El Mercurio | Directora de Ed. Parvularia entregó consejos para abordar problemas que generó la pandemia en la primera infancia, según estudio del BID
Problemas emocionales y poco lenguaje son algunas de las secuelas que dejó la pandemia en los niños y niñas chilenos entre 3 y 4 años.
Con el objetivo de medir el desarrollo en la primera infancia en temas como lenguaje, función ejecutiva o socioemocional, desde el 2010 se realiza en nuestro país la Encuesta Longitudinal de Primera Infancia. Tras el paso de la pandemia, diversas organizaciones junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) realizaron una encuesta para ver cómo había afectado la pandemia a los niños y niñas de primera infancia.
Los resultados fueron poco alentadores y dan cuenta del grave impacto que tuvo el cierre de los centros preescolares. Según el estudio se trata de menores que lloran de forma repetitiva, presentan problemas para dormir o no saben cómo sociabilizar, además sus habilidades motoras también se muestran más disminuidas.
Sobre todo esto opinó la directora de la carrera de Pedagogía en Educación Parvularia de la Universidad Finis Terrae, Patricia Soto, quien aseguró que si bien “el reconocimiento a la educación en la primera infancia a nivel de discurso genera consenso nacional e internacional” sin duda “aún existe una falta de coherencia en la bajada de este reconocimiento a nivel familiar, social, y de políticas públicas que permitan generar espacios más allá del cuidado, espacios educativos con profesionales, educadores de párvulos idóneos, a la altura de las tareas que deben enfrentar”.
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