“Toda política pública que adopte la autoridad debe tener como parámetro ineludible la dignidad de la persona humana considerada como un fin y jamás como un medio. La edad, el tipo de enfermedad crónica que padece o, el mero cálculo utilitario para evitar la saturación de los hospitales (como está ocurriendo en Bélgica), implican una discriminación incompatible con la dignidad y que puede, en efecto, incitar a la desidia y abandono de pacientes cuya probabilidad de vida se ve, ex ante, zanjada arbitrariamente”, señaló en su columna el profesor Leiva, quien además es exmiembro tanto del Comité de Ética de Investigación Científica de la Clínica Alemanacomo del Observatorio de Bioética y Derecho de la U. del Desarrollo.
Pueden leer su columna titulada»Salvar vidas y dignidad humana» en este enlace.