Estudiante con discapacidad motora de la Facultad de Ingeniería participó del Primer Congreso de Educación Superior Inclusiva: “La silla no es lo que me define”
Ernesto Stark, estudia Ingeniería Civil en Informática y Telecomunicaciones, hace ayudantías y tutorías, se identifica como un embajador en temas de discapacidad y en concientizar sobre ello. Sin embargo, es tajante al señalar que a él lo define su intelecto.
“La silla no es lo que me define. Me define mi capacidad intelectual”, es una de las frases que quedó de la primera jornada del Primer Congreso Internacional en Educación Superior Inclusiva y pertenece a Ernesto Stark, estudiante de quinto año de la Facultad de Ingeniería, quien fue uno de los protagonistas del primer Congreso internacional en Educación Superior Inclusiva, organizado por el Comité de Discapacidad y Neurodiversidad de la Corporación de Universidades Privadas (CUP).
Durante su intervención en la mesa redonda titulada “Experiencias universitarias de inclusión social e interseccionalidad, desde la perspectiva estudiantil”, Stark destacó la relevancia de la empatía y la integración que ha experimentado como estudiante de la Universidad Finis Terrae. “Lo que puedo destacar de mi experiencia universitaria es la empatía y la integración e inclusión que se tiene tanto de parte de nosotros como estudiantes, como la relación entre los docentes y estudiantes. Porque le puedo comentar a un profesor de un problema e intentamos solucionar el problema”, comentó.
El joven también hizo hincapié en que desde su condición busca generar conciencia sobre la importancia del respeto y la dignidad hacia todos. “Definitivamente, me siento parte de esta cruzada, ya que tengo la oportunidad y la responsabilidad de educar a otros sobre la importancia de tratar con respeto, empatía y dignidad a las personas con discapacidad motora. Al compartir mi experiencia, puedo ayudar a construir una sociedad más consciente e inclusiva, que valore la diversidad y las capacidades de cada individuo”, afirmó.
En su intervención Ernesto enfatizó que su discapacidad no lo limita intelectualmente. “Si yo, como persona, puedo utilizar mi capacidad intelectual de manera independiente a mi capacidad de movimiento, porque mi silla de ruedas son mis piernas, con ella me puedo transportar a todos lados, pero es solo eso. Mi intelecto funciona perfectamente, y puedo inspirar a otros, ya sea dentro de una sala de clases como en el futuro, siendo un ingeniero”, aseguró Stark.
Finalmente, Stark valoró la realización de este congreso y subrayó la importancia de seguir avanzando hacia una educación superior inclusiva. “Me pareció sumamente interesante que se haya realizado un congreso destinado a discutir sobre la Inclusión en la Educación Superior. Este tipo de iniciativas permiten conocer las prácticas y realidades de otras universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica en cuanto a cómo manejan la inclusión. Además, promueven que estas instituciones estén adaptadas para aceptar a cualquier persona. También es valioso compartir y aprender de las experiencias de los estudiantes con discapacidad, entendiendo cómo viven su realidad dentro de estas instituciones y si han enfrentado alguna barrera”, concluyó.
Junto a Ernesto, del conversatorio participaron -también- Jaime Castro Pardo, estudiante de Educación Diferencial de la Universidad Santo Tomás; Daniela Quiroz, estudiante de Periodismo de la Universidad de Las Américas, y Aracely Araya, estudiante de Psicología de la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO).
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