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Entre cuidados críticos y traslados aeromédicos: la intensa experiencia de la enfermera Karina Pérez en pandemia
La egresada de la U. FinisTerrae reparte su tiempo entre sus labores en la UPC de la ex Posta Central y los traslados aéreos de pacientes COVID, desde distintos puntos del país.
“He tenido sentimientos encontrados, porque anteriormente trabajaba en pediatría y tuve que cambiar todo bruscamente a adultos en servicios críticos, que es lo que más atiendo”. Así comienza a definir su experiencia en la pandemia Karina Pérez Aranda, egresada el año 2018 de la carrera de Enfermería de la Universidad Finis Terrae.
La emergencia sanitaria la ha enfrentado desempeñándose como enfermera clínica en la Unidad de Pacientes Críticos (UPC) COVID del Hospital de Urgencia Asistencia Pública (HUAP), conocido como la Posta Central. “Al ser enfermera clínica de la UPC COVID, me corresponde el cuidado de pacientes que se encuentran intubados y que están gravemente comprometidos en todos sus sistemas, donde debo gestionar los mejores cuidados para que pueda seguir adelante y salir hacia una unidad más básica para continuar con su recuperación” explica.
“Cuando partió la pandemia estaba trabajando en tomas de muestras pediátrico, donde no alcanzaba a llevar un mes ya que me había cambiado porque iba a empezar a realizar un magíster en la Universidad” indica la enfermera, agregando que “cuando empecé a ver que el COVID-19 llegaba a Chile y habiendo leído lo que ocurría en otros país, pensé que iba a pasar lo mismo. Entonces, como estábamos en cuarentena en la toma de muestras, me fui a la Posta Central directamente a buscar trabajo y fui parte de uno de los primeros grupos que ingresó en pandemia”.
La decisión de asumir esta labor no ha estado exenta de dificultades, ya que “ha existido hasta hoy bastante desconocimiento de lo que es este virus, que es nuevo y no sabemos las consecuencias que tendrá a futuro. Además, fue complicado porque dentro de mi familia mi mamá no quería que trabajara en la Posta, porque podía contagiarme y contagiarlos a ellos”.
“Empecé un proceso de aprendizaje desde lo que era el paciente de pediatría al adulto, lo que fue difícil porque requiere mucho estudio y conocimiento” sostiene Karina, quien asegura que el aspecto mental también es exigido a fondo en este contexto.
“Muchas veces se siente frustración porque uno da todo por un paciente, pero este fallece. Me pasa mucho que veo pacientes tienen la edad de mi hermana, tía, prima, mamá o papá, donde uno tiende a alcanzar un mayor grado de empatía con los pacientes y, cuando no se logra el resultado que se quiere, uno se frustra por más que se haga todo el esfuerzo” comenta, apuntando además que “ha sido una de las cosas que más me ha costado en esta pandemia: enfrentarme directamente a la muerte, algo que no estaba acostumbrada a ver en mis pacientes y ahora sí pasa a diario. Jugar a las ‘camitas calientes’, donde fallece un paciente y rápidamente debe ingresar otro; sostener la mano hasta que el paciente fallezca; o ver la videollamada previa a la intubación, donde uno no sabe lo que va a pasar a futuro”.
También en el aire
Pero el día a día de Karina Pérez no solo está marcado por su labor cuidando pacientes en la ex Posta Central. “En tiempos libres, soy parte de traslados aeromédicos que son realizados por la Fuerza Áerea de Chile (FACh) y el SAMU. Ahí mi función es similar, aunque en este caso el paciente está en una unidad crítica dentro o fuera de Santiago y debemos pasarlo a una cápsula que lo contiene durante todo el viaje. Entonces, al momento de pasarlo ahí, debe estar en las mejores condiciones ya que durante el traslado no puedo abrirla” revela.
“Es una misión particular a nivel mundial, donde somos el único país que traslada a cuatro pacientes COVID al mismo tiempo, a diferencia de los otros en que se traslada uno” agrega Karina respecto a una labor que considera “arriesgada, en un avión grande como el Hércules de la FACh”.
En cada traslado, su función pasa por “reconocer bien los equipos, que tengamos todos los insumos tanto al llegar a la FACh como al subir al avión”, explicando que “nos trasladamos a la ciudad, donde nos esperan los equipos del SAMU regional correspondiente y procedemos a hacer la extracción del paciente para traspasarlo a nuestros equipos y controlar que esté todo en orden. Una vez en la cápsula, el paciente pasa a ser nuestro, entonces debemos controlar todo. Luego, una vez que llegamos en el avión, debemos extraerlo y trasladarlo en ambulancia hasta el destino final, que es un hospital o clínica en Santiago”.
“Me siento muy orgullosa de pertenecer a ese equipo. En un principio estaba nerviosa al postular, porque antes había participado de traslados aeromédicos pero en el sistema privado, donde era un solo paciente, con una jornada de menos horas y con menos personal. Aquí el SAMU me recibió con los brazos abiertos, pese a no pertenecer directamente a su red. Me han enseñado un montón, donde me han tenido en una capacitación continua. Estoy muy orgullosa de ser parte de una institución tan grande y de una misión única a nivel mundial” expone.
Ser Mejor
Karina Pérez destaca su etapa de estudiante en la U. Finis Terrae, resaltando que “una de las cosas que siempre me marcaban en la Universidad era la seguridad sobre el paciente. Estar pendiente siempre, por sobre todas las cosas”.
Uno de los conceptos que la Universidad Finis Terrae busca incorporar a sus estudiantes es “Ser Mejor”, algo que para Karina Pérez se traduce en “destacar no solo por conocimiento, sino también por actitud. Siempre llevar lo mejor de cada uno hacia el paciente, a quienes trato como si fuera mi familia. Si bien en el traslado aéreo son un par de horas las que estoy con el paciente, en esas horas le tengo que dar mis mejores cuidados, entregar lo mejor de mi y demostrar mis conocimientos y actitud”.
“Ser mejor es también es siempre estar en constante estudio para dar lo mejor para los pacientes. Hay que llegar al punto de que, si uno estuviese en la otra posición, me gustaría ser tratada por esa enfermera, que soy yo” concluye.