencial.
Volver a los orígenes
Actualmente Alberto Inzulza se desempeña como jefe de gabinete del Seremi de Educación de la Región del Maule -su región de origen- , donde según cuenta, ha podido realizar un trabajo intersectorial de gestión con distintas municipalidades de la zona, y dar seguimiento a políticas públicas como el retorno a la presencialidad de los escolares en sus establecimientos educacionales.
Todo esto lo ha ido vinculando con su labor como odontólogo que desarrolla durante las tardes, cuando atiende a pacientes con discapacidad y dependencia severa en un box odontológico móvil en sectores rurales de la comuna de San Clemente.
Volviste a tu zona a atender a los pacientes que más lo necesitan ¿Esto tiene que ver con conectarte con tu historia de vida?
– Claro. Mi abuelo materno es arriero, mi abuela es agricultora y mi mamá es dueña de casa. En el campo chileno uno ve en el día a día que los mayores reflejos de la desigualdad es que la gente pierde sus dientes a temprana edad. Tras los años, volví a atender al Cesfam (Centro de Salud Familiar) de acá y me tocó atender a mi abuela y la pude tratar. Eso me llenó de orgullo porque la pude ver plena y siendo capaz de sonreír (…) A mí me movía estudiar odontología, más que cualquier otra carrera, porque siento que uno aporta con cambios rápidos y sustanciales que tienen un impacto en la vida de la gente. Cuando pude ver a mi abuela sonríe, no tan solo ella se siente plena, sino que la gente que la rodea siente que está bien.
Ahora que en agosto te vas a la Universidad de Harvard deberás dejar tu región y la atención de estos pacientes que tanto lo necesitan… ¿Tienes intenciones de retornar a Chile?
– Creo que es una responsabilidad retornar a Chile y aplicar lo aprendido, y no tan sólo desde un espacio académico, sino que llevarlo también a las comunidades, a las organizaciones sociales y fundaciones, con el fin que el desarrollo de políticas públicas se profesionalice. Se debe tener un carácter técnico, pero nunca perder el horizonte de dar respuestas a las problemáticas que afectan el estilo común de la ciudadanía.
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