La Segunda | Académico Cristóbal Aguilera explicó la importancia de aplicar correctamente el principio de subsidiariedad en el ámbito de la familia
“No existe otro ámbito más relevante en el que el principio de subsidiariedad debe ser correctamente comprendido y defendido que el referido a la familia”, señaló el docente en carta publicada por el vespertino.
Les invitamos a leer la carta a continuación.
Familia y subsidiariedad
Señor Director: No existe otro ámbito más relevante en el que el principio de subsidiariedad debe ser correctamente comprendido y defendido que el referido a la familia.
La subsidiariedad plantea, sobre la base de la idea de que la familia es gobernada por los padres (y, además, de que ella es una comunidad que aporta de un modo insustituible e imprescindible a la vida social), dos cosas relevantes.
Por un lado, nos dice que la autoridad de los padres es verdadera autoridad, en el sentido de que, en el ámbito en que ella se despliega, ella es quien posee el poder de dirigir, regir y corregir. De ello se sigue que la autoridad estatal debe reconocer en la autoridad de los padres un límite a sus competencias. En segundo lugar, y a la vez que implica aquel deber de abstención, la subsidiariedad impone un deber positivo: el Estado tiene la obligación de ayudar a los padres en el cumplimiento de sus deberes.
El derecho preferente de los padres a educar a sus hijos no es, pues, incompatible con la intervención del Estado, sino que la requiere, pero solo en la medida en que ella se oriente a ayudar a los padres, no a sustituirlos.
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