En su exposición, el académico planteó algunas críticas a la actual redacción del proyecto, especialmente en lo que tiene relación con el delito de “asesinato” y sus hipótesis agravadas. Asimismo enfatizó que, a su juicio, es de la mayor relevancia mantener el delito de parricidio, o en su defecto, integrar una figura agravada de homicidio por parentesco. En esa línea, el académico criticó el hecho de que la actual propuesta “no contempla hipótesis alguna de agravación tratándose del homicidio de personas con quienes se tienen vínculos de sangre, que es el actual delito de parricidio”.
Dentro de su argumentación, en este punto el académico citó las palabras del fiscal, magistrado y tratadista de Derecho Penal español, Antonio Quintano Ripollés quien de manera muy elocuente señala que “al menos para los que estimamos que el Derecho no es pura lógica, sino ante todo vida cultural, no resulta del todo convincente pensar que, humanamente hablando, el parricida sea un homicida. Por mucho que lo sea formalmente, el padre es para el hijo, y el hijo para el padre, mucho más que un hombre, y el ancestral eco de reprobación moral y aun de horror que la palabra parricidio evoca en todos los espíritus, es una realidad existencial y culturalista que el jurista celoso de las esencias vivas del Derecho no puede ni debe desconocer, ni menos sacrificar por pruritos de sedicente tecnicismo lógico-jurídico, que sólo es respetable cuando se pone al servicio de aquellos valores, y no en pugna con ellos”
Junto con el doctor Leiva expusieron en la instancia los académicos Javier Wilenmann, profesor de la U. Adolfo Ibáñez; el docente de la U. Católica de Valparaíso, Christian Scheechler; la profesora de la Pontificia U. Católica de Chile, María Magdalena Ossandón; y la docente de la U de los Andes, Tatiana Vargas. Le invitamos a ver la exposición del doctor Leiva en este enlace.