Nueve meses duraron las grabaciones de “Gemelas”, la teleserie que tiene al aire Chilevisión cuya protagonista es Paloma Moreno, 36 años, actriz egresada de la Escuela de Teatro de la Universidad Finis Terrae. Pero no es un rol protagónico común, sino que la joven interpreta a dos personas: Dominga Vásquez y Luchita Rivera, hermanas que fueron separadas al nacer y criadas en dos mundos opuestos.

Asumir este doble protagónico, para Paloma significó mucho esfuerzo y determinación. La actriz, que comenzó su carrera en la producción de época “Manuel Rodríguez”, desde 2015 que no aparecía en televisión, luego de su papel en la teleserie de TVN “Matriarcas”.

“Es un tremendo honor que me hayan elegido, me honra y me llena de felicidad. A le vez es una tremenda responsabilidad hacer un doble protagónico recae mucho peso sobre los hombros de uno como intérprete”, explicó Paloma.

Tras el estreno de uno de los papeles más desafiantes que le ha tocado interpretar en televisión, la actriz terminó una exitosa temporada de la obra “El Misántropo”, en el Teatro Municipal de Las Condes.

En medio de toda esta actividad, contó a la U. Finis Terrae cómo fue su paso por la Escuela de Teatro, su relación con los profesores, recordó anécdotas y las complejidades que debe enfrentar un joven cuando decide estudiar teatro y luego, salir al mundo laboral.

-¿Qué recuerdos tienes de tu paso por la Universidad Finis Terrae?
– Los mejores. La Universidad fue un momento de mucho compañerismo, de mucho trabajo, ensayo y aprendizaje. Creo que para ser actor es fundamental pasar por la Escuela de Teatro, porque ahora se usa mucho que uno puede ser actor sin pasar por ninguna escuela, sobre todo en televisión. Pero creo que es un paso súper importante para poder construir los personajes y construir una carrera, que entiendas a lo que vas, porque es muy difícil ser actor y la escuela también es un momento difícil, donde existen varias dificultades. Entonces las escuelas de teatro te preparan mucho para el mundo que viene después.

-¿Hubo algún académico que marcó tu formación actoral?
– Willy Semler, porque tuve ramos con él que me gustaron mucho. Sentí que es una persona que conoce muy bien el oficio, que ha trabajado mucho como actor, entonces eso era muy útil, ya que era una persona que te enseñaba desde su experiencia, no solo desde la teoría.

-¿Te gustó haber estudiado en la Escuela de Teatro Finis Terrae?
-Sí, fue una bonita experiencia, tengo muy buenos compañeros, tengo amigos de la Escuela que veo hasta el día de hoy.

-¿Qué herramientas te entregó la Escuela de Teatro que te sirvieron para desenvolverte en el mundo profesional?
-Muchísimas. Primero, una formación teórica importante, tuve profesores de teoría del teatro y de historia, súper buenos. Por otro lado, tuve la formación del rigor que me entregó la Escuela de la Finis Terrae, todo era muy riguroso, no podías llegar tarde, ni faltar y los ensayos eran sagrados. Por lo tanto, para mi vida como actriz me dejó muchas herramientas, porque para ser actor tienes que ser muy riguroso con uno mismo, al egresar no hay nadie que te esté diciendo nada, entonces la única manera de trabajar en Chile es prepararte para enfrentar un mundo muy difícil.

-¿Cuál dirías que es el sello diferenciador que tienen quienes egresan de la Finis Terrae?
-Me ha tocado encontrarme con actores de todo tipo que han egresado de la Finis Terrae y también en muchas disciplinas. Yo creo que todas son personas y profesionales muy capaces de valerse en distintos rubros del mundo del arte.

– Luego te perfeccionaste en Nueva York ¿cómo describirías ese proceso y qué fue lo que más te aportó? ¿es muy distinto a lo que aprendiste en Chile?
-Lo que más me aportó fue vivir en otro país. Fue una experiencia súper necesaria para llenarme de otra cultura, de vivencia y de valerme por mí misma en una ciudad desconocida, donde no están tus amigas, sin duda eso fue una muy buena experiencia. Y lo que más rescato es el perfeccionamiento actoral que recibí allá, sobre todo actuar en otro idioma. Eso fue súper importante para desarrollar el oído, tuve clases con distintos acentos, por ejemplo ahora me ha tocado hacer acentos mexicanos o peruanos entonces esa formación ha sido de mucha ayuda. Las clases de dialecto me ayudaron mucho también. Creo que más que la escuela en sí, fue muy bonito trabajar con gente de muchos países y vivir en otro lado lo que me ha llenado de experiencia.

-¿Qué se siente volver a la televisión y con un protagónico?
-Es un tremendo honor que me hayan elegido, me honra y me llena de felicidad. A le vez es una tremenda responsabilidad hacer un doble protagónico recae mucho peso sobre los hombros de uno como intérprete. Pero la verdad es que fue súper coral la teleserie, lo pasamos muy bien, mis compañeros fueron muy generosos conmigo, por lo que fue una muy linda experiencia.

-¿Te costó mucho este doble protagónico?
-Es mucho trabajo, porque es todo doble, la construcción de los personajes, estás en casi todas las escenas de la teleserie, entonces trabajas muchas horas, tienes que llegar a la casa a estudiar. La verdad no tenía ratos libres, estaba desde las siete de la mañana hasta las ocho de la noche, luego comer, estudiar 20 escenas para el día siguiente y volver a lo mismo. Es un ritmo muy demandante y, claro, emocionalmente uno siente que tiene mucha responsabilidad, como actriz uno siente que tiene que lograrlo y estar a la altura de lo que te están pidiendo, por lo tanto demostrar que uno se la puede.

-¿En qué proyectos trabajas actualmente?
-Tengo una propuesta para teatro, pero aún no hay nada cerrado, así que no puedo dar el nombre de nada.

-¿Qué le dirías a los jóvenes que están pensando en estudiar actuación? ¿algún consejo?
-Creo que es bueno que te cueste atreverte a estudiar teatro. La carrera en sí es compleja y es muy difícil el mundo laboral. Hay que saber que uno se enfrenta a un mundo súper competitivo, donde hay poco trabajo. Entonces yo les diría que sean mateos y se perfeccionen en algo que les guste mucho, porque distinguirse en este mundo es complejo.

-¿Qué es para ti “ser mejor”?
-Es acercarse a la visión más sincera de uno mismo, la versión más honesta.