Imagen: Juantenaphoto (CC)

Estimada comunidad universitaria:

Con profundo dolor, aunque con esperanza cristiana por la perspectiva de la vida eterna, como comunidad universitaria nos unimos al sentir de toda la Iglesia por el fallecimiento de Su Santidad, el Papa Francisco, quien hoy ha partido al encuentro con el Padre.

En este lunes de Pascua, cuando la Iglesia proclama con gozo que Cristo ha vencido a la muerte, confiamos con esperanza firme en que el Santo Padre haya sido acogido en la gloria del Resucitado, a quien amó y sirvió con fidelidad hasta el final.

Durante más de una década, el Papa Francisco -el primer Pontífice latinoamericano- condujo a la Iglesia dando testimonio vivo de una fe profunda, humildad y compromiso con la dignidad humana, la justicia y la paz. Ejerció su ministerio con autenticidad, cercanía y alegría al servicio de todos los fieles y en especial de los más pobres y vulnerables.

El Papa habló en diversas ocasiones sobre el rol de la universidad en la transformación del mundo. En su viaje a nuestro país (2018), durante su visita a la Pontificia Universidad Católica de Chile, hizo un llamado a que los procesos educativos fueran “transformadores, inclusivos y de convivencia”, buscando aportar a la mejor convivencia nacional. En esa ocasión, urgió a “desarrollar una alfabetización integradora”, entendida como una “educación que integre y armonice el intelecto, los afectos y las manos— es decir, la cabeza, el corazón y la acción”. Hoy esas palabras resuenan con más fuerza y nos interpelan a seguir trabajando por una formación verdaderamente integral.

Como universidad de identidad católica, acogemos este momento con pesar por su partida, pero con gratitud por su legado. Finalmente, nos unimos en oración por su eterno descanso, pidiendo también que el Espíritu Santo continúe conduciendo a la Iglesia por caminos de fidelidad y renovación.

Con afecto y esperanza,

Juan Eduardo Vargas
Rector