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Integrantes de la comunidad Finis Terrae analizan la figura del Papa León XIV
En su primer mensaje, el Sumo Pontífice evidenció su compromiso por la paz, la unidad y el diálogo. Aquí académicos desde diversas disciplinas proyectan cuáles serán los énfasis de su Pontificado.
La rápida elección del Papa León XIV, el primer Pontífice estadounidense, pero con profundos vínculos con América Latina, y el primero de la orden de San Agustín, marca un nuevo hito en la historia de la Iglesia Católica. Con gran alegría y esperanza, el mundo católico recibió esta noticia.
El rector de la Universidad Finis Terrae, Juan Eduardo Vargas, en su mensaje a la comunidad destacó que “tenemos plena confianza en que el nuevo Pontífice, como lo expresó en su primer mensaje, será un impulsor en la construcción de puentes de encuentro entre las personas y un promotor de la paz entre las naciones, lo cual es fundamental en un mundo que necesita reconciliación y esperanza”. En este sentido, dijo, “renovamos también nuestro compromiso de aportar al desarrollo de una sociedad más justa y fraterna”.
Constructor de puentes
El director del Instituto Escuela de la Fe, Patricio Jaramillo, analiza cómo se conecta y proyecta el quehacer del nuevo Pontífice con el último Papa que utilizó el nombre de León.
“León XIII es un Papa que se caracterizó por una tradición de firmeza doctrinal, pero con clara apertura a los signos de los tiempos. En su primer mensaje como Papa, León XIV muestra una línea con esos sellos del Pontificado de León XIII. Expresó fuerte y claro su deseo y su compromiso por la paz, la unidad y el diálogo, invitando a ‘construir puentes´ en un mundo necesitado de reconciliación”, destaca.
“Su perfil sacerdotal muestra una amplia experiencia en diversos ámbitos que son clave y relevantes para el servicio que tendrá que dar como sucesor de San Pedro”, agrega Patricio Jaramillo, quien detalla que “posee una amplia experiencia misionera, en la que destaca su servicio como obispo en Perú. Ha sido cercano a los necesitados, posee una sólida formación intelectual, lo cual lo ha caracterizado por un pensamiento sólido pero prudente”. Además, dice, ha sido formador sabiendo articular una sólida doctrina con sensibilidad pastoral. También, agrega, ha sido parte de la Curia Romana y un estrecho colaborador del Papa Francisco.
Respeto por las culturas
A juicio de Angélica Herrera, directora de Pastoral U. Finis Terrae, la figura de León XIV “representa una forma de evangelizar profundamente arraigada en el respeto por las culturas, promoción de la paz y en la certeza de que el diálogo sincero es camino de comunión”.
Su experiencia en América Latina, agrega, no solo “lo conecta vitalmente con nuestros pueblos, sino que le ha enseñado a escuchar con el corazón y a caminar junto a los más necesitados”. Desde su identidad agustiniana, estima, irradia una espiritualidad centrada en la interioridad, la búsqueda de la verdad, la fraternidad y la misericordia.
“En la Universidad Finis Terrae formamos personas íntegras, con una sólida formación académica y valórica. En este sentido, la elección de este nuevo Pontífice renueva nuestro compromiso como Pastoral Universitaria a caminar juntos como Iglesia misionera, que construye puentes de diálogo y está siempre dispuesta a recibir a todos con los brazos abiertos”, enfatizó.
Una elección histórica
Raimundo Meneghello, director Escuela de Historia, explica que esta elección marca un hito en tanto fue producto de un cónclave “sorprendente” corto: “quizás sea el más corto de los últimos 100 años”, declara.
También destaca varios símbolos y gestos que dan cuenta de cuáles serán los grandes objetivos a los que va a apuntar el Papa León. Uno de ellos es la elección de su nombre: “El anterior Papa León XIII fue un Pontífice de transición del siglo XIX al siglo XX en cuyo mandato destacó sobre todo por tratar de adaptar a la Iglesia a los cambios de la modernidad que se acercaba”, precisa.
