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Psicóloga catalana explica cómo la psicomotricidad puede prevenir casos de violencia escolar

La destacada psicóloga española, Ana Valls, analiza los movimientos motores de niños y niñas y los conecta con sus emociones. En medio de la crisis de convivencia escolar, este trabajo se podría replicar en colegios y liceos del país.

Publicado: Noviembre 12, 2024

Los temas de convivencia escolar se han tomado la agenda noticiosa en el sector educativo en los últimos años en Chile. Las diversas situaciones de violencia que se han presentado en los colegios y liceos del país ha generado que el 72,1% de las denuncias recibidas por la Superintendencia de Educación en 2023 tengan relación con casos de convivencia escolar. 

Ana Valls, destacada psicóloga y psicomotricista con una extensa trayectoria académica y profesional ligada a evaluar y tratar a través del movimiento la gestión de las emociones de los escolares, visitó la Universidad Finis Terrae para participar en diversos seminarios, conversatorios y encuentros con estudiantes y profesionales del mundo de la educación, donde analizó los paradigmas y enfoques educativos que se deben utilizar para mejorar los componentes curriculares que fomenten el desarrollo de habilidades para la vida. 

El enfoque de Valls está en plantear una educación integral que promueva un aprendizaje significativo, todo con una mirada desde la psicomotricidad, por esto Valls explica que este término hace alusión a “una mediación corporal, a la presencia de un psicomotricista que apoyado en una sólida formación teórica, práctica y personal interviene a través del establecimiento de un vínculo de apego seguro sobre la expresividad psicomotriz del niño, considerándolo  como un ser global, pues el movimiento influye especialmente en el desarrollo emocional y relacional”. 

¿Cómo la psicomotricidad se conecta con las emociones?

-De alguna forma la propuesta habitualmente es de juego libre, de movimiento. Buscamos que los niños y niñas se conecten con sus emociones, y a partir de esta experiencia motriz se ponen en contacto con sus posibilidades y desarrollan una confianza en sí mismos, ello tiene su efecto a nivel  de autoestima, les devuelve una imagen positiva y la capacidad de relacionarse con el otro de un modo amable, y desde ahí buscamos la práctica de determinadas actitudes como el altruismo, la solidaridad, la empatía, la ayuda mutua.

¿Cómo es la práctica de la psicomotricidad? ¿Realizan algún tipo de ejercicio físico en especial?

Normalmente no planteamos ejercicios. La sesión comienza con un ritual de entrada, donde los niños se sientan y hablamos del proyecto a llevar a cabo. Luego, seguimos con una fase de juego libre, tenemos objetivos muy claros, se puede trabajar desde un juego simbólico donde desarrollan  competencias motrices y la capacidad de representación, o  juegos de maternaje donde se desenvuelven  aspectos de seguridad profunda. Siempre intentamos que conecten con las emociones. Por ejemplo , si la propuesta es saltar,  no nos interesa tanto el salto en sí, sino lo que representa aquella acción, el miedo, la falta de confianza e intentamos que lo superen y que lo lleven a un plano simbólico. No nos quedamos únicamente en que adquieran las competencias motrices que implica el salto, nos interesa la superación personal.

Al final la sesión acaba con un momento de calma: un dibujo, un cuento, verbalizando el cómo se han sentido y cerramos el trabajo con el ritual de salida.

¿Qué análisis pueden realizar los educadores a través de esta propuesta?

Vemos los sistemas que tienen que ver con la inhibición, y desde ahí elaboramos un plan de ayuda para que ese niño o niña pueda abrirse en relación a los otros. Por ejemplo, hace unos años a un niño le pusimos una situación de juego libre y no se movía debido a la inseguridad que le producía no contar con algo pautado, pero cuando realicé un cambio en la propuesta, un circuito organizado se mostró dispuesto a participar, por eso nos ajustamos a cada caso. El movimiento denota el punto en el cual se encuentra el niño. 

En otros casos, en situaciones donde el grupo plantea un movimiento continuado o mucha impulsividad  trabajamos para que niños y niñas adquieran una contención y encuentren fórmulas para adaptarse al entorno.

¿Cómo pasan de este tipo de juegos en movimiento a entender sus emociones?

Las personas nos expresamos de forma auténtica a través del movimiento, en especial los niños. Aunque en ocasiones el movimiento puede ser una forma de no conectar, de no pensar en aquello que nos disgusta. A través del movimiento habitualmente tienen la posibilidad de conectarse con las emociones, y nosotros ayudamos a localizar estas emociones, a poderlas comunicar y gestionarlas. El movimiento habla de la historia personal profunda.

¿Se pueden aprender o reaprender algunos movimientos?

Ese no es el objetivo. Acá lo que importa es que los niños sean libres y a través de sus movimientos  se expresen. 

¿Por qué es importante que los educadores tengan una formación en temas de psicomotricidad?

Pensamos que la psicomotricidad es una herramienta de prevención y educativa que puede ayudar a la relación con el otro, y para esto primero es importante la conexión con uno mismo, que exista un punto de crecimiento personal y de autoestima, pero también aprender a aceptar y regular las emociones para llegar a una convivencia amable. A través del trabajo psicomotor, intentamos desarrollar un trabajo focalizado en el crecimiento personal y el establecimiento de una  relación de calidad con los otros. 

Ligado con la psicomotricidad como una herramienta de prevención educativa, tomando en cuenta los altos índices de problemas de convivencia escolar que enfrenta Chile actualmente, ¿se podría tomar a la psicomotricidad como una ayuda para las comunidades educativas?

Sobretodo de manera preventiva y educativa. Si aparece violencia es porque hay un punto de desconexión. Si uno piensa que está haciendo daño a otro, no cometería determinadas acciones. Estamos en una sociedad frecuentemente desconectada. Lo que apuntan las autoridades -y la psicomotricidad- es a conectarse con uno, y desde ahí conectarse con el otro, ver lo que necesita para estar bien y cuidarlo. Es una cuestión de humanidad. 

Debido a los últimos casos de violencia escolar conocidos públicamente en el país, ¿crees que sea necesario que cada establecimiento educacional tenga profesionales formados en psicomotricidad?

No sé si es necesario que cada educador tenga la formación, pero a lo mejor sí que en cada colegio exista un psicomotricista y una sala de psicomotricidad . Es fundamental contar con un espacio donde quepa un grupo de niños que se puedan mover, eso es lo básico. Sumando unas colchonetas, cojines, pelotas, cuerdas y aros, y ya está. Y por supuesto que lo importante es contar con un proyecto en la escuela, que exista una comunicación con las familias a nivel de poder dar sentido al proyecto y trabajar de manera interdisciplinaria. 

Formación continua en psicomotricidad

Ana Valls es académica del Magíster en Educación con mención en Psicomotricidad de la Universidad Finis Terrae, una propuesta educativa que se enfoca en avanzar y profundizar en competencias que permitan que profesionales como educadores, terapeutas ocupacionales, kinesiólogos, psicólogos u otros, aprendan a resignificar los sentidos y desarrollen herramientas para relacionarse con un otro. 

Así, en este magíster se forman en tres vertientes: personal, teórica y práctica. El foco, según explica la misma Valls junto con Natalia Salas, directora de postgrado y educación continua de la Facultad de Educación, Psicología y Familia de la U. Finis Terrae, está en poder develar elementos que existen desde la investigación y tratarlos con la experiencia de lo que pasa cotidianamente para integrar los saberes, y así propiciar espacios sanos y adecuados para la construcción de personas.