El segundo encuentro del ciclo “Periodismo en Línea” que organiza la Escuela de Periodismo de la Universidad Finis Terrae tuvo como invitada a la periodista y ex directora de CIPER Chile, Mónica González.

La profesional, que obtuvo el Premio Nacional de Periodismo 2019, se refirió al rol de la información y el periodismo en tiempos de crisis, ante decenas de alumnos, profesores e invitados que se conectaron por cerca de dos horas.

“Los periodistas vamos quedando como el único cordón umbilical que une a los ciudadanos con el exterior. Ciudadanos, que están llenos de temor e incertidumbres”, afirmó González. “Entonces tenemos que ser diez veces más rigurosos, diez veces más responsables e ir a buscar esas historias que tenemos que contar, que es lo que nos está faltando. Nos estamos quedando con las autoridades y debemos ir a las historias. El periodismo debe ir a la calle”.

Moderada por el director de escuela, Rommel Piña, la conversación también se orientó a revisar los procesos que ha desatado la pandemia en Chile y cómo la investigación periodística ha ayudado a transparentar la información que se maneja. “Todo parte con hacerse las preguntas correctas. No son las que se me ocurren bajo la ducha. Por eso hay todo un aprendizaje que hacer en el método para enfocarlo, que es un proceso analítico, que se enseña. La falencia mayor es del enfoque. El enfoque no es de genialidad, es de trabajo. Se debe ir trabajando, trabajando (…) Lo que viene es un trabajo en equipo brutal”, sostuvo.

La periodista y ex directora del diario Siete+7 aseguró que “lo que está ganando en poder, en influencia, en romper las barreras de lo oscuro, es el periodismo independiente que financia la gente. Uno de los grandes éxitos es eldiario.es . La mayoría de los éxitos hoy son diarios en internet. Aunque parezca ridículo, uno de los primeros fue El Faro, en El Salvador (….) y en Chile vamos a entrar en esa cultura”.

Desde su punto de vista, el momento del periodismo es trascendental para tiempos de crisis como el actual, en donde hay muchos elementos en juego. Incluso no cree en los medios públicos, financiados por el Estado, sino que en una de las funciones de la profesión es interpelar al poder.

“Sin periodismo no hay democracia y estamos viviendo una época en que la democracia la quieren terminar muchos, aprovechándose de los cuidados excesivos de la pandemia. Yo creo que nuestra batalla es ganarle al virus, a la pobreza y a los que quieren sepultar la democracia. Pero para eso es necesario más justicia, más igualdad y menos corrupción”, dijo la ex directora de CIPER Chile y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo (Colombia). “Vamos a tener que conseguir personas que deban destinar plata para los medios que le dan confianza, credibilidad. En eso se va a ir lo que viene para nosotros”.

Consultada por docentes y alumnos, Mónica González sostuvo que no está cansada de estar en la primera línea de la profesión. “A lo mejor los demás se cansan de mí. Yo creo que es cansador ver a esta vieja de miéchica, diciendo cosas que la gente no quiere saber. Yo creo que me voy a morir haciendo investigación. Espero que no (…) Lo que más temo es que se cansen de mí, porque ‘esta vieja nos atosiga con sus investigaciones y denuncias’”.

Comentarista de “Mesa Central”, en Canal 13, y frecuente invitada a distintos medios de comunicación, confesó que no ve redes sociales después de su participación en un programa, “porque me da pánico. Siempre encuentro que lo hice mal, que no planteé lo que debería haber planteado, que no usé datos, que fui una tontona. Yo me maltrato mucho y no veo las redes sociales, porque son terribles. Además, creo es una forma fantástica de combatir el ego”.

Recordando sus tiempos en La Nación, la Fundación Gabo y las coberturas del caso Spiniak, Mónica González -reconocida también en España, Colombia y Estados Unidos por su desempeño y aporte al periodismo- dijo que el protagonismo del periodista actual se debe a una mala concepción de los nombres vociferantes.

“Me preocupan los periodistas que tratan de mostrarse ellos mismos. El ego es una de las lacras de esta profesión (…) El ego es una pandemia para nosotros, porque nos mata lo mejor de nosotros. Nos hace envidiosos, no nos permite hacer colaboración, juntar las manos con otros”, concluyó. “Nuestra más noble función es ser la cadena de la verdad para llevarle a otros la información. Pero muchas veces se nos olvida. No hay que mirar a nadie para arriba o para abajo… los periodistas olvidamos lo humano y lo esencial de esta profesión, y no podemos hacerlo. Yo tuve la suerte de que siempre me lo recordaron en la universidad”.