Un aspecto en el que concuerda la Dra. Andrea Botto, académica de la Escuela de Historia: “El Papa León XIII publicó lo que es considerado como el primer gran texto de la Doctrina Social de la Iglesia moderna, la Encíclica Rerum Novarum, un texto fundamental para toda la vertiente social (…) esto es importante porque la Rerum Novarum viene a ser una respuesta desde el catolicismo al problema social y con esto el nuevo Papa destaca que su vocación es social”, enfatiza.
Luego, plantean los historiadores, está el hecho de que es el primer Sumo Pontífice norteamericano, pero con una madre hispana y que ha vivido más de 20 años en Perú, por lo cual “se podría considerar latinoamericano”, comenta Botto.
Además, añade Meneghello, pertenece a la orden de San Agustín, que por primera vez tiene un Papa. “Los agustinos originalmente son una orden mendicante y por lo tanto con un mensaje cercano a la austeridad, a la pobreza y a la humildad”, detalla.
El académico también destaca su enorme trayecto en apostolado en la zona selvática peruana, “que lo pone en contacto con una realidad más alejada de las grandes ciudades y los grandes centros del poder de la Iglesia”.
De su discurso Raimundo resalta su alusión reiterada a la paz mundial, que habla a “los hombres y las mujeres”, su reconocimiento a su antecesor Francisco, su intervención en castellano y no en inglés, su idioma natal, y la utilización del concepto sinodal, “que nos habla de una iglesia más cercana a la gente”.
Andrea Botto destaca la cantidad de veces que en su mensaje mencionó la palabra diálogo: “esta es una clara señal que está pensando en la paz del mundo y en dialogar a nivel intereclesiástico”.
El nuevo Papa, dice la historiadora, “es una persona moderada, continuista de la línea de Francisco en la parte social, pero también muy moderado en cuanto a lo moral. No lo catalogaría desde ningún lado, sino dialogante y moderado”. Una percepción que comparte Meneghello: “Todo indica que se buscó un punto medio, alguien que pudiese ayudar a que comulgasen toda las tendencias dentro de la iglesia y que finalmente apuntan lo a lo mismo”.
La paz como punto central
El P. James Cleary, L.C., director de la Cátedra de Razón Abierta, destaca que, más allá de las especulaciones que se hagan respecto al pontificado de León XIV, lo “único que sabemos con mayor claridad es lo que quiso transmitirnos en su discurso desde el balcón de la basílica de San Pedro. Mirando desde allí, deseó paz: paz al mundo, paz en la Iglesia, paz en el corazón de cada uno. La verdadera paz sólo surge desde el orden (podríamos recordar aquí el concepto agustiniano del ‘ordo amoris’), desde la justicia y la comunión. Es Cristo, con su resurrección, quien nos da la paz, pues nos reconcilia con Dios”.
Dentro del mismo punto Alberto Rojas, director del Observatorio de Asuntos Internacionales, sostiene que “el signo más profético de su elección es su compromiso con la paz. En un tiempo marcado por la polarización, los conflictos armados y las tensiones sociales, su figura nos habla de reconciliación, de puentes, de caminos de unidad”.
“Su presencia es un llamado silencioso pero firme a abandonar la lógica del poder para abrazar la lógica del encuentro”, planteando que “León XIV tendrá una misión inmensa: alzar la voz por la paz en un mundo marcado por el enfrentamiento. Y recordar que, a veces, las palabras de Roma han logrado evitar lo que las armas no perdonan”, puntualiza.
“Su insistente referencia a la paz en su primera alocución a la humanidad es un modo claro de hacerse cargo del mundo en el que le toca ser pastor”, reflexiona Alberto Pedro López-Hermida, director Escuela de Periodismo, al momento de analizar su primera aparición ante los fieles. Tras ello, también destaca “la elección de su nombre tiene un claro guiño a la doctrina social” y que “su vestimenta y proxémica muestran autenticidad, retomando un revestimiento más tradicional, con una fuerte carga emocional y guiños pastorales”.