Estudiantes de Pedagogía en Educación Básica se adentran en escuelas rurales unidocentes y multigrado
Alumnos de 4° año de la carrera realizan pasantías a establecimientos educacionales alejados de la ciudad para experimentar otros métodos de enseñanza.
Durante una semana completa un grupo de estudiantes de 4° año de la carrera de Pedagogía en Educación Básica de la Universidad Finis Terrae cambian las aulas tradicionales en la propia Universidad o de establecimientos escolares de la Región Metropolitana, para llegar a diferentes escuelas rurales donde viven una inmersión educativa totalmente diferente.
Estas pasantías rurales forman parte de un programa de vinculación con el medio de la carrera que busca que los estudiantes de pedagogía tengan experiencias de trabajo colaborativo con docentes que llevan tiempo desempeñando su rol como académicos en contextos rurales.
En esta versión 2023 del programa, fueron ocho estudiantes los que acompañados de los académicos Cristián Prado y Fernanda Rodríguez se adentraron en la comuna de Pitrufquén de la región de la Araucanía.
“Nuestros estudiantes viven una experiencia completa de aprendizajes significativos, donde participan de las actividades pedagógicas y formativas y se dedican, en conjunto con los docentes estables, a implementar experiencias de aprendizaje para los escolares. Lo importante de esta iniciativa es que los futuros docentes diseñan e implementan clases como si fueran un docente más de la escuela”, explica Cristián Prado, académico de Pedagogía en Educación Básica de la U. Finis Terrae.
Durante la pasantía estuvieron presentes en tres escuelas de la zona: Colegios “Nuevo Horizonte” y “El esfuerzo” del sector de Millahuin, y “Escuela Susana Ortíz” del sector Colga, todos pertenecientes a la comuna de Pitrufquén.
Francisco Moreno, estudiante de 4° año de Pedagogía y quien realizó esta pasantía rural, califica esta experiencia como “enriquecedora” porque se pueden apreciar otras formas de enseñanza en el país.
“El contexto educativo es muy distinto al de las zonas urbanas, partiendo por la cantidad de espacio que tiene el colegio y que desarrolla una formación diferente, además se suma que los profesores se deben adaptar a trabajar en aulas multigrado, más de un nivel por sala, lo que es muy desafiante”.
La visión de Francisco es compartida por otro estudiante de Pedagogía, Julio Pinto, quien destaca que “pudimos evidenciar una realidad completamente distinta a la que estamos acostumbrados. Vemos que los docentes tienen que trabajar con estudiantes de distintos niveles en una misma sala, cómo es trabajar con el concepto de comunidad, cómo se relacionan los contenidos entre los distintos cursos para verlos a la misma vez. Todo esto nos deja mejor preparados”.
Esta instancia de colaboración de enseñanza-aprendizaje es vista con buenos ojos por parte de los mismos docentes que forman parte de las comunidades educativas de las zonas rurales, tal como explica Marcela Aravena, docente encargada de la Escuela Susana Ortiz de Pitrufquén.
“Nuestra experiencia con los estudiantes es bastante provechosa, porque son jóvenes que vienen con nuevas ideas y formas de didáctica, lo que es sumamente enriquecedor para nosotros como docentes y para los estudiantes de nuestra escuela”.
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