Un sombrío panorama económico enfrenta América Latina: una década de bajo crecimiento, una recaudación tributaria menor a la que requieren los Estados y un cambio climático que incrementará las exigencias de financiamiento para prevención de desastres como huracanes y sequía, fue el tema expuesto por Noel Pérez Benítez, jefe de la Unidad de Asuntos Fiscales de la División de Desarrollo Económico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). 

Pérez Benítez fue invitado a dar una charla a los alumnos de la Facultad de Economía y Negocios de la U. Finis Terrae, liderada por la decana Jaqueline Gómez. 

“Es muy importante que los estudiantes, durante toda su carrera académica, puedan estudiar y analizar temas relacionados con cambio climático y los efectos económicos que van a tener, porque van a afectar a todo mundo por parejo. Esto incluye la capacidad de crecimiento que tienen los países, el sector privado, y las condiciones de vida de las personas hoy y de las futuristas generaciones”, indicó el especialista. Ver video aquí

Por un lado, Pérez explicó a los estudiantes que América Latina ha tenido crecimiento promedio, en los últimos 10 años, de 0,9%, “que es una tasa muy baja”, lo que implicará que faltarán recursos para enfrentar por ejemplo, el envejecimiento de la población que requerirá financiamiento para pensiones y para financiar el tratamiento de enfermedades crónico degenerativas como diabetes, hipertensión, entre otras. 

A este bajo crecimiento, se suma que los países latinoamericanos están endeudados, en mayor o menor medida, lo que implica pagar una mayor cantidad de intereses, cuando, además, con un mismo presupuesto, hay que enfrentar demandas en salud, educación, vivienda y pensiones.

El cambio climático viene a presionar aún más al presupuesto de los países de la región. Por eso, cada vez más hay economistas que están estudiando los efectos climáticos. A nivel económico, los fenómenos climáticos pueden ser de impacto inmediato o de largo plazo. En el primer caso, están los huracanes, que están cada vez más destructivos; y el segundo ejemplo son las sequías que afectan a la agricultura o el incremento de los niveles del mar, que afecta a las ciudades costeras. La reparación de ciudades o las medidas de mitigación para la sequía también requiere de recursos. 

Los países también enfrentan tensión con los cambios de matriz energética, según avanzan los acuerdos internacionales en torno al clima y la contaminación que buscan la disminución del uso de combustibles fósiles. Estos riesgos de transición afectan a países productores de petróleo en la región como México, Brasil, Colombia, Bolivia. 

Por otra parte, hay que examinar que los nuevos impuestos en torno a la disminución de la  contaminación, tampoco son suficientes para la recaudación fiscal, como es el caso del impuesto a la emisión de carbono.

La charla concluyó con posibles soluciones a estas problemáticas, como también un llamado a los estudiantes para que consideren, en su futuro laboral, su incorporación a los organismos internacionales de elaboración de políticas públicas como Cepal u otros.