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Estudio de la Universidad Finis Terrae revela que menores de dos años presentan alteración de los hábitos alimentarios durante de la pandemia
Especialista alerta que esta situación provoca que niños menores de 2 años tengan mayor riesgo que producir deficiencia nutricional y trastornos alimentarios del tipo selectivo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los lactantes hasta los seis meses de edad consuman únicamente leche materna, para después comenzar con la ingesta de una variedad de alimentos que complementen la lactancia materna hasta los 2 años o más. Estos alimentos deben ser carnes, pescados, huevos, legumbres, frutas, verduras y cereales, los cuales entregarán una variedad de nutrientes que ayudan al crecimiento y desarrollo de estos niños. Esta recomendación internacional va en la misma línea de lo que propone el Ministerio de Salud en su “Guía de alimentos del niño menor de 2 años”, donde además incorpora el proceso de desarrollo de hábitos alimentarios”.
En este contexto, y producto de los cambios de hábito que trajo el COVID-19 en la sociedad, es que un grupo de investigadores de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Facultad de Medicina de la Universidad Finis Terrae realizó un estudio para evaluar el cumplimiento de las recomendaciones de estilo de vida propuestas a nivel nacional e internacional en niños y niñas menores de 2 años durante la pandemia en Chile.
Esta investigación contó con la participación de más de 200 padres, madres y cuidadores/as, que respondieron un cuestionario en línea con información sociodemográfica y estilo de vida de los lactantes. Entre sus principales resultados encontramos una baja introducción de algunos alimentos como las legumbres (39%), pescados (35%) y el huevo (23%) en la alimentación complementaria de los niños menores de 2 años. Esta tardanza en la inclusión de algunos alimentos puede aumentar el riesgo de deficiencia nutricional y trastornos alimentarios.
Edson Bustos Arriagada, docente e investigador de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Finis Terrae, señala que “el consumo de pescado, huevo y legumbres está muy por debajo del deseado y es muy preocupante, ya que la falta o postergación en la inclusión de esos alimentos puede aumentar, en los menores de dos años, el riesgo de alergia alimentaria y de generar trastornos de conducta alimentaria de tipo selectivo. Además, se ha visto una asociación en la tardanza de inclusión de estos alimentos con la obesidad. Sin duda, esta situación es muy alarmante, ya que cada alimento cumple un rol fundamental en aspectos del crecimiento y desarrollo de los niños”.
Para los investigadores esta realidad podría esperarse, ya que el estudio indica que al menos el 40% de las familias analizadas dijeron no asistir a la consulta nutricional del quinto mes, donde el objetivo principal es entregar recomendaciones de alimentación